Por Oriana RivasPanampost

Es probable que Disney, una de las mayores compañías precursoras de la agenda progresista, se diera cuenta de los continuos fracasos y críticas hacia los remakes de grandes clásicos. Por ejemplo, la versión live action de La Sirenita, a pesar de no haber sido una decepción en recaudación, tampoco representó un evento apoteósico a la hora de generar ganancias. Pero más que el dinero, lo que cobró mayor relevancia fueron los comentarios de la audiencia, que vio cómo la inclusión forzada cambió la imagen de la princesa.

Modificar el color de piel no es lo único que ha molestado a los fanáticos de las películas infantiles. Va mucho más allá ya que la compañía instaló la ideología de raza y de género en los productos que comercializa, las iniciativas que financia y la manera en que instruye a sus empleados. La nueva versión de Blancanieves es la reiteración de todo eso, y el rostro más visible, es la protagonista que al día de hoy reniega de la historia que interpreta.

Ahora, el estreno de esta versión woke de Blancanieves se aplazó para marzo de 2025, un año luego de lo planeado. Inicialmente Disney citó como causa la huelga de Sindicato de Actores de Hollywood (SAG-AFTRA). Sin embargo, una fuente mencionó a Daily Mail que realmente hay temor de que la película sea un “desastre financiero” y perjudique los planes para futuros spin-offs. Por eso, están “descifrando qué hacer” luego de invertir 330 millones de dólares en el largometraje.

La protagonista que critica su película

Rachel Zegler, la actriz que va a interpretar a Blancanieves en su nueva versión es irónicamente una de las que más ha criticado la historia. Ha dicho que las escenas en las que aparece Andrew Burnap, quien hace de príncipe azul podrían eliminarse de la película. También ha aseverado que la versión de 1937 es una historia de amor “extraña” donde el personaje “acosa” a la protagonista y que en la versión que ella participa este “no la salvará y [Blancanieves] no soñará con el amor verdadero”, sino que será una “líder”.

Zegler dijo estar “exhausta” de las críticas que recibe. Sin embargo, no se ha detenido en atacar la versión animada. A todo esto hay que añadir que durante una entrevista, afirmó que solo vio la película una vez porque cuando era niña porque le daba “miedo” y solo la volvió a ver cuando la convocaron a hacer el remake. Ese desprecio ahora le cuesta caro entre los fanáticos.

Lo cierto es que la actriz ha contribuido a la mala prensa de la película antes incluso de su estreno. Y es que haberla contratado fue el punto de partida por su falta de parecido con la princesa alemana, aunque la polémica mayor se desató cuando el actor Peter Dinklage reclamó que Disney eligiera a una actriz latina para el papel principal, ignorando que se mantenía la estigmatización sobre personas de baja estatura. La empresa luego cambió a esos personajes por “criaturas mágicas” de distintas estaturas y color de piel, pero tampoco acertó y hace poco trascendió una imagen con los “siete enanitos” recreados por computadora.

Llega la competencia de la Blancanieves woke

A la corriente ideológica, en la que Disney evita ahogarse, le surge competencia. Bentkey, la compañía de entretenimiento infantil de The Daily Wire prepara una versión live action apegada a la historia animada original. Se llamará “Blancanieves y la reina malvada” y estará protagonizada por Brett Cooper, youtuber y comentarista política conservadora estadounidense.

El adelanto se publicó hace dos semanas atrás y ya tiene más de tres millones de reproducciones. Parece que Disney comienza a tener competencia en esto de las historias infantiles. Los comentarios de dicho video muestran la insistencia de los espectadores por tener versiones apegadas a las historias famosas, sin cambios que obedecen a una agenda ideológica.

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