Fuente: Mundo Libre Diario

En el marco de las tensas relaciones bilaterales entre Argentina y China, la base china en Neuquén se encuentra en el centro de atención, con el gobierno de Javier Milei considerando una inspección técnica en respuesta a las alertas de seguridad emitidas por Estados Unidos, de acuerdo a Infobae.

Según fuentes gubernamentales, la administración de Milei está siguiendo de cerca las actividades en la base ubicada en Bajada del Agrio, y planea avanzar en una revisión exhaustiva de los contratos que rigen su funcionamiento. 

Estas acciones se producen después de que altos funcionarios estadounidenses expresaran su preocupación por la presencia china en territorio argentino y horas antes de la visita de Laura Richardson, jefa del Comando Sur de EE. UU., que aterrizó ayer en Buenos Aires y se quedará tres días en el país.

La militar estadounidense tiene en su agenda reiterar la preocupación de la Casa Blanca respecto a la base instalada durante el gobierno kirchnerista y que depende de una empresa que se encuentra bajo la órbita del Ejército Popular de Liberación.

En este sentido, una fuente del gabinete reveló que desde el gobierno se busca «analizar el accionar de la Estación de Espacio Lejano que los chinos califican de ‘estrictamente científica’«, y verificar el cumplimiento de los acuerdos establecidos. Además, se mencionó la necesidad de revisar los contratos, particularmente en relación con el porcentaje de recursos que Argentina tiene derecho a utilizar, estipulado en un 10%.

«Hay algo raro con los contratos de la base. Se les dio un territorio donde prácticamente la Argentina no puede entrar«, precisó la fuente de la Casa Rosada sobre la estación ubicada sobre la ruta provincial 33, en la denominada Pampa de Pilmatué.

 «Los contratos no son claros. Según entiendo, por contrato, el 10% de los recursos de uso [del tiempo de la antena] los debe utilizar la Argentina. Queremos chequear que eso verdaderamente sea así», especificó el funcionario del gobierno.

La construcción de la base espacial, iniciada durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y completada en 2017, ha sido objeto de controversia desde su concepción. La cesión de unas 200 hectáreas de terreno por parte del gobierno de Neuquén a China por un período de 50 años ha despertado alertas sobre la soberanía y la transparencia de los acuerdos.

Días atrás, el embajador estadounidense en Argentina, Mark Stanley, había expresado su inquietud porque se permite “que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué. Tengo entendido que se trata de soldados del Ejército chino que operan este telescopio espacial, no sé lo que hacen, creo que los argentinos tampoco lo saben, y deberían entender por qué los chinos están desplegados allí”.

En respuesta, las autoridades argentinas han tratado de bajar el tono a las preocupaciones planteadas por Stanley, pero reconocen la posibilidad de una inspección técnica para garantizar el cumplimiento de los contratos y respetar los intereses nacionales. En este sentido, parece que la visita de la militar estadounidense ha intensificado el escrutinio sobre la base china en Neuquén.

La preocupación de Estados Unidos

Las tensiones entre Estados Unidos y China se reflejan en la región, con la competencia geopolítica en América Latina como telón de fondo. 

Laura Richardson el mes pasado describió la expansión de la influencia china en la región como parte de una estrategia para suplantar a Estados Unidos como líder mundial.

En este sentido, el presidente Javier Milei ha manifestado muchas veces sus discrepancias ideológicas con el régimen comunista chino, por lo que naturalmente se está alineando geopolíticamente con Occidente, a diferencia del gobierno anterior.

La base espacial china en Neuquén puesta en marcha durante el kirchnerismo, está equipada con una antena de 35 metros de diámetro dirigida a misiones de exploración del espacio profundo y ha sido objeto de especulación sobre sus posibles usos duales, tanto civiles como militares. Si bien se han impuesto restricciones sobre el uso militar de la base, persisten las dudas sobre su verdadera naturaleza y objetivos.

Asimismo, Washington también ha expresado preocupación por otros proyectos respaldados por China, como la posible construcción de un puerto multipropósito en Tierra del Fuego, donde el gobernador Gustavo Melella está interesado en permitir una inversión del gigante asiático. El proyecto implicaría el desarrollo del puerto de aguas profundas más austral del planeta que podría afectar una importantísima ruta marítima para el comercio global. 

Es por eso que la visita de tres días de la jefa del Comando Sur estadounidense, incluye una escala en Ushuaia.

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