Fuente: Mundo Libre Diario

La asunción a la presidencia de Javier Milei del próximo 10 de diciembre será la más austera que se recuerde en la historia argentina, puesto que hasta el momento la idea es que no haya ni banquete al mediodía ni cena de gala por la noche, como era la tradición, según recoge Clarín.

En este sentido, el traspaso de mando no tendrá lujos ni excentricidades, debido a la situación económica delicada que atraviesa el país.

Se prevé que las casi 40 delegaciones confirmadas, integradas por jefes de Estado y representantes de embajadas y organismos internacionales presencien el traspaso de atributos presidenciales en el Congreso, es decir el momento en que Alberto Fernández le coloca la banda presidencial y le entrega el bastón a Javier Milei.

Luego, se trasladarán a la Casa Rosada. En el Salón Blanco, el presidente tomará juramento a sus ocho ministros. Algunos líderes internacionales tendrán reuniones bilaterales con el nuevo presidente, entre ellos el rey Felipe de España, el armenio Khachaturyan Vahagn y el húngaro Viktor Orbán.

Según el protocolo, las delegaciones extranjeras saludan al presidente y -de manera opcional- los espera un concierto el Teatro Colón, que les está preparando su director, Jorge Telerman.

Austeridad y frugalidad

En una entrevista reciente con el periodista Alejandro Fantino, el presidente electo Javier Milei, afirmó no tener gustos caros y ser austero en su vida personal. Por ese motivo, iba a tratar de utilizar lo menos posible los recursos del estado, como el helicóptero, y centrarse en trabajar desde la residencia de Olivos.

Según la cultura tradicional china, gobernar el país con austeridad, o lo que se denomina prudencia económica en la actualidad, conlleva una serie de beneficios notables.

Según lo registrado en Shi Ji (Registros Históricos), durante el reinado del emperador Ping en la dinastía Han, la emperatriz viuda emitió un edicto que proclamaba: «La clave para administrar un país reside en fomentar la prosperidad del pueblo, y la práctica del ahorro es fundamental para lograrlo. En tiempos de bonanza, no hay nada más esencial para un monarca virtuoso que ser económico. La enseñanza de la virtud del ahorro al pueblo establecerá una estructura social sólida, fomentará la bondad entre parientes y erradicará las raíces de los conflictos y desacuerdos. Esto sienta las bases para la prosperidad de la población y representa la manera de gobernar sin recurrir a castigos. Es imperativo esforzarnos por poner esto en práctica».

El edicto prosiguió: «Entre los ministros, Gongsun Hong, Marqués de Pingjin, destaca como el más aplicado en la práctica del ahorro. Maneja el dinero con moderación, valora la benevolencia y la rectitud. A pesar de ser canciller, elige usar una colcha de algodón en lugar de seda durante la noche y se contenta con un plato de carne y arroz sin refinar en cada comida. Dedica todo su salario a agasajar a individuos virtuosos e invitados, sin reservar nada para sí mismo. Esto ejemplifica un control interno y el cumplimiento de la ley en la conducta personal».

Esto quiere decir que al aplicar principios de austeridad en la administración gubernamental, tanto la población en general como los funcionarios adoptarán una actitud de autocontrol, mostrando cautela en sus gastos diarios y estando preparados económicamente cuando sea necesario. No se desviarán de los fondos públicos ni aceptarán sobornos, demostrarán generosidad al asistir a otros, y como resultado, la sociedad experimentará un ambiente armonioso, con menos conflictos, logrando así estabilidad y paz.

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