Por Gabriela Moreno – Panampost

Más restricciones y menos derechos ciudadanos regirán en China con la implementación del nuevo reglamento de la Comisión Central de Inspección Disciplinaria (CCDI) del Partido Comunista Chino (PCCh) que ordena la expulsión de sus miembros si leen en privado historias que “difaman y calumnian a los líderes nacionales y del partido o distorsionan la historia del partido, la República Popular China y el Ejército Popular de Liberación”.

La tolda que lidera Xi Jinping anunció la ampliación de los castigos en la víspera de la tercera sesión plenaria que la comisión disciplinaria efectuará del 8 al 10 de enero. Ahora, China castigará con advertencias y una pena de libertad condicional disciplinaria a quienes compren o difundan “material sensible”. El poderoso organismo de control del partido argumenta que la lectura de libros “poco halagadores” constituye un “delito político”.

China castigará también con una expulsión a quienes tienen encuentros con prostitutas o consumen drogas ilegales, delitos que si bien son menores, según el código penal, son suficientes para causar “daños graves a la imagen del partido”, divulga South China Morning Post.

Comisión cómplice de Xi

La comisión disciplinaria es severa, considerando que entre enero y septiembre de este año sancionó a 405.000 funcionarios por supuestos actos de corrupción. De los castigados, 34 ejercían cargos públicos, entre ellos, el antiguo secretario del Partido Comunista en la ciudad de Hangzhou (este), Zhou Jiangyong, quien recibió una pena de muerte suspendida por aceptar sobornos.

Un destino similar tuvo exvicegobernador del Banco Popular de China, Fan Yifei, sospechoso de haber también recibido coimas. Sin embargo, la cantidad es mayor si se agrega que el año pasado cerró el castigo de otros 592.000 funcionarios por supuestamente incurrir en malversación, apropiación indebida, falsificación y extorsión. La condena a muerte en suspenso emitida contra el exministro chino de Justicia, Fu Zhenghua, figuró en la lista.

Todos son sometidos a torturas que van desde el confinamiento en solitario, el uso de temperaturas extremas, privación del sueño, agua o comida; palizas y posturas forzosas durante horas en el shuanggui, el sistema de detención secreta que utiliza la organización contra sus miembros sospechosos de conducta irregular para obligarles a confesar.

Más que justicia, esta asidua persecución levanta dudas sobre Xi, quien parece utilizar a la comisión para acabar con la carrera política de algunos de sus rivales políticos o cualquiera de los 88 millones de miembros del PCCh.

Por el camino de Corea del Norte

Con estas nuevas sanciones disciplinarias en contra de los miembros del PCCh, el régimen comunista de Xi Jinping enrumba a Pekín al panorama de duras restricciones que impera en Corea del Norte.

Xi también ordenó multas y autorizó el arresto de quienes pretendan “usar ropa o portar símbolos en público que sean perjudiciales para el espíritu del pueblo chino o hieran los sentimientos del pueblo chino” hace tres meses.

Sus disposiciones amplían el catálogo de prohibiciones en China en el cual resaltan desde la censura de la ceremonia de los premios Oscar en 2021 y hasta la limitación de “música subversiva” en karaokes y veto a un equipo de la NBA por pronunciamientos en contra de la represión sistemática en el Tíbet y en la región de Xinjiang.

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