Fuente: Voz Media
Un estudio reciente de Science Direct reveló que tras el desorden público y las protestas llevadas a cabo por los activistas radicales de Black Lives Matter (BLM) en contra de las fuerzas del orden hubo un aumento en la cantidad de asesinatos ejecutados por los delincuentes en el país.
El análisis desveló que en un periodo de cinco años (2015-2020) “los asesinatos reportados aumentaron alrededor del 11,5%” (más de 3000 homicidios adicionales) y los arrestos por delitos contra la propiedad disminuyeron un 12%.
Una de las razones que explica este fenómeno es que la policía ahora es “menos proactiva” y que su moral “disminuye significativamente” debido al desprestigio generado en la opinión pública por la muerte de George Floyd (lo que también hizo que sus labores se vieran coaccionadas o limitadas, ya que tenían miedo de las críticas o demandas).
El autor del estudio, Travis Campbell, declaró:
Los hallazgos del estudio del evento sugieren que las protestas de BLM llevaron a los departamentos de policía a dejar de interactuar con el público y obtener cámaras corporales, lo que provocó un aumento de la delincuencia (…) Estas estadísticas no sólo son alarmantes, sino que también ofrecen pruebas convincentes de una disminución sustancial de la actividad policial.
La moral policial por los suelos y la desfinanciación de la policía
El estudio señaló que las protestas de BLM llevadas a cabo después de la muerte de Floyd provocaron “un descenso de la favorabilidad hacia la policía” y “un mayor apoyo a la reforma policial”, especialmente en las zonas lideradas por funcionarios progresistas. Esto a su vez, generó que la moral policial se desplomara y tuvo como consecuencia “un aumento del 279% de las dimisiones voluntarias entre los oficiales de policía”.
La desfinanciación de los departamentos de policía también fue uno de los efectos negativos de las protestas. Quitarle recursos a las fuerzas del orden sólo generó más delincuencia, algunas de las ciudades que aplicaron estas políticas y sufrieron las consecuencias fueron Nueva York y San Francisco: en ambas se presentó un grave incremento del crimen.
Después de las revueltas de BLM también hubo un aumento en el numero de policías que se vieron brutalmente atacados. Según el FBI, “al menos un oficial fue asesinado cada seis días en promedio en 2022, lo que lo convierte en el tercer año más peligroso para las fuerzas en dos décadas”.
Una investigación basada en dos sucesos
El estudio recabó sus datos analizando dos sucesos relacionados con BLM: las protestas que surgieron a partir de la muerte de Michael Brown (2014 a 2015) y las que tuvieron lugar tras la muerte de George Floyd (2020 a 2021).
El análisis estudió cómo se generó un cambio en el trato de la ciudadanía hacia la policía en esos años, y también evidenció como consecuencia que “el efecto combinado de la retirada de la policía y la adopción generalizada de cámaras corporales condujo a una reducción del 10% al 15% de la fuerza letal entre finales de 2014 y 2019“.