Traducido de The Expose por TierraPura

Las autoridades elaboraron una “lista negra” de unos 200 médicos alemanes que expidieron exenciones para el uso de mascarillas, lo que dio lugar a registros domiciliarios y a la vigilancia por parte de la seguridad del Estado de los incluidos en la lista negra.

Muchos médicos han denunciado allanamientos domiciliarios sin previo aviso, violencia física y consecuencias psicológicas, como prisión y muerte. Las consecuencias económicas incluyen elevadas multas y costes legales para los médicos.

Los médicos han enfrentado difamaciones y calumnias en la prensa local, lo que ha provocado el acoso de sus familias, incluidos los niños.

La situación ha silenciado y aislado a la profesión médica, disuadiendo a los médicos de ayudar a los pacientes por miedo a las consecuencias.

El Consejo Mundial de Salud apoya a estos médicos, pidiendo que se retiren los cargos, que se les indemnice por los crímenes cometidos por el gobierno y que se respete su integridad.


Allanamientos, agresiones y encarcelamientos: cómo trata el gobierno alemán a los buenos médicos

Por el Consejo Mundial de Salud , 2 de octubre de 2024

El 8 de junio de 2024, el Dr. Walter Weber, presidente de la asociación de médicos Ärzte für Aufklärung , inició una convocatoria sobre los “certificados de exención de mascarillas y los registros domiciliarios”  . En esta convocatoria, recibimos una información impactante: en Alemania existe una “lista negra” de unos 200 médicos que expidieron exenciones de mascarillas y, como resultado, aparentemente están siendo vigilados por la seguridad del Estado. Alrededor de 100 médicos que habían expedido certificados similares se presentaron. Aproximadamente el 95% de estos médicos sufrieron registros domiciliarios sin previo aviso, y un médico fue registrado ocho veces.

Los registros domiciliarios se llevaban a cabo normalmente a partir de las 6 de la mañana y a menudo duraban entre una y tres horas durante el horario de oficina. En muchos casos, se rompían las puertas y se denunciaban tratos inadecuados a los afectados. Un ejemplo es el de Rolf Kron, que tuvo que soportar estar sentado en camisón con la puerta abierta durante horas en invierno. La violencia física también fue un problema preocupante: el Dr. Woitzel tuvo que sufrir una amputación de una pierna debido a la violencia policial.

Consecuencias psicológicas y físicas

Los informes sobre agresiones físicas son alarmantes. Un oftalmólogo de Münster sufrió pérdida de audición tras un incidente violento. Además, varias compañeras enfermaron gravemente y una médica, la Dra. Ströer, fue condenada a dos años de prisión sin libertad condicional y murió seis meses después “sin motivo alguno”. La Dra. Bianca Witzschel lleva un año y medio en prisión preventiva debido a un informe pericial negativo, mientras que el juez rechazó un contrainforme.

Las implicaciones financieras también son graves

Muchos médicos tuvieron que “comprar su libertad” pagando sumas de hasta 6.000 euros. Un colega contó que le habían costado unos 30.000 euros porque las sillas de la sala de espera no tenían la distancia requerida. La mayoría de los médicos afectados están de acuerdo con que se publiquen sus experiencias de forma anónima, lo que subraya la gravedad de la situación.

Difamados, marginados y silenciados

La prensa local se hizo eco con frecuencia de estos médicos, lo que dio lugar a difamaciones y calumnias. Las familias fueron objeto de acoso, incluidos los niños. La profesión médica en Alemania, compuesta por unos 150.000 médicos en ejercicio, ha sido silenciada por esta persecución sistemática. Los aproximadamente 200 médicos dispuestos a conceder exenciones de mascarillas representan menos del 0,00013% del número total.

No hay justificación para tal trato, pero sí hay muchas justificaciones para que estos médicos hayan emitido exenciones para el uso de mascarillas.

Alemania fue sometida a una de las leyes más draconianas sobre el uso obligatorio de mascarillas, aunque el RKI sabía que las mascarillas no funcionan.

Recientemente informamos sobre   los protocolos filtrados del Instituto Robert Koch de Alemania (“RKI”), que revelaron hasta qué punto el pueblo alemán fue engañado por su propio gobierno durante la llamada pandemia. Una revelación fue que el RKI –el equivalente a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (“CDC”) de Estados Unidos–  sabía que no había evidencia de que las mascarillas detuvieran la propagación del coronavirus . Los médicos que emitieron exenciones para el uso de mascarillas estaban actuando en el mejor interés de sus pacientes y en línea con la evidencia, como reconoció el RKI. El problema es que no estaban en línea con su gobierno y las consecuencias de esto deberían conmocionar al mundo.

Así es la medicina totalitaria y centralizada

La persecución sistemática de los médicos que expidieron exenciones para el uso de mascarillas pone de relieve un preocupante desarrollo en la sociedad alemana. El miedo a los registros domiciliarios y las consecuencias resultantes han disuadido a muchos médicos de ayudar a los pacientes que lo necesitan. Esto no solo silencia a la profesión médica, sino que también la aísla de la sociedad. Es hora de cuestionar estas prácticas y proteger los derechos de los médicos, así como las necesidades de los pacientes. Especialmente teniendo en cuenta la ciencia real que respalda su decisión de ser cautelosos sobre la ineficacia e incluso el daño creado por el uso de mascarillas como herramienta obligatoria para el manejo de la covid 19 (Brownstone, 2024).

El Consejo Mundial de Salud (CMS) agradece a estos 200 valientes médicos y a todos aquellos que apoyan el consentimiento informado y el juramento hipocrático  primum non nocere , es decir, ante todo no hacer daño. El CMS hace un llamamiento al pueblo alemán para que hable en defensa de estos médicos y exija que se retiren todos los cargos contra ellos, que se les compense por los crímenes que su propio gobierno ha cometido contra ellos y que se les rinda el debido homenaje por mantener su integridad moral y científica a pesar de las devastadoras consecuencias.

Fuentes:

Acerca del autor

El Consejo Mundial de Salud (World Council for Health, WCH) es una organización de base sin fines de lucro que busca ampliar el conocimiento sobre salud pública a través de la ciencia y la sabiduría compartida. Tiene su sede en Bath, Reino Unido, y opera como una coalición global que comprende organizaciones de bienestar de todo el mundo, todas las cuales comparten el mismo enfoque y una ética basada en principios que fomentan la libertad frente a la influencia gubernamental y corporativa. El WCH tiene más de 200 socios de coalición en más de 50 países y actualmente se encuentra en proceso de descentralización,  habiendo activado más de 25 consejos nacionales del WCH. Puede seguir al WCH visitando su sitio web AQUÍ 

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