Fuente: Mundo Libre diario

El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, reafirmó el lunes el compromiso de la isla con la democracia y condenó enérgicamente la autocracia, en respuesta a las recientes amenazas de China de imponer la pena de muerte a los «separatistas empedernidos» que apoyen la independencia de Taiwán.

Durante una conferencia de prensa celebrada en Taipéi, Lai declaró: «Quiero enfatizar que la democracia no es un crimen. Es la autocracia la que representa el verdadero mal».

El mandatario taiwanés rechazó categóricamente el intento del régimen comunista chino de sancionar a los ciudadanos de Taiwán por sus posiciones políticas, afirmando: «China no tiene absolutamente ningún derecho a sancionar al pueblo de Taiwán simplemente por las posiciones que ocupan. Más aún, China no tiene derecho a perseguir los derechos de los taiwaneses a través de las fronteras».

Las declaraciones de Lai se producen en un contexto de creciente tensión entre Taiwán y China. El régimen chino, que considera a Taiwán como parte integral de su territorio, ha expresado abiertamente su desagrado hacia Lai desde que asumió el cargo el mes pasado, tildándolo de «separatista». Como muestra de fuerza, China llevó a cabo ejercicios militares poco después de la inauguración del nuevo presidente taiwanés.

La escalada de presión por parte de China alcanzó un nuevo nivel el 21 de junio, cuando Beijing emitió nuevas directrices legales para castigar a quienes, según su criterio, apoyen la independencia formal de la isla. Estas medidas incluyen la posibilidad de imponer la pena de muerte en casos extremos, a pesar de que los tribunales chinos no tienen jurisdicción sobre la isla gobernada democráticamente.

Frente a estas amenazas, Lai reiteró la posición de Taiwán: «Quiero hacer un llamado a China para que reconozca la existencia de la República de China y entable intercambios y diálogo con el gobierno legítimo y democráticamente electo de Taiwán. Esta es la única forma correcta de aumentar el bienestar de las personas en ambos lados del Estrecho. Si no se hace esto, las relaciones entre Taiwán y China solo se volverán cada vez más distantes».

El presidente taiwanés ha rechazado consistentemente las reclamaciones de soberanía de Beijing, insistiendo en que solo el pueblo de Taiwán puede decidir su futuro.

En respuesta a las amenazas de China, el Consejo de Asuntos del Continente de Taiwán (MAC, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en rechazo. El MAC declaró: «Lamentamos profundamente la provocación extremadamente incivilizada y burda», advirtiendo que las acciones del Partido Comunista Chino (PCCh) «afectarán seriamente» los intercambios entre las personas de ambos lados del Estrecho de Taiwán.

El Consejo subrayó la falta de jurisdicción de Beijing sobre los 23 millones de ciudadanos de Taiwán: «Las autoridades de Beijing no tienen absolutamente ninguna jurisdicción sobre Taiwán, y las supuestas leyes y normas del PCCh no tienen fuerza vinculante sobre nuestro pueblo». Además, instó a los ciudadanos taiwaneses a no dejarse amenazar ni intimidar por el Partido Comunista Chino.

El PCCh sostiene que Taiwán es una provincia rebelde que debe ser unificada con el continente por cualquier medio necesario. Sin embargo, esta afirmación contrasta con la realidad histórica y política de la isla. Taiwán nunca ha sido gobernada por el PCCh y funciona como una democracia autogobernada con un gobierno elegido democráticamente desde el final de la Guerra Civil China en 1949.

Con información de Reuters

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