Fuente: Gaceta Política
La creciente influencia de China en América Latina es evidente en los intentos del partido comunista chino de persuadir a Guatemala para que corte lazos con Taiwán, buscando así consolidar el poderío de Beijing en Centroamérica.
Esta maniobra es parte de una estrategia más amplia destinada a aislar a Taiwán, considerando que varios países aún reconocen a la isla como la República de China legítima en lugar de la potencia comunista del continente.
Durante su campaña electoral, el Presidente electo de Guatemala, Bernardo Arevalo, insinuó un posible acercamiento a China al expresar su deseo de “trabajar en nuestras relaciones comerciales y expandirlas, en el caso de China”.
Estas declaraciones generaron alarma en algunos sectores, mientras que en Beijing se percibieron como una oportunidad. No obstante, Arevalo intentó equilibrar su posición recientemente, afirmando: “Ya estamos en conversaciones con el gobierno de Taiwán… y hemos dejado claro que no hay interés en alterar las relaciones diplomáticas entre nuestros países. Eso no contradice que ya existan lazos comerciales con la República Popular China”.
Sin embargo, el panorama regional muestra un declive de la presencia de Taiwán. Naciones como Nicaragua, Panamá, República Dominicana, El Salvador y Honduras ya han cortado relaciones con Taiwán en favor de Beijing.
Este avance diplomático de China desde América del Sur hasta Centroamérica deja solo a unos pocos países, como Guatemala, Belice y Paraguay, manteniendo lazos formales con Taipei.