Fuente: Voz Media

Por Israel Duro

La lucha para proteger a los menores frente a los tratamientos trans se está convirtiendo cada vez en más en un campo de batalla político y no científico por el empecinamiento de legisladores y activistas de izquierda radical. Y es que cada vez son más las voces que desde la medicina y la ciencia expresan su rechazo radical a estas prácticas que “perjudican gravemente a los niños“. No obstante, los progresistas continúan su cruzada de promover las terapias con hormonas o incluso las intervenciones quirúrgicas que mutilan irreversiblemente a niños y adolescentes que vivirán con las secuelas el resto de sus vidas.

“Médicos que protegen a los niños”

Tras varios informes y denuncias desde Europa, donde algunos gobiernos han llegado a prohibir los tratamientos trans en menores, la semana pasada fue el Colegio Americano de Pediatras quien lanzó una durísima campaña para concienciar a sus colegas médicos y a los ciudadanos sobre la realidad de estos procedimientos bajo el título “Médicos que protegen a los niños. Una declaración en la que un centenar de profesionales de la medicina y miembros de la comunidad científica manifiestan sus “serias preocupaciones” por la tendencia actual de tratamientos radicales que atacan directamente a la salud física y mental de los niños, como es el caso de la hormonación o la mutilación genital para los menores que aseguran sentirse incómodos con su sexo biológico.

Los sanitarios dejan claro que su iniciativa se que fundamenta en la ciencia más básica y en la biología. El manifiesto supone un auténtico manual para desmontar la dañina ideología de género, empezando por la definición de sexo que recoge: “El sexo es un rasgo dimórfico e innato definido en relación con el papel biológico de un organismo en la reproducción”. Además, subrayan que “esta firma genética está presente en cada célula del cuerpo y no se ve alterada por fármacos o intervenciones quirúrgicas“.

La ideología de género, la visión de que el sexo (masculino y femenino) es inadecuado y que los seres humanos necesitan ser categorizados aún más basándose en los pensamientos y sentimientos de un individuo descritos como «identidad de género» o «expresión de género», no da cabida a la realidad de estas diferencias sexuales innatas. Esto conduce a la visión inexacta de que los niños pueden nacer en el cuerpo equivocado. La ideología de género pretende afirmar pensamientos, sentimientos y creencias, con bloqueadores de la pubertad, hormonas y cirugías que dañan los cuerpos sanos, en lugar de afirmar la realidad biológica.

Decisiones médicas sin contaminación ideológica

Frente a ella, los firmantes exigen que los médicos dejen las ideologías a un lado para abordar decisiones sanitarias, especialmente cuando pueden derivar en tratamientos irreversibles y tremendamente dañinos como puede ser la castración:

La toma de decisiones médicas no debe basarse en los pensamientos y sentimientos de una persona, como en la «identidad de género» o la «expresión de género», sino en el sexo biológico de una persona. La toma de decisiones médicas debe respetar la realidad biológica y la dignidad de la persona, abordando compasivamente a la persona en su totalidad.

No existen los mal llamados “niños trans”

En la declaración, a la que los profesionales que lo deseen pueden seguir sumándose, se reclama a las organizaciones médicas profesionales de Estados Unidos que “pongan fin a la promoción de la afirmación social, los bloqueadores de la pubertad, las hormonas transgénero y las cirugías para niños y adolescentes que experimentan angustia por su sexo biológico”. Los firmantes apuntan además que, en su lugar -y en primer término- se deberían recomendar evaluaciones y terapias integrales dirigidas a identificar y abordar, entre otros, los trastornos psicológicos subyacentes y la neurodiversidad que “a menudo acompañan a la disforia de género”.

Como médicos, junto con enfermeras, psicoterapeutas y clínicos de salud conductual, otros profesionales de la salud, científicos, investigadores y profesionales de la salud pública y la política, tenemos serias preocupaciones sobre los efectos en la salud física y mental de los protocolos actuales promovidos para el cuidado de niños y adolescentes en Estados Unidos que expresan incomodidad con su sexo biológico.

Además, los médicos niegan la existencia de los mal llamados “niños trans”, al destacar que la propia ciencia documenta que “la mayoría de los niños y adolescentes cuyos pensamientos y sentimientos no se alinean con su sexo biológico resolverán esas incongruencias mentales tras experimentar el proceso de desarrollo normal de la pubertad“.

Países Bajos: dudas normales en la adolescencia que desaparecen al crecer

Unos resultados que también recogió un estudio realizado con menores en los Países Bajos durante varios años.  Varios médicos realizaron el seguimiento de 2.700 niños entre los 11 y los 25 años a los que preguntaban cada tres años sobre cómo se sentían respecto a su sexo. Mientras que al comenzar 1 de cada 10 menores manifestó “insatisfacción con el género correspondiente al sexo que se le asignó al nacer”, al final de la investigación -15 años después- tan sólo 1 de cada 25 indicó encontrarse “a menudo” o “alguna vez” disconforme con su sexo biológico.

Esto llevó a los investigadores a concluir que “los resultados del presente estudio podrían ayudar a los adolescentes a darse cuenta de que es normal tener algunas dudas sobre la propia identidad y la identidad de género durante este período de edad y que esto también es relativamente común”.

Reino Unido: el informe Cass hace que el Gobierno finalizara los tratamientos trans a menores

En el Reino Unido, el Informe Cass provocó un terremoto que llevó al Gobierno de Rishi Shunak a ordenar el fin de los procedimientos trans a los menores. En sus conclusiones, la doctora Hilary Cass denunció que “aunque se ha publicado una cantidad considerable de investigaciones en este campo, las revisiones sistemáticas de la evidencia demostraron la escasa calidad de los estudios publicados, lo que significa que no existe una base de evidencia fiable sobre la que tomar decisiones clínicas, o para que los niños y sus familias tomen decisiones informadas“.  Además, en este asunto, “los puntos fuertes y débiles de la base empírica sobre el cuidado de niños y jóvenes suelen tergiversarse y exagerarse, tanto en las publicaciones científicas como en el debate social”.

Asimismo, el estudio alerta de que el uso de hormonas masculinizantes/feminizantes en menores de 18 años también presenta muchas incógnitas, a pesar de su uso prolongado en la población transexual adulta. La falta de datos de seguimiento a largo plazo de las personas que inician el tratamiento a una edad más temprana significa que no disponemos de información adecuada sobre los resultados de este grupo”.

Por si fuera poco, añadió que, para la mayoría de los jóvenes, un tratamiento médico no será la mejor manera de gestionar su malestar relacionado con el género. En el caso de los jóvenes para los que está clínicamente indicado un tratamiento médico, no basta con ofrecerlo sin abordar también problemas más amplios de salud mental o psicosociales”.

Francia: “Uno de los mayores escándalos éticos de la historia de la medicina”

En Francia, un informe del Senado Francés hizo saltar las alarmas, hasta el punto que la senadora Jacqueline Eustache-Brinio, del partido Les Républicains (centro-derecha) lo calificó como “uno de los mayores escándalos éticos de la historia de la medicina”. Los doctores que participaron en la investigación parlamentaria denunciaron un aumento abrumador de las solicitudes de reasignación de sexo, incluso entre niños muy pequeños.

Al igual que las dos informes anteriores, los investigadores destacaron que la inmensa mayoría de los niños tratados por “disforia de género” son víctimas de otros trastornos: Así, según la psicóloga Céline Masson y la psiquiatra infantil Caroline Eliacheff, uno de cada cuatro niños atendidos en la Pitié-Salpêtrière por estos motivos sufre abandono escolar, el 42% ha sido víctimas de acoso y el 61% ha sufrido depresión. Además, el 20% de ellos ha intentado suicidarse. Las dos especialistas en salud mental denunciaron que a los menores se les propone la reasignación de sexo como solución a sus problemas sin intentar explorar otras vías para superar su sufrimiento.

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