Por Oriana Rivas – Panampost.com

En toda sociedad, las aulas de clase son siempre señal de la situación de un país. Ahí, donde se forman futuras generaciones, están las pistas sobre el rumbo de una nación, y China, aunque es la segunda mayor potencia mundial, no es la excepción. En las universidades del gigante asiático, los jóvenes huyen a la idea de convertirse en ingenieros civiles porque la profesión ya no les atrae.

La Universidad de Hunan, en el centro de China, padece desde hace un par de años esta falta de estudiantes de ingeniería civil. De los 440 alumnos que solicitaron cambio de carrera en 2022, “casi 100 provenían de dicha facultad y ninguno solicitó ingresar en ese departamento”, según un reporte del South China Morning Post. Así que mientras Pekín está enfocado en expandir sus tentáculos a otras partes del mundo, dentro de su sociedad saltan a la vista síntomas de una compleja crisis.

Es que a pocos jóvenes les interesa participar en la construcción de edificios y otras estructuras si al final estas quedan vacías o el mercado laboral se reduce. El colapso de Evergrande, las ciudades fantasmas, una sociedad cada vez más envejecida o jóvenes que no tienen la misma capacidad para comprar vivienda que sus padres, terminan formando un débil castillo de naipes supervisado por el Partido Comunista Chino (PCCh) en su urgencia por superar económica y tecnológicamente a Estados Unidos.

Sector inmobiliario chino en caída

En la primera década de los 2000, China era una gran promesa de la ingeniería con puentes, edificios y demás megaproyectos. Ahora las cosas son diferentes. Solamente la Universidad de Shandong, una prestigiosa universidad pública, anunció que cancelaría “siete especializaciones, entre ellas ingeniería civil, ingeniería de conservación de agua e ingeniería hidroeléctrica”.

La inversión inmobiliaria en China cayó 10,2 % en los primeros siete meses de 2024 respecto al año anterior, después de caer 10,1 % entre enero y junio. Si hablamos de las ventas de propiedades por superficie construida entre enero y julio, estas cayeron 18,6 % respecto al año anterior, indicó la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS).

Lógicamente, son números que desincentivan a posibles estudiantes, sobre todo si ven la situación de quienes ya tiene un título. Por ejemplo, un ingeniero gerente de proyectos regional de China State Construction Engineering Corporation (CSCEC), la empresa de construcción más grande del mundo, cuenta que de generar 100.000 yuanes (14246 dólares estadounidenses) en bonificaciones de fin de año, ese número bajó a 50000 o 60000 yuanes “como máximo”. Para jóvenes que de por sí atraviesan crisis de ansiedad y depresión por la incertidumbre económica del gigante asiático, eso no suena alentador.

Ingenieros y arquitectos trabajando como jardineros

El régimen comunista chino decidió no publicar más la tasa de desempleo de las personas de entre 16 y 24 años por “lo embarazoso” que fue el récord de 21,3 % revelado en junio de este año, tal como publicó The Economist. Otra cifra muestra que los graduados de universidades y escuelas técnicas y profesionales representaron el 70 % de los jóvenes desempleados en 2022, frente al 9 % de hace dos décadas. La lenta economía china es, al menos en parte, la responsable.

¿Dónde terminan estos jóvenes profesionales? Un aeropuerto en la ciudad de Wenzhou publicó el año pasado que había contratado arquitectos e ingenieros “para que se encargaran del mantenimiento de los jardines y del control de aves”. Es el resultado de no encontrar cargos acordes con sus títulos. Entonces, esta crisis en China no solo afecta a los ingenieros civiles. Se trata de un problema estructural que podría socavar los planes de Xi Jinping, tan enfocado en desafiar a Washington, que descuida las grietas puertas adentro.

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