Fuente: Informe Orwell
En un sorprendente episodio ocurrido el lunes, la sinagoga Chabad Lubavitch en Crown Heights, Brooklyn, se convirtió en escenario de caos cuando trabajadores de la construcción llegaron para sellar un túnel ilegalmente excavado. Este pasadizo clandestino era utilizado por jóvenes judíos ortodoxos con la intención de conectar el edificio con un baño ritual cercano.
La sede global de Chabad Lubavitch, ubicada en 770 Eastern Parkway, ha sido testigo de un conflicto persistente con estos jóvenes desde diciembre. En ese momento, el rabino descubrió la existencia de túneles excavados bajo el edificio, aparentemente destinados a acceder a otra propiedad en la misma calle.
Lo intrigante es la razón detrás de la férrea conexión de estos jóvenes con la propiedad a la que accedían ilegalmente. A lo largo de los años, han mantenido disputas con la sinagoga sobre la propiedad principal, pero la motivación detrás del acceso al baño ritual, conocido como mikvah, sigue siendo un misterio.
El lunes por la noche, cuando las máquinas mezcladoras de cemento y los equipos de construcción llegaron para sellar los túneles, los jóvenes protestaron vehementemente. Se interpusieron en el camino, llegando incluso a arrancar las paredes de madera que ocultaban la entrada secreta a los túneles, y corrieron hacia ellos para impedir su cierre.
Las tensiones alcanzaron su punto máximo cuando la policía de Nueva York tuvo que intervenir para retirar a los manifestantes, resultando en la detención de doce personas que aún no han sido identificadas.
La comunidad Chabad-Lubavitch ha estado excavando túneles bajo la sinagoga durante meses, pero el propósito exacto de estos pasadizos subterráneos sigue sin esclarecerse. Se especula que podrían estar conectados a un mikvah abandonado de mujeres, pero la forma en que esto expandiría la sinagoga permanece sin aclarar.
Después de descubrir los túneles en diciembre, los líderes de la sinagoga llamaron a ingenieros estructurales para evaluar los daños. El lunes, finalmente, se tomaron medidas para sellar los túneles, provocando la furiosa reacción de los jóvenes.
Videos del incidente, compartidos en redes sociales, mostraron un gran despliegue policial intentando controlar a los jóvenes enojados. Al menos uno de ellos desafió a la policía, recibiendo la respuesta de un oficial que afirmó: «No hacemos eso en América».
La situación se resolvió después de varias horas, con la policía sacando a los detenidos esposados de los túneles.