Fuente: Informe Orwell
La vicepresidenta Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, ha revelado un controvertido plan para implementar un control federal de precios en alimentos y comestibles como parte de su estrategia para supuestamente «combatir el alto costo de vida en Estados Unidos». Esta propuesta, que marca el inicio de su campaña presidencial, muestra lo que muchos han descrito, como el perfil de una Kamala Harris inclinada hacia políticas socialistas y populistas.
Durante un mitin celebrado el 10 de agosto de 2024 en Las Vegas, Harris anunció que, si es elegida, dentro de sus primeros 100 días en la presidencia establecerá un marco regulatorio para limitar los precios de alimentos básicos y otros productos esenciales, alegando que evitará que las grandes corporaciones abusen de su poder en el mercado.
La iniciativa de Harris contempla la creación de un comité federal, en colaboración con la Comisión Federal de Comercio (FTC) y otras agencias, encargado de supervisar y regular los precios de los alimentos. Este comité tendría la autoridad para imponer sanciones a las empresas que no cumplan con las nuevas regulaciones de precios.
El control de precios es una medida que históricamente ha generado malos resultados en el mundo, pues termina creando escasez y desabastecimiento. Sin embargo, el equipo de Harris sostiene que esta propuesta es necesaria ante la persistente alza de precios que ha afectado a los hogares, incluso cuando los costos de producción para las corporaciones se han estabilizado.
Además de los controles de precios, Harris también tiene previsto presentar propuestas para reducir los costos de medicamentos recetados y vivienda, temas que abordará en un próximo discurso en Raleigh, Carolina del Norte. Estas medidas forman parte de una estrategia económica más amplia que apunta hacia una postura marxista.
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