Por Amy Slipowitz y Mina Loldj – Freedom House

A continuación se transcribe un extracto del informe. Puede ver el informe completo y descargar el documento en https://freedomhouse.org/es/report/free-them-all/2024/visible-and-invisible-bars

Hallazgos fundamentales

La encarcelación por motivos políticos constituye una herramienta clave para controlar la disidencia y va unida a la marcada erosión de la democracia. En estas épocas de tensión política, las sentencias de prisión, las detenciones y los procesos penales contra opositores del gobierno aumentaron repentinamente en seis países que recientemente han sufrido una notable decadencia de la democracia: Nicaragua, Tanzania, Tailandia, Túnez, Turquía y Venezuela. Aquellos que se convierten en objetivos de estas sanciones pueden permanecer tras las rejas durante largos períodos de tiempo, a la espera de que se dicte sentencia firme y les impide participar en oposición política, periodismo y defensa activa de los derechos humanos. Además del desgaste físico que estas medidas suponen, la prisión trae consigo una serie de consecuencias psicológicas y costos económicos que pueden llegar a afectar a todas las familias de los prisioneros.

Por cada preso político que se encuentra tras las rejas, otros opositores del gobierno se ven abocados a sufrir limitaciones más sutiles equivalentes a la “la muerte civil.” Los líderes antidemocráticos apuntan hacia los disidentes y críticos del gobierno, aplicándoles otras formas de represión que no les permiten hacer su trabajo ni participar normalmente dentro de la sociedad—esta condición es la que los expertos llaman “muerte civil.” Dentro de las tácticas de muerte civil se cuentan el control de viajes, el seguimiento físico, la inclusión en listas negras y la incautación de bienes. Las anteriores restricciones se suelen aplicar conjuntamente a actores tanto estatales como no estatales y pueden ocurrir por medios oficiales y no oficiales. Hemos observado una combinación de restricciones equivalentes a muerte civil en cada uno de los seis países estudiados.

El servilismo del poder judicial facilita el encarcelamiento político y la muerte civil a instancias de los regímenes autocráticos. Los líderes que logran el control del poder judicial pueden utilizar a los jueces como una poderosa herramienta de represión. Las personas elegidas como blancos de estas prácticas carecen de acceso a mecanismos cruciales, como presentar recursos o exigir responsabilidad, cuando el poder judicial actúa a favor de los intereses del ejecutivo. Los miembros del poder judicial con ideas independientes también se exponen a convertirse en objetivos de la persecución estatal y podrían ser destituidos de sus cargos y reemplazados por otros jueces leales al estado, lo cual erosiona aún más la institucionalidad.

Es esencial contrarrestar la prisión política y la muerte civil en la lucha por la libertad. La prisión política y la muerte civil empoderan a los líderes antiliberales e intolerantes en su intento por eliminar de la sociedad a sus críticos más vehementes y eficaces. Esta táctica puede ocurrir en países que han presenciado la erosión de la democracia, pero que no han llegado aún al extremo de los regímenes autoritarios. El monitoreo de las tácticas de encarcelamiento político y muerte civil, y el emprendimiento de acciones en su contra cuando exista, son cruciales para luchar contra el autoritarismo, al igual que el apoyo a los agentes del cambio democrático para evitar futuras oleadas de represión.

Introducción al tema

El estado no carece de imaginación cuando se trata de intimidar a la gente para que guarde silencio.1

–Activista social tanzano

Un líder de la oposición está tras las rejas, acusado de un sinnúmero de delitos falsos, supuestamente cometidos antes de las elecciones nacionales. Una adolescente fue acusada de difamación de la monarquía por cuanto abogaba por el cambio democrático en su país; además, se le prohíbe volver a sus estudios después de haber sido liberada de su detención bajo fianza. Un defensor de los derechos humanos, al intentar viajar al extranjero en busca de trabajo, se entera de que está bajo investigación por terrorismo y no se le permite viajar. Después de más de un año, uno de sus colegas sigue languideciendo en detención previa al juicio. Una juez es destituida de su cargo después de que el presidente de su país suspendió el parlamento; la pensión del estado a la que tenía derecho y su seguro de salud fueron congelados.

Estos son apenas unos pocos ejemplos de la forma en que los regímenes antidemocráticos impiden que sus oponentes, tanto reales como imaginarios, lleven una vida normal — los opositores incluyen defensores de derechos humanos, periodistas, activistas políticos, líderes de la oposición, servidores públicos, desertores del gobierno, manifestantes y personas del común. La táctica más visible es la de los presos políticos, posiblemente encarcelados mediante procesos judiciales politizados y sentencias de prisión o medidas preventivas anteriores al juicio, que los mantienen detenidos durante meses o años antes de dictarles sentencia.

No obstante, por cada preso político que se encuentra tras las rejas, son muchos más los opositores y críticos del gobierno que afrontan restricciones más sutiles, es decir lo que algunos expertos llaman la “muerte civil.” Si bien el término tiene diferentes acepciones en los distintos campos de estudio,2 Freedom House se centra en la muerte civil como un estado en el que los oponentes son privados de su capacidad de participar en la sociedad mediante una combinación de métodos represivos, dentro de los que se cuentan el control de viajes, la vigilancia física, la inclusión en listas negras y la incautación de bienes. En la práctica, tales métodos se pueden manifestar en prohibiciones de viajar y confiscación de pasaportes, en policías apostados fuera de sus domicilios con el fin de que los vecinos los vean, en dificultades para encontrar o conservar un empleo debido al estigma social o formar parte de una lista negra, en expulsión de la universidad, en incautación de bienes y en bloqueo de cuentas bancarias. Estos métodos también pueden estar relacionados con condiciones para ser liberados de la detención o encarcelación política, o se pueden imponer solos, a través de órdenes oficiales o mediante presión social. Los objetivos suelen estar expuestos a varios de estos métodos de manera simultánea, lo que produce una acumulación sofocante de efectos que les impide trabajar o llevar una vida normal.

La encarcelación política3 y, hasta cierto punto, las tácticas represivas que producen la muerte civil, reciben mucha atención en regímenes con un largo historial de autoritarismo, como los son China, Irán y Corea del Norte. Sin embargo, el uso de estas estrategias para castigar y silenciar a los opositores y críticos también es pronunciado en entornos que han sufrido una fuerte erosión de la democracia en épocas más recientes. A través de nuestra investigación, buscamos comprender de qué manera los aspirantes a líderes autocráticos, o los más recientes, reprimen a los opositores individuales y cómo tales métodos se manifiestan durante épocas de degradación de la democracia. En el presente informe analizamos estas dinámicas en seis países que sufrieron un marcado deterioro de la democracia en los últimos 20 años: Nicaragua, Tanzania, Tailandia, Túnez, Turquía y Venezuela.

El informe se basa en entrevistas con 42 expertos de los distintos países y lo complementamos con investigaciones de escritorio o desk research. Entre las personas que entrevistamos se cuentan actores de la sociedad civil, defensores de los derechos humanos, periodistas, investigadores y académicos; varios de ellos han sufrido en carne propia la privación de la libertad por motivos políticos y algunos elementos de muerte civil. Las citas han sido editadas levemente para efectos de claridad.

La encarcelación política ha contribuido a controlar la disidencia en medio de un ambiente más amplio de erosión de la democracia en cada uno de los seis países bajo estudio. Además, observamos que las tácticas que contribuyen a la muerte civil—control de viajes, vigilancia física, inclusión en listas negras e incautación de activos—también ocurren en la totalidad de los seis países. La encarcelación política y las medidas de muerte civil han acompañado a los golpes contra el poder antidemocrático, las manifestaciones masivas contra el gobierno y las campañas electorales. Además, estas medidas se esgrimen en países que todavía deben ser más resolutivos con los sistemas autoritarios; su uso no comenzó cuando llegaron a lo más profundo del autoritarismo (algunos todavía están por llegar a ese nivel) sino más bien en momentos en que cada país había sido calificado como Parcialmente Libre o Libre en Freedom in the World, el informe anual que publica Freedom House acerca de los derechos políticos y las libertades civiles. Encontramos que el encarcelamiento por motivos políticos y la muerte civil se dan en paralelo con la degradación de la democracia.

El riesgo de que se desplieguen estas tácticas contra los defensores más activos de la democracia, quienes luchan de manera incansable y valiente en muchos países del mundo donde existe erosión de la democracia, es serio y preocupante. Además de eliminar eficazmente a los opositores y disidentes de la sociedad, la prisión política y la muerte civil pueden tener efectos devastadores desde el punto de vista físico, psicológico y económico para las personas señaladas y sus familias. No obstante, la posibilidad de presentar recursos y exigir responsabilidad es limitada, puesto que los sistemas judiciales son flexibles y apoyan el confinamiento injusto y los mismos jueces se pueden convertir en objetivos si no acatan las normas.

“Cualquier tipo de herramienta que puedan utilizar para controlar la sociedad, la utilizan,” según afirmó Christopher Hernandez-Roy, director delegado y miembro y académico senior del Programa para las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, quien ha documentado casos graves de abuso contra los derechos humanos en medio de la represión masiva que existe en Venezuela.4 Aun así, una amplia gama de actores sigue luchando valientemente contra el autoritarismo.

Amenazas persistentes de muerte civil

Entre las condiciones que causan la muerte civil, ya sea prohibiciones de viajar, seguimiento policial, borrado de expedientes académicos o pensiones congeladas, está el temor de que el objetivo pueda ser enviado a prisión en cualquier momento. Una frase común entre los entrevistados por Freedom House fue que los cargos penales a menudo nunca se resuelven por completo, lo que deja abierta la posibilidad de un nuevo arresto. Los obstáculos para participar normalmente en la sociedad, junto con la persistente amenaza de convertirse en prisionero político, han provocado que los opositores al gobierno abandonen el país. Las consecuencias de la muerte civil también pueden servir de advertencia para otros.98

La muerte civil inhibe el cambio democrático porque puede hacer que defensores de los derechos humanos, periodistas, figuras de la oposición y otros abandonen el trabajo de su vida. Akarachai, de Thai Lawyers for Human Rights, dijo: “Muchos de los líderes de las protestas están agobiados por muchas de estas condiciones de libertad bajo fianza y sentimos que muchos de ellos simplemente están realmente cansados. Estos constantes acosos judiciales, condiciones de libertad bajo fianza… realmente los desgastan y muchos de ellos se vuelven mucho menos activos políticamente”.99 Berna Akkızal, directora ejecutiva y cofundadora de la Asociación de Estudios Cívicos del Espacio de Turquía, expresó preocupaciones similares: “Supongo que la gente se acostumbra a ese tipo de cosas. La gente se acostumbra a la opresión. Esta es la parte más difícil para mí como activista”.100

Las tácticas más sutiles que conducen a la muerte civil, en comparación con el encarcelamiento político absoluto, también hacen que sea más difícil para las partes interesadas externas reconocer cuándo se está produciendo una muerte civil y cómo limita la democracia y el trabajo de derechos humanos. Identificar las tácticas que resultan en muertes civiles y comprender el impacto general que tienen en la salud física y mental, el bienestar económico y, en esencia, la capacidad de participar en la sociedad de los objetivos, es crucial para hacer retroceder y revertir la erosión de la democracia.

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