Fuente: Panam Post

Por Oriana Rivas

¿Puede la inteligencia artificial participar en futuras guerras? Sí. Al menos eso responderían distintos países si se sinceraran sobre los proyectos que llevan adelante usando esta herramienta con capacidades infinitas. Por ejemplo, China acaba de desarrollar un “comandante” que podría dirigir las acciones del Ejército Popular de Liberación (EPL) controlado por el Partido Comunista Chino (PCCh).

El hallazgo lo publicó la revista china Common Control & Simulation y explica que este “comandante virtual” se encuentra ahora confinado en un laboratorio de la Escuela de Operaciones Conjuntas de la Universidad de Defensa Nacional en Shijiazhuang, en la provincia de Hebei. Sin embargo, que esté limitado a unas cuatro paredes no impide que se hayan analizado “patrones de pensamiento y la personalidad”, según la reseña que hace el South China Morning Post y que lo harían apto para dirigir operaciones del ejército.

Luego de su creación, al “comandante virtual” se le otorgó “una autoridad de mando suprema sin precedentes, aprendiendo y creciendo rápidamente en las guerras virtuales en constante evolución”. Por si fuera poco, tiene poder libre de decisión en las pruebas hechas dentro del laboratorio. La información del medio con sede en Hong Kong revela lo cerca que está el gigante asiático de tener nuevas capacidades en caso de una guerra cuerpo a cuerpo con otro país.

Nuevo frente de guerra

La novedad china era algo que preveían expertos. Hace tres años, desde la Universidad de Defensa Nacional, ubicada en Washington, Estados Unidos, alertaban sobre esta búsqueda en el gigante asiático de “sinergias entre la ciencia del cerebro, la inteligencia artificial (IA) y la biotecnología que pueda tener implicaciones de largo alcance para su futuro poder militar y su competitividad nacional”, tal como mencionó una profesora llamada Elsa B. Kania.

Tiempo después, China lo habría logrado, aunque se desconoce si este “comandante virtual” posee algún componente biotecnológico. En caso de que no lo tenga, de igual manera se abre la posibilidad de un nuevo frente de guerra.

Por los momentos, la evidencia está en simulaciones donde los científicos pueden “sopesar lo bueno con lo malo y comprender mejor el caos de la batalla”, tal como apunta el SCMP. Algo que también resulta útil, ya que los ensayos por lo general están en manos humanas, pero el número de altos comandantes del EPL y su disponibilidad es muy limitada, “lo que les imposibilita participar en un gran número de simulaciones de guerra”. De tal manera que la llegada de un comandante virtual facilita los aprendizajes para científicos y para el ejército chino.

Un comandante “sereno y firme”

Resulta inevitable que a partir de este nuevo uso que se le está dando a la inteligencia artificial surjan dilemas éticos y políticos por la participación de computadoras en una guerra que decide sobre vidas humanas. Si a eso se suma la posibilidad de que los adversarios tengan armas nucleares, se complejizan las estimaciones, y aunque algunos analistas se han aventurado a plantear escenarios hipotéticos, existe el temor válido de que llegue al plano de la realidad.

Mientras continúan las pruebas en el laboratorio chino, los científicos explican que la configuración del comandante creado con inteligencia artificial reflejaba la de un estratega brillante y experimentado, “que posee sólidas facultades mentales, un carácter sereno y firme, capaz de analizar y juzgar situaciones con calma, desprovisto de decisiones emocionales o impulsivas”. Aún así, aclaran que su personalidad “puede ajustarse si se considera necesario”.

Estados Unidos sigue sus propios planes al incorporar la tecnología de ChatGPT de OpenAI para operaciones de ciberseguridad dentro del Departamento de Defensa. Mientras tanto, siguen brillando por su ausencia regulaciones globales sobre el uso de la inteligencia artificial en las guerras.

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