Tras aterrizar en Buenos Aires luego de su gira por Estados Unidos, el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, reafirmó el alineamiento que tendrá su gobierno con Occidente y el mundo libre: «No vamos a estar con autócratas y comunistas».
En su viaje, Milei se reunió el 28 de noviembre en la Casa Blanca con funcionarios de primer orden de la Administración Biden: Jake Sullivan (Seguridad Nacional) y Juan González (América Latina).
Asimismo, su futuro ministro de Economía, Luis Caputo, y quien será su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, mantuvieron conversaciones con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Al regresar a su país el miércoles, Milei mantuvo conversaciones con algunas radios locales en donde expresó que la gira había sido todo un éxito, ya que incluso los propios dirigentes de La Libertad Avanza (LLA) quedaron sorprendidos por el grado de recepción que tuvieron sus propuestas en el país norteamericano.
Asimismo, en diálogo con el periodista Eduardo Feinmann, el líder libertario señaló que su visita fue bien recibida, en parte, por su firme compromiso con la libertad y la democracia liberal.
«La realidad es que hemos tenido un viaje (muy) muy positivo con resultados que verdaderamente nos han sorprendido a nosotros mismos», sintetizó Milei.
«Hemos hecho el planteo de nuestro alineamiento internacional y las respuestas verdaderamente han sido (muy) muy positivas», sostuvo.
Con su reunión en el Ala Oeste de la sede ejecutiva del gobierno de EE. UU., Milei se convirtió en el primer presidente electo argentino que visita la Casa Blanca.
El economista libertario dijo que Sullivan se sintió «muy identificado» con el alineamiento geopolítico que propondrá el nuevo gobierno argentino.
«Nosotros hacemos una defensa férrea de las ideas de la libertad, de la democracia liberal, y de no alinearnos con autócratas ni con quienes no respetan la libertad y la democracia, y tampoco con los comunistas. Ese es un punto de partida muy fuerte», afirmó.
Asimismo, Milei indicó que el buen recibimiento que tuvo en la Casa Blanca también se debió «al nivel de oscurantismo que han tenido las relaciones internacionales argentinas de los últimos 20 años, con la excepción de los cuatros años del presidente Macri».
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