Fuente: Mundo Libre Diario
En un giro inesperado en la geopolítica regional, el presidente Javier Milei y la comandante del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, protagonizaron un encuentro sin precedentes en Ushuaia, Tierra del Fuego. El objetivo central fue anunciar el desarrollo de una base naval argentina que servirá como punto estratégico para las operaciones nacionales en el Atlántico Sur, contando con el total respaldo de Washington.
Después de un vuelo de seis horas y una escala en Río Gallegos, Milei se reunió con Richardson pasada la medianoche del jueves en la provincia más austral de Argentina, una región clave para los intereses geopolíticos de China en el país.
En un histórico acuerdo, Estados Unidos firmó un convenio con Argentina para que esta nueva base sea utilizada como centro logístico que brinde soporte a las operaciones norteamericanas en la zona, dejando de lado la base inglesa en las Islas Malvinas.
«Hoy estamos aquí para ratificar nuestro esfuerzo en el desarrollo de nuestra base naval integrada. Se trata de un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco», señaló el presidente Milei.
Esta decisión representa un paso histórico en el escenario geopolítico, ya que Estados Unidos se compromete a respaldarse en Argentina y esta base en Ushuaia, en lugar de los centros logísticos marinos que tiene el Reino Unido en las Islas del Atlántico Sur. Asimismo, trunca los impulsos del régimen chino de construir un puerto en la isla.
El presidente aseguró que para defender la soberanía argentina el mejor recurso hoy “es reforzar la alianza estratégica con Estados Unidos y con todos los países del mundo que defienden la causa de la libertad”.
El acuerdo transmite una clara señal diplomática contra el avance de la influencia china en la Argentina. Desde la pandemia, la República Popular China impulsa la construcción de una base naval en Tierra del Fuego que permitiría a Beijing monitorear el único paso bioceánico natural en el mundo y establecer un enclave propio en las puertas de la Antártida.
En su última presentación en el Capitolio, la jefa del Comando Sur ya había alertado sobre las intenciones de China en la provincia más austral del país. «A pesar del mensaje de que estas inversiones son pacíficas, muchas de ellas tienen potencialidades militares futuras, con acceso estratégico a pasos navales importantes», explicó Richardson.
El gobernador Gustavo Melella había entregado la soberanía de su provincia mediante el decreto provincial 3312/22, permitiendo la construcción de un «puerto multipropósito» con la empresa estatal china Shaanxi Chemical Industry Group Co. Ltd, cuyo directorio está compuesto íntegramente por miembros del Partido Comunista Chino.
Si bien no está claro si la construcción de la base china continuará en paralelo, tener en la misma zona geográfica una base naval nacional argentina con apoyo norteamericano anula todas las pretensiones chinas en la provincia, y se espera que próximamente Melella anuncie el cese de la construcción del enclave.
«Nosotros estamos convencidos de que la soberanía no se defiende con aislacionismo y discursos rimbombantes, sino con convicción política y construyendo alianzas estratégicas con aquellos con quienes compartimos una visión del mundo en un mundo de escala global, pero de crecientes conflictos como el que vivimos hoy», sostuvo Milei.
El mandatario argentino reconoció la estrecha relación entre los pueblos argentino y estadounidense, recordando las coincidencias compartidas en sus constituciones.
Milei dijo que la Argentina tiene “una afinidad como pueblo con los Estados Unidos”. “Ambos pertenecemos a la tradición occidental, con una cultura, una historia política y una forma de vivir en sociedad en buena parte compartida. Una tradición que tiene en su base las ideas de la libertad, la propiedad privada, la vida, que fueron el estandarte de los padres fundadores de ambas naciones cuando diagramaron sus primeras constituciones”, expresó.
“Es una tradición que nos debería dar orgullo porque estas ideas enriquecieron a todos los países que las abrazaron», afirmó.
Con la presencia de la general Richardson y el embajador de EE. UU. en Argentina, Marc Stanley, Milei estuvo acompañado por el ministro de Defensa, Luis Petri, el ministro del Interior Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y los jefes de las Fuerzas Armadas.