Por Jing Wei – RFA Mandarin traducido por TierraPura.org
Mientras los estudiantes universitarios se preparaban para comenzar sus estudios después del verano, los expertos advertían que la infiltración de Beijing en las universidades estadounidenses continúa a pesar del cierre de docenas de sus Institutos Confucio.
“El Partido Comunista Chino volverá a adoctrinar y espiar a los estudiantes en los campus universitarios estadounidenses este año académico en un esfuerzo organizado conocido como ‘guerra cognitiva'”, según un seminario en línea dirigido por el reconocido Instituto Hudson.
“Su objetivo es suprimir las críticas al actual líder del régimen y sus políticas, promover la propaganda del partido comunista chino (PCCh), espiar e intimidar a los estudiantes chinos de intercambio, moldear las opiniones estadounidenses sobre Estados Unidos y robar investigación científica, tecnológica y militar”, señaló el instituto.
La reciente oposición a los centros lingüísticos y culturales financiados por Beijing –conocidos como Institutos Confucio– que se habían integrado en campus universitarios estadounidenses, ha llevado a muchas escuelas a rescindir estos acuerdos, con lo que el número de Institutos Confucio se ha desplomado de más de 100 a alrededor de una docena, dijo el vocero de Hudson.
Pero los expertos dijeron en el seminario que el gobierno chino ha modificado la burocracia y ha continuado sus operaciones de influencia de otras formas, incluso a través de las Asociaciones de Estudiantes y Académicos Chinos respaldadas por el gobierno, que -según ha advertido el Departamento de Estado- se dedican a vigilar a los estudiantes internacionales procedentes de China, y a la movilización política en suelo estadounidense.
“No todos los administradores universitarios actúan para detener la interferencia del PCCh en sus campus”, advirtió el Instituto en un resumen del seminario.
Motivaciones variadas
La infiltración china puede estar motivada por cualquier cosa, desde querer proyectar una imagen positiva de China y su gobierno hasta hacerse con tecnología que tiene aplicaciones potencialmente militares, dijo Ian Oxnevad, investigador principal de Asuntos Exteriores y Estudios de Seguridad de la Asociación Nacional de Académicos.
“Parte de esto también es el acceso a las universidades estadounidenses en general, para fines de investigación fundamental, porque eso tiene un impacto en la capacidad del régimen comunista chino para obtener tecnologías de doble uso”, dijo Oxnevad. “Esas son tecnologías que tienen usos con fines militares o comerciales “.
Además hay un trasfondo más extenso en juego, afirmó.
“También hay una especie de captación de élites… se trata de formar la opinión de los futuros responsables políticos y de las personas clave de Estados Unidos en el futuro, mediante la formación de la opinión de los estudiantes de hoy”, dijo, y añadió que los Institutos Confucio fueron sólo una fase de una operación de influencia de Beijing en el extranjero.
“Desde que ha habido un rechazo masivo a los Institutos Confucio, [muchos] básicamente han cerrado. A menudo, están siendo rebautizados como programas diferentes, de una manera no sistemática [aunque] sí continúa siéndolo por parte del régimen chino”, dijo, y asimismo advirtiendo: “Erosionan la libertad intelectual”.
Afirmó que las instituciones “en algunos casos han permitido al régimen del PCCh continuar monitoreando a los disidentes en el extranjero y continuar… con iniciativas del (llamado) poder blando”.
Lazos militares
Mientras tanto, el Hanban, organismo dependiente del Consejo de Estado que era responsable de los centros Confucio, ha cambiado de nombre.
Oxnevad afirmó que actualmente el régimen comunista chino se centra más en los acuerdos bilaterales de cooperación con universidades que reciben fondos para defensa o seguridad, y señaló que existe una clara correlación entre las universidades dedicadas a la investigación financiada por el gobierno y el número de acuerdos de cooperación realizados con universidades (comandadas por el gobierno) chino.
“Lo que está sucediendo es que muchas escuelas en Estados Unidos están formando vínculos bilaterales con universidades del régimen comunista chino que tienen vínculos militares con el Ejército Popular de Liberación en China”, advirtió.
“A menudo, coincidentemente se trata de universidades estadounidenses que tienen involucrado algún tipo de programa o departamento relacionado con la defensa. Eso es lo que está sucediendo ahora”.
Oxnevad citó el caso reciente de la Universidad Alfred en el norte del estado de Nueva York, que recientemente cerró su Instituto Confucio.
“Había recibido un contrato multimillonario del gobierno de Estados Unidos para ayudar a perfeccionar la tecnología de misiles hipersónicos, y algunos de los mismos individuos involucrados en el programa de cerámica de ingeniería en la Universidad Alfred también estaban vinculados al Instituto Confucio”, dijo.
Los campus estadounidenses que reciben financiación del Departamento de Defensa o de la Agencia de Seguridad Nacional o financiación gubernamental para ampliar sus programas de ciberseguridad también parecen atraer más vínculos con el régimen chino, dijo.
También hay implicaciones para cualquier persona con vínculos en China que haga cualquier cosa, incluso en suelo estadounidense, que no le guste a Beijing, según Cynthia Sun, investigadora del Centro de Información Falun Dafa vinculado al movimiento espiritual que ha sido prohibido en China y (descalificado deliberadamente por el PCCh) como una “secta”.
“Vimos mucha vigilancia física y digital por parte de representantes chinos”, dijo Sun sobre una reciente encuesta sobre la represión transnacional contra los practicantes de Falun Gong en los campus universitarios estadounidenses.
“A nivel nacional, hay al menos 45 universidades y colegios con estudiantes o profesores que practican Falun Gong en el campus”, dijo.
Persecución a Falun Dafa
Los clubes universitarios de Falun Gong normalmente organizan eventos, firma de peticiones, proyecciones de películas y exhibiciones, para crear conciencia sobre los 24 años de persecución por parte del régimen totalitario del gobierno chino, dijo Sun.
“Algunos son ciudadanos estadounidenses de segunda generación que tienen familiares, parientes ancianos en China, y también están los estudiantes internacionales chinos que tienen que regresar a China después de sus estudios”, dijo.
“De este grupo de personas, el 20% dijo que se sentían incómodos identificándose como practicantes de Falun Gong debido a las represalias que enfrentaron y por todo el miedo que tienen, el adoctrinamiento (para poner a los ciudadanos en contra) y la propaganda que rodea su práctica. “
Citó a un estudiante internacional chino en California que dijo: “Se llamó a familiares en China para informarles sobre mi paradero, mi número de teléfono o dónde estaba estudiando o trabajando” (con fines extorsivos).
Varios otros estudiantes informaron que se sintieron observados y sus familias fueron acosadas debido a sus actividades en Estados Unidos, añadió Sun.
“Así que están usando eso como chantaje para amenazar e intimidar a estos estudiantes y tratar de que dejen de realizar estas actividades, estos eventos”, dijo.
“Es el control de lo que el PCCh quiere que la gente piense y diga, a través del control de las actividades de los practicantes de Falun Gong, los activistas de Hong Kong y… las minorías étnicas”, dijo Sun en el seminario. “Y es posible que también traigan eso aquí, que traigan la vigilancia, la calumnia, la censura a los Estados Unidos de América”.
Sun describió las asociaciones de estudiantes y académicos chinos como “financiadas por el consulado chino local, y también reciben dirección del consulado chino”.
“Transmiten este mensaje de autocensura continua, de vigilancia continua”, afirmó.
“Es realmente difícil comprender cómo podría estar sucediendo esto en las universidades estadounidenses, pero a través de las CSSA y de la presencia de los Institutos Confucio, está muy vivo”, continuó el pensamiento del partido”, dijo.