Fuente: Panam Post
Ciudades completamente vacías o con escasos habitantes recuerdan a cualquiera las escenas de películas o series de zombies, pero en China esto se ha vuelto común, considerando que hasta 2018 más de 20 % del parque inmobiliario estaba desocupado y para 2021 el país albergaba siete de las diez ciudades con los precios de inmuebles residenciales más elevados del mundo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Un video en YouTube que se viralizó hace poco evidenció parte de esta realidad. La ciudad de Tianducheng, en la provincia de Zhejiang, fue inaugurada en el año 2007 con construcciones que imitan a la capital francesa, incluyendo una réplica de la icónica Torre Eiffel. Pero este lugar hoy luce como un pueblo fantasma.
El motivo se relaciona directamente con dificultades que el régimen comunista de Xi Jinping padece puertas adentro. Se construyen ciudades que quedan casi vacías por motivos que van desde los precios elevados, el envejecimiento de la población y la consecuente desaceleración del crecimiento demográfico. Es que si bien es cierto que China es la segunda mayor economía del mundo (solo por detrás de Estados Unidos), posiblemente estas ciudades fantasma sean la señal de que no todo va viento en popa.
Sin compradores de viviendas
En enero de 2022, el precio medio por metro cuadrado de una casa en Shanghái era de 66801 renminbi (más de 9100 dólares), apunta el portal Marketing to China. Para una población envejecida o jóvenes que no ganan lo suficiente, la opción es trasladarse a las afueras de estas megas ciudades.
Un ejemplo es el relato de Jian, un hombre chino que contó a El Confidencial cómo pasó de vivir en una vieja barriada, tradicionalmente conocidas como “hutong”, a salir de la zona debido a que son derrumbadas para construir enormes residencias. Algo que también ocurre es que aquellos que pueden, adquieren viviendas para resguardar ahorros o dejarlas como herencia para sus hijos. Por ese motivo tienen varias propiedades sin ocupar. Este es otro factor que contribuye a la existencia de estas ciudades fantasma en China.
Aunque adquirir inmuebles funciona como un medio para proteger el dinero a largo plazo, también está el hecho de que en julio “las ventas de viviendas nuevas en los 100 mayores promotores de China cayeron 33 % respecto al año anterior, según datos de China Real Estate Information Corp. Las ventas también cayeron 28 % en junio”, indica un reciente artículo del New York Times mencionado a su vez por el portal que recogió el testimonio. En otras palabras, Xi Jinping apunta a que China se vuelva cada vez más poderosa y deje atrás la imagen de ser “el país de las copias”, pero los indicadores económicos no parecen acompañar esos objetivos.
Más control, más crisis
Hay un término para explicar lo que ocurre en China. Se llama “gentrificación” y consiste en convertir espacios urbanos descuidados o pobres en zonas con grandes construcciones. Pero debido a que parte de la población no puede acceder a las nuevas propiedades, muchos quedan relegados porque el sistema creado por Xi Jinping se volvió tan coercitivo que la población opta por otros horizontes.
Además, no menos importante fue la bancarrota de la inmobiliaria china Evergrande en Estados Unidos que produjo un efecto dominó en el gigante asiático, ya que un desenlace de este tipo para una compañía termina generando desinversión en todo el sector afectado. Esto golpeó la economía china y reventó la burbuja inmobiliaria.
De manera que Xi Jinping se enfrenta a un dilema que viene siendo analizado por expertos. Tal como menciona Zhao Yanjing, catedrático de planificación urbana en la Universidad de Xiamen (Fujian), la crisis actual se debe a los esfuerzos “torpes y populistas” del Partido Comunista Chino (PCCh) “por controlar el mercado inmobiliario chino y utilizarlo para apoyar el crecimiento económico del país”.