Fuente: Minghui.org
En noviembre de 2022, una mujer en China, que lloraba, publicó un vídeo en Douyin (la versión china de TikTok). Denunciaba que le habían robado su documento de identidad y que la habían registrado –con sus datos– como donante de órganos en el sistema oficial de China. Estaba aterrorizada ante la posibilidad de que un día le robaran los órganos, y la convirtieran en “donante” de órganos.
Un sistema “voluntario” forzado
Por los comentarios que se ven en las redes sociales, muchas otras personas también están preocupadas por este sistema de donación de órganos.
El Partido Comunista Chino (PCCh) ha lanzado hace poco una campaña en la que hace una llamada a la donación voluntaria de órganos. Como parte de esta campaña de donación “voluntaria”, he oído que el PCCh emitió una política para que los trabajadores de las empresas rellenen los formularios de la donación voluntaria de órganos. Además, al parecer, muchas personas están descubriendo que sus nombres se registran en el sistema de donación sin su consentimiento.
Algunos estudiantes universitarios compartieron sorprendidos en las redes sociales que habían recibido la confirmación de su registro como “donante voluntario de órganos”. Pero, nunca se habían registrado como tales. Es más, ni siquiera saben de qué se trata.
Luego, más internautas han informado de otros hallazgos sobre este sistema de donación. En un post se decía que si alguien firmaba “voluntariamente” un consentimiento y después decidía cancelarlo, su puntuación de crédito social podía verse perjudicada. Otro aseguraba que resulta imposible cancelar una donación de órganos voluntaria una vez que se registra. Aunque se pida la cancelación, el registro no se elimina del sistema.
Algunas personas creen que esta “donación voluntaria de órganos” es una herramienta con la que el PCCh trata de encubrir el crimen de la sustracción forzada de órganos que perpetra contra practicantes de Falun Dafa y otros tantos grupos. No obstante, cada vez hay más ciudadanos chinos y de la sociedad internacional que están tomando conciencia de esta atrocidad.
Mentiras interminables
Si se observa la historia del PCCh en las últimas décadas, esencialmente, todas las iniciativas “voluntarias” han sido obligatorias, generándose así un historial de mentiras y brutalidad.
Por ejemplo, el Movimiento de Rectificación de Yan’an, que comenzó en 1942, fue un notorio conflicto interno, en el que la gente se vio obligada a traicionarse mutuamente con mentiras. Las cosas empeoraron después de que el PCCh tomara el poder en 1949, con un reguero de ejemplos brutales que van desde la Campaña Antiderechista (de 1957 a 1059), la Revolución Cultural (de 1966 a 1976), y la Masacre de la Plaza de Tiananmen (en 1989) a la persecución a Falun Dafa (de 1999 al presente).
El lavado de cerebro que perpetra el PCCh tampoco tiene precedentes. Cuando los chinos se unen a las organizaciones del PCCh, como la Liga Juvenil y los Jóvenes Pioneros, tienen que levantar el brazo derecho y jurar que dedicarán su vida al Partido. Por eso, cuando el PCCh sea destruido por los pecados que cometió, muchas personas van a sufrir las graves consecuencias de habérsele unido.
Para empeorar las cosas, el PCCh destruyó los valores tradicionales con sus numerosas campañas políticas. Y dispuso a los chinos en contra de los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, las enseñanzas primordiales de Falun Dafa. Afortunadamente, un gran número de personas se han desvinculado del PCCh, porque los practicantes no cejan en su empeño de revelarle a la gente la verdadera naturaleza del PCCh y de explicarle cómo tortura a practicantes inocentes porque se niegan a renunciar a sus creencias.
Podría resultar obvio que la llamada “donación voluntaria de órganos” no deja de ser otra mentira con la que el PCCh trata de engañar a la gente y encubrir el crimen de la extirpación forzada y masiva de órganos. Por tal razón, se ha vuelto de importancia vital que la gente pueda ver con claridad la corrupción del PCCh y rechazar este régimen. Su propia seguridad está en juego.