Por Eduardo Medina – muycomputer.com
En una entrevista concedida a The Babylon Bee en junio, Elon Musk ha discutido sobre la censura en las empresas privadas, principalmente grandes corporaciones como Google, y sobre si se deberían aprobar leyes que protejan la libertad de expresión de los usuarios ante las empresas privadas.
Sobre la posibilidad de crear leyes que protejan la libertad de expresión de los usuarios ante las empresas privadas, la cual algunos comparan o dicen que se inspira en la primera enmienda de la constitución de Estados Unidos, orientada a proteger la libertad de expresión de los ciudadanos frente a la censura del gobierno, Musk ha respondido que hay mucha censura de la que la gente no es consciente y que la mayor parte de esta procede de Google, Instagram y Facebook.
Siendo más concretos, Musk ha dicho en relación a Google, Instagram y Facebook que “hay una gran cantidad de supresión de secretos en Facebook, Instagram y Google. Es una supresión secreta sin parar”. En cuanto a los métodos empleados, ha destacado el shadow banning o expulsión en la sombra, que en el contexto que nos ocupa y según el multimillonario consiste en llevar a cabo prácticas como poner un enlace en la quinta página de una búsqueda para eliminar la visibilización de una página o un sitio web. Sea o no cierta esa afirmación, sí resulta un escenario verosímil viendo la fuerte posición dominante que tiene Google en el sector de los buscadores.
Además, Elon Musk también ha comentado que sería bueno que las empresas detrás de redes sociales publicaran su algoritmo, siguiendo así el ejemplo del propio Twitter. Continuando con cosas de la compañía que todavía dirige (y que muy probablemente seguirá dirigiendo desde las sombras), dijo que los desarrolladores encontraron una capa oculta de censura que fue escrita en 2012. Si bien reconoce que “censura es quizás la palabra incorrecta”, básicamente se trataba de un algoritmo que eliminaba todo tuit que contuviera alguna de las mil palabras que estaban presentes en su lista.
Los desarrolladores de Twitter, según la versión de Musk, no solo encontraron un algoritmo con una lista de palabras que eliminaba tuits, sino también otro con una lista de URL que fueron suprimidas. De ser ciertos todos los datos expuestos por el magnate, quedaría en evidencia que las plataformas censuran según sus intereses, algo en lo que obviamente no contribuye con la opaca forma en la que suelen funcionar. De hecho, la propia Google ha llegado a recibir presiones gubernamentales para que muestre sus algoritmos (aunque no se sabe quién, con qué parámetros y con qué propósito define qué se prohíbe que aparezca en las búsquedas web de casi todos los motores de búsqueda). .
Poca confianza se puede depositar en muchos de los grandes servicios de Internet, sobre todo si la principal fuente de ingresos de estos es la publicidad (o propaganda, según el caso), la cual tiene que ser dirigida (con un propósito específico) para sea realmente efectiva.
(N de T: Publicidad y propaganda suelen usarse como sinónimos pero no lo son: si bien ambos son ideas y mensajes que se dan a conocer con el propósito de generar reacciones específicas en la mente de las personas -que piensen de determinada forma y se conduzcan de determinada manera sin ser conscientes de ello-, la publicidad persuade para comprar o consumir. mientras que la propaganda se dedica a cambiar pensamientos, creencias y conductas. Ambas son tanto más efectivas cuanto más permanezca la persona expuesta a su repetición, y es el principio con el que funciona el “lavado de cerebro”.