Fuente: Mundo Libre Diario
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual de la Escuela Buda, que contiene ejercicios de meditación y enseñanzas que mejoran el estándar moral. Después de ser presentada al público por el Sr. Li Hongzhi en 1992, la práctica ganó enorme popularidad, atrayendo a decenas de millones de seguidores en China y más allá.
Sin embargo, después de ver su rápido aumento de popularidad como una amenaza a su régimen autoritario, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó una brutal persecución y una campaña de difamación para erradicar la práctica y silenciar a sus seguidores. Desde entonces, se ha confirmado que al menos 4.365 practicantes de Falun Gong han muerto a manos de las autoridades chinas, pero el número en realidad se estima que es mucho mayor.
Cada año, Minghui.com, un sitio web con sede en EE. UU. que documenta la persecución a Falun Gong, publica un informe completo para resaltar y crear conciencia sobre la difícil situación de los practicantes de Falun Gong en China. El informe de 2023, que se publicó el 9 de enero, ofrece un relato desgarrador de una campaña de opresión selectiva que no ha disminuido en más de 20 años.
Opresión sistémica
El informe, corroborado por los medios locales y relatos de primera mano, ofrece una visión inquietante de la opresión sistémica y los abusos de los derechos humanos en China. Según los testimonios de quienes viven bajo el perpetuo acoso de las diversas organizaciones de seguridad del PCCh, se especula que el número real de muertes asciende a cientos de miles, o incluso millones.
1. Muertes bajo custodia y posteriores a la liberación
En 2023, el informe de Minghui reveló 209 nuevos casos de muerte debido a la persecución. Estas muertes se dividieron entre las que ocurrieron bajo custodia y las que siguieron a la liberación, a menudo como resultado de abusos sostenidos y negligencia médica.
- Muertes bajo custodia: Entre los 18 practicantes que murieron bajo custodia, sus historias hablan de brutales torturas físicas y tormentos mentales extremos. El caso de la Sra. Hu Yongxiu, que murió apenas seis días después de su arresto, y del Sr. Li Peigao, que murió días antes de su liberación, ejemplifica la crueldad del sistema de detención de China.
- Muertes posteriores a la liberación: El informe documenta casos en los que practicantes, liberados en estado crítico, murieron poco después. Esta estrategia, aparentemente encaminada a evitar la rendición de cuentas por las muertes bajo custodia, resalta aún más la naturaleza sistémica de la persecución y el cruel desprecio por la vida humana por parte de las autoridades.
2. Un espectro de tortura
El informe también detalla varias formas de tortura infligidas a los practicantes por la policía china. Estos iban desde abusos físicos como sesiones de tortura con picanas eléctricas, alimentación forzada y palizas, hasta tormentos psicológicos, incluidas agresiones sexuales, privación del sueño y hambre. Estos actos, que violan los derechos humanos más básicos, son indicativos de una campaña más amplia para reprimir a los practicantes de Falun Gong mediante el miedo, el acoso y la intimidación.
- Tortura por descarga eléctrica: La víctima más joven identificada en el informe fue el presentador de radio Sr. Pang Xun, de 30 años, quien perdió la vida debido a abuso físico mientras cumplía una sentencia de cinco años en una prisión en la provincia de Sichuan. El informe reveló que el cuerpo post-mortem del Sr. Pang mostraba la evidencia de su terrible experiencia, marcada por lesiones por descargas eléctricas, alimentación forzada y signos de haber sido inmovilizado con cuerdas y cadenas.
El Sr. Pang también fue sometido a descargas eléctricas en partes sensibles de su cuerpo, lo que le provocó un dolor insoportable y graves quemaduras. Según el informe, el Sr. Pang fue obligado a usar una camisa de fuerza hasta 20 horas al día, a pesar de tener heridas abiertas debido a los golpes y las palizas. Este método de tortura no sólo se utiliza para infligir daño físico, sino que también sirve como herramienta de intimidación mental, con el objetivo de quebrar la voluntad y el espíritu del practicante. - Trabajo físico forzado y agresión sexual: Otro caso descrito en el informe es el de una practicante que fue sometida a trabajo físico forzado durante períodos prolongados. Además, enfrentó agresión sexual a manos de sus captores. Esta doble forma de abuso resalta el alcance de la deshumanización y degradación que sufren los practicantes, con la intención de humillarlos y suprimir sus creencias.
3) Sentencias falsas
Sólo en 2023, 1.188 practicantes fueron sentenciados a prisión bajo confusos “cargos de subversión”, con una sentencia promedio de tres años, señala el informe. También destaca la naturaleza generalizada de estas sentencias en varias provincias, siendo la provincia de Shandong la que lidera el número de sentencias. La sentencia de practicantes jóvenes y ancianos (el mayor tiene 89 años y el más joven, 22) también plantea serias preocupaciones sobre el desprecio por la decencia humana básica en el sistema legal chino.
Más allá del encarcelamiento
4) El flagelo invisible: el acoso y la discriminación
El informe de Minghui también arroja luz sobre los 6.514 casos de acoso contra practicantes de Falun Dafa en 2023. Estos incluyeron pérdidas de empleo, sesiones de adoctrinamiento forzado (lavado de cerebro) y otras prácticas discriminatorias. Este aspecto de la persecución, a menudo pasado por alto, ilustra la naturaleza generalizada de la campaña del PCCh contra Falun Gong, que apunta y afecta todos los aspectos de la vida de los practicantes.
Desde que comenzó la persecución, muchos seguidores de Falun Gong también han sido objeto de acoso implacable, vigilancia, arrestos y encarcelamiento arbitrario.
- Redadas y adoctrinamiento forzado: El informe destaca cómo los practicantes fueron obligados a asistir a clases donde fueron sometidos a “propaganda anti-Falun Gong”, con el objetivo de obligarlos a renunciar a sus creencias. Este acoso psicológico iba acompañado a menudo de amenazas de pérdida del empleo o incluso de despido de sus lugares de trabajo.
En varios casos, los practicantes que se negaron a cumplir con las demandas de abandonar su fe enfrentaron no solo repercusiones profesionales sino también aislamiento social, ya que sus colegas y miembros de la comunidad fueron presionados para distanciarse de cualquiera asociado con la práctica.
Un llamado a la acción
A pesar de los amplios esfuerzos del PCCh para erradicar e intimidar a los seguidores y partidarios de Falun Gong, la práctica sólo ha cobrado impulso en los últimos años. Hoy en día, un número cada vez mayor de organismos gubernamentales, defensores y organizaciones no gubernamentales (ONG) están dando un paso al frente para condenar a China por su historial de derechos humanos.
Si bien el informe destaca la sombría realidad de una represión brutal y selectiva que ha durado más de 20 años, también crea conciencia sobre el flagrante desprecio de las autoridades chinas por la vida humana y la decencia básica. También pide una mayor atención e intervención internacional para abordar estas violaciones de derechos humanos y responsabilizar al PCCh.
Por Alina Wang