Fuente: Infobae
Las autoridades de Taiwán informaron este sábado que detectaron la presencia de 23 cazas y cinco buques de las Fuerzas Armadas de China en las inmediaciones de la isla en el marco de la escalada de tensiones entre ambas partes.
El Ministerio de Defensa taiwanés indicó que en torno a las 6.00 horas (hora local) se registró la presencia de cinco buques y 23 aviones alrededor de Taiwán y destacó que 20 de ellos cruzaron la línea media del estrecho y entraron desde el norte, el centro, el este y el suroeste, en la zona de identificación de defensa aérea de la isla.
Según explicaron las autoridades a través de la red social X, las Fuerzas Armadas del país hicieron seguimiento de la situación y respondieron “en consecuencia”.
Taiwán recomendó a sus ciudadanos que no viajen a China -incluidos Hong Kong y Macao- a menos que sea estrictamente necesario, tras la aprobación de la nueva legislación que contempla la pena de muerte como forma de castigo de los separatistas de la isla. De esta manera, Taipei subió la advertencia a “nivel naranja” y pidió a su pueblo mantenerse alerta ante esta “grave amenaza para la seguridad personal”.
El portavoz del Consejo de Asuntos Continentales de Taiwán, Liang Wen-chieh, mencionó que “si es necesario viajar a estos lugares, se recomienda evitar discutir temas y asuntos sensibles, tomar fotografías de puertos, aeropuertos o lugares militares y llevar libros sobre política, historia o religión” para evitar cualquier tipo de mal entendido.
Los reclamos de China por el control de la isla llevan décadas y, en el último tiempo, se volvieron más intensos, tras la asunción del nuevo presidente, William Lai, y sus discursos en tono independentista. Desde entonces, Beijing ha ordenado maniobras militares en las inmediaciones de la que considera una “provincia rebelde”, mientras que el Ejecutivo de Taipei estrechó sus vínculos con Occidente para fortalecer sus capacidades defensivas en caso de sufrir un ataque.
Sin embargo, sumadas a estas maniobras de intimidación, el régimen de Xi Jinping anunció la semana pasada un cambio en su Código Penal, específicamente en el artículo seis, que amenaza con la ejecución de los “separatistas” taiwaneses que visiten el país.
Dicho párrafo menciona que quienes cometan el delito de “dividir el Estado” pueden ser condenados a la pena capital, si el crimen causa un “daño particularmente grave” al Estado y al pueblo, o si las circunstancias son “particularmente graves”, aunque no brinda detalles de qué se consideraría como tal.
También se contempla la posibilidad de celebrar juicios en ausencia para los acusados y suma que si éstos “abandonan voluntariamente” su postura, “ponen fin a sus actividades separatistas” y “toman medidas para mitigar o deshacer el daño y prevenir la propagación del daño”, entonces sus casos podrían ser desestimados.
La situación en torno a Taiwán se agravó a partir del año pasado, tras la visita de la ahora ex presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Nancy Pelosi, que se vio correspondida con una visita a Washington por parte de una delegación taiwanesa.
Desde Beijing, las autoridades chinas han reiterado en numerosas ocasiones que la independencia de Taiwán no será tolerada y que no descartarán el uso de la fuerza para impedir la secesión.
Los vínculos entre China y Taiwán, a la que considera una provincia más bajo su soberanía, se rompieron en 1949 después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomitang sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran al archipiélago.
Las relaciones se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de los 80.