Fuente: El Archivo

Alberto Fernández se encuentra realizando la última visita internacional como presidente de Argentina. A poco menos de dos meses de entregar el bastón de mando, y en medio de semanas muy convulsionadas por la crisis cambiaria e inflacionaria que vive el país, Fernández eligió a uno de los socios preferidos de su gobierno, China, para cerrar su gestión a nivel internacional.

Las vinculaciones de China con Argentina han ido incrementándose desde inicios de la década pasada. En particular, desde que Cristina Fernández comenzó su segundo mandato, en 2011. Desde entonces, Argentina no pudo resistirse a las poderosas armas de seducción chinas. Inversiones, ayuda financiera, obras de infraestructura, entre varias otras, cimentaron una relación que es cada vez más sólida. Aunque también cada vez más desigual. Las enormes necesidades que tiene Argentina en materia de financiamiento internacional ofrecen terreno muy fértil para que China consolide su influencia en el país. Lo mismo hace el gobierno de Xi Jinping con otros países del mundo en desarrollo o de desarrollo bajo.

Un viaje de esta magnitud, a una de las potencias mundiales, que no es una democracia y que soporta numerosas denuncias de violaciones a derechos consagrados en Argentina parece, cuanto menos, inoportuna. El poder político de Fernández no se condice son su poder formal. Y los compromisos que vaya tomando en este último viaje oficial podrían comprometer el desarrollo del gobierno que resulte electo el próximo domingo o en el balotaje.

La agenda de Alberto

La agenda de Fernández siguió los lineamientos que ha seguido el vínculo entre China y Argentina en los últimos años: ayuda financiera a cambio de facilidades para la explotación china de recursos estratégicos, como el litio y las telecomunicaciones.

Litio

La explotación de litio del NOA argentino, integrante del triángulo del litio de Sudamérica, es uno de los temas principales para China en su vinculación con Argentina. En esta línea, la gran mayoría de las reuniones que mantuvo Fernández en China se relacionaron con el litio.

En primer lugar, se reunió con la empresa Gotion Hi Tech, una empresa de capitales chinos que se asocia con entidades locales para la explotación de litio en nuestro país. Se analizaron los acuerdos de cooperación con la empresa jujeña JEMSE para desarrollar el proyecto litífero Cauchari-Olaroz en la provincia. El plan incluye operaciones de extracción y refinamiento de litio en una planta que se construirá en la Zona Franca de Perico. Se acordó la construcción de una línea de producción estandarizada de packs de baterías para uso doméstico y comercial.

Alberto Fernández, de recorrida con empresarios.

Alberto Fernández, de recorrida con empresarios.

Le siguieron reuniones con el grupo Power China, el mayor contratista de energías renovables en Argentina y una de las mayores empresas constructoras de la región, y con el CST Mining Group, en el que analizaron los proyectos de fabricación de baterías de litio en el país. A continuación, también hubo una reunión con representantes de Tsingshan Holding Group, que desarrolla el proyecto de litio del Salar Centenario-Ratones en la provincia de Salta. La firma tiene también la planta de procesamiento de cloro alcalino, ubicada en el Parque Industrial Perico en Jujuy. Por último, en esta materia, fue el turno de la reunión con directivos de la empresa Tibet Summit Resources, con quienes busca analizar proyectos de la firma que controla las compañías argentinas Potasio y Litio de Argentina S.A. (PLASA) y Tortuga de Oro S.A. (TOSA). Tibet Summit Resources presentó planes de inversión de 2.200 millones de dólares en dos proyectos de litio en Salta: 700 millones de dólares corresponden al proyecto Salar de Diablillos y 1.500 millones de dólares destinados a construir una planta de procesamiento de litio en el Salar Arizaro que generarán hasta 10.000 puestos de trabajo.

Telecomunicaciones

Alberto Fernández también se hizo un espacio para reunirse con representantes de Huawei, la empresa tecnológica que opera como el brazo ejecutor del gobierno chino en esta materia. China tiene un ambicioso plan de implementación de su tecnología 5G en todo el mundo. Compite con Estados Unidos por la conquista de los distintos países.

Fernández fue recibido por el presidente de Asuntos Públicos y Comunicaciones, Jianfeng Wang, el presidente de Huawei Latinoamérica y Caribe, Danjin Zhou, y el vicepresidente, Feng Que, y el CEO de Huawei Argentina, Mingqiang Zhang, quienes le mencionaron la posibilidad de que podrían reanudar sus operaciones de producción en Argentina, tras haber discontinuado su presencia en 2019.

Huawei viene siendo señalada como la herramienta que usa el gobierno chino para vigilar comunicaciones en todo el mundo. Son numerosas las sospechas que indican que, a través de la instalación de antenas de Huawei, el gobierno chino no solo ofrece el servicio de 5G, sino que además, como se dice en la jerga, “chupa” todo tipo de información que termina en el comando central del Partido Comunista Chino. A través de Huawei, China tomaría conocimiento de prácticamente todo lo que sucede en los países en los que funciona su tecnología 5G. Y, además, con cada antena va sembrando postas de una red de telecomunicaciones global que le permitiría, por ejemplo, tener conectividad en todo el mundo ante un eventual conflicto de dimensiones internacionales.

Los BRICS

Alberto también aprovechó su visita a China para mantener una reunión con Dilma Rousseff, presidente del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS. El grupo de los BRICS fue fundado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. La economía de los cinco países que conforman el bloque equivale al 36% del PBI mundial y su población representa el 46% de la población del planeta. Hace solo algunas semanas, en una cumbre en Johannesburgo, quedó establecido que Argentina, junto con Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita.

Alberto, junto a Dilma Rousseff.

Alberto, junto a Dilma Rousseff.

El banco de los BRICS cuenta con un capital suscrito de 50.000 millones de dólares, autorizado por 100.000 millones y con 32.800 en ejecución entre 96 proyectos. Además, tiene un fondo de 100.000 millones de dólares para fortalecer la seguridad financiera de sus miembros a través del Acuerdo de Reservas de Contingencias. El banco de los BRICS aparece como una nueva alternativa de endeudamiento para los países parte. Probablemente esa sea una de los intereses centrales de Argentina.La incorporación de Argentina a los BRICS es una clara muestra de lo inoportuno que luce el viaje de Fernández. Todos los candidatos de la oposición cuestionaron seriamente la medida tomada por Fernández.

En El Archivo te contamos la reacción de los candidatos presidenciales ante esta posibilidad de que Argentina se incorpore a los BRICS. El candidato Javier Milei aseguró que “nosotros somos defensores de la paz, el libre comercio, la democracia y la libertad. Eso implica que tendremos un alineamiento de geopolítica con Estados Unidos e Israel. Esa es nuestra política internacional. Nosotros no nos vamos a alinear con comunistas”. La candidata Patricia Bullrich declaró que “creemos en un orden internacional basado en reglas para preservar la paz y el respeto del derecho internacional. La Argentina bajo nuestro gobierno no va a estar en BRICS”. Tanto uno como otra, cuestionan que Argentina se sume a una alianza compuesta por personajes y regímenes muy cuestionables: Putin, invasor de Ucrania; e Irán, aliado de Hamas, Hezbolá y responsable de los dos ataques terroristas sufridos por Argentina en 1992 y 1994.

¿El verdadero motivo del viaje?

La parada principal del viaje del presidente Fernández será el miércoles, cuando lo reciba el presidente chino, Xi Jinping. Fernández pone todas las fichas en este encuentro, y el ministro-candidato Sergio Massa también: se espera que tras esta reunión pueda anunciarse la activación del segundo tramo del swap de monedas suscrito por los dos países. Con el equivalente a 5.000 millones de dólares se podría afrontar el pago de importaciones. Y, por supuesto, llegar con el menor costo posible al final del mandato, el 10 de diciembre. China viene ejerciendo como potencial backup de los desaguisados económicos del gobierno, que generan una creciente falta de dólares. El famoso swap chino aparece siempre como un salvavidas. Sin embargo, poco se dice de los compromisos que el estado nacional toma como contraparte de esta asistencia. Por un lado, las cláusulas de este acuerdo son, en su mayoría, secretas. Por otro, a partir de experiencias de otros países, se sabe que las condiciones que pone China para brindar esta asistencia son muy costosas: tasas de interés más altas que las de la banca internacional y prioridad en el compromiso de repago.

El swap de divisas con China siempre fue un salvavidas para la gestión Fernández.

El swap de divisas con China siempre fue un salvavidas para la gestión Fernández.

Una irresponsabilidad

La gira de Fernández por China, a menos de dos meses de dejar el cargo, parece, cuanto menos, inoportuna. Por un lado, difícilmente un país considere relevante la presencia de un mandatario saliente. Más, si consideramos el caso de Alberto Fernández, que no solo deja el cargo, sino que deja el poder. No tendrá incidencia alguna en el futuro gobierno, ni siquiera si resultara ganador Sergio Massa, el candidato de su espacio político.Por otro, los acuerdos que tome un gobierno de salida pueden resultar muy peligrosos para el desarrollo del gobierno que viene. Los condicionamientos que un país como China puede imponer a un gobierno, aprovechando su posición de debilidad, pueden afectar seriamente la estrategia de un nuevo gobierno nacional. A todas luces, una irresponsabilidad por parte de Fernández.

Una buena. Vale destacar que, esta vez, la comitiva, usualmente muy numerosa, fue reducida. La conforman el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce; el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja; la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería, Cecilia Todesca y el cónsul argentino en Shanghai, Luciano Tanto. La visita, aunque difícil de justificar, no podría ser tildada de generar un gasto excesivo al erario público.

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