Fuente: Shen Yun Performing Arts

Todo poder gobernante o sistema político tiene una serie de valores culturales o ideológicos que lo sustentan. Por ejemplo, Dong Zhongshu (siglo II a.C.) ayudó a crear un sistema de gobierno que requería que los gobernantes y funcionarios tuvieran un amplio conocimiento de las virtudes y morales del pensamiento confuciano. Se crearon exámenes para el servicio civil a fin de poner a prueba el carácter moral de los potenciales funcionarios, y estos eran un factor decisivo para obtener o no un puesto.

“Todos los hombres nacen iguales” y los “derechos naturales” son valores ideológicos que sustentan los sistemas democráticos. Los derechos y libertades individuales son la base de muchas de estas sociedades.

En el caso del Partido Comunista Chino, su ideología marxista atea sostiene que la gente debe “luchar contra el Cielo, luchar contra la tierra, luchar entre sí”, y se enfoca en la “lucha de clases”. Considera a la cultura tradicional china –basada en las creencias budista, daoísta y confucianista– como su gran rival.

Ya que el Partido Comunista llegó al poder mediante una revolución violenta y no tiene la legitimidad de un gobierno elegido en elecciones, sus valores no concuerdan con los de la cultura democrática de Occidente. Mientras tanto, con el colapso de la Unión Soviética, la ideología comunista ha perdido su legitimidad, y el Partido ha estado destruyendo la cultura china durante décadas. Por eso, para poder sobrevivir fue imperativo que el Partido Comunista creara su propia cultura –a la que muchos chinos se refieren como la “cultura del Partido”.

Durante miles de años, las formas de arte tradicionales como la música y la danza han estado integradas al estilo de vida chino, expresando benevolencia, belleza y muchas otras virtudes. Pero las artes que emergen de China hoy en día están embebidas con la cultura del Partido, algo que se hace evidente tanto de manera abierta como encubierta.

El Partido descubrió que podía reemplazar los temas tradicionales con su ideología violenta y así convertir a las artes en una poderosa herramienta de propaganda. El objetivo final es reemplazar en la mente de la gente los remanentes de la cultura tradicional china con la cultura del Partido, salvaguardando de esta manera el poder del régimen.

El objetivo de Shen Yun es revivir la manifestación auténtica y original del arte y la cultura tradicionales chinos. En el escenario, las actuaciones de Shen Yun reviven estos valores tradicionales que han sustentado y creado a las expresiones culturales durante tantas generaciones. La sola representación de este patrimonio perdido y sus virtudes hacen que, en contraste, el Partido y su ideología de lucha queden desenmascarados.

Esta es la razón por la que el Partido Comunista tiene miedo de Shen Yun, y por qué en China hoy en día no se puede ver este tipo de espectáculos.

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