Fuente: Minghui.org
(Continuación de la Parte 1)
Supongamos que alguien es insultado o agredido verbalmente. Mientras no se trate de una cuestión fundamental de lo que está bien y lo que está mal, lo más sensato es tolerarlo sin perder los estribos. Si uno puede soportar la vergüenza y afrontar los conflictos con calma, puede resolver bien el problema. La gente suele encontrar una solución mejor si puede dar un paso atrás cuando se enfrenta a conflictos.
El general Zhou Yu convertía en amigos a aquellos a quienes no caía bien.
Zhou Yu (175-210) fue un general militar y estratega chino de finales de la dinastía Han oriental.
Según Sanguo Zhi (Registros de los Tres Reinos), Zhou Yu era descrito como un hombre apuesto y con talento. Era de mente abierta y trataba a los demás con justicia. Zhou Yu también era de trato fácil, lo que hizo que la gente de la región le tuviera un profundo respeto.
La esposa del emperador Sun Quan y la de Zhou eran hermanas. El emperador apreciaba mucho a Zhou y lo trataba como a un hermano. Sin embargo, Zhou siempre fue humilde y cortés a pesar de sus logros. Es decir, trataba al emperador con respeto y dignidad.
En aquella época, Zhou era buen amigo de todos los generales, excepto de uno llamado Cheng Pu. Cheng era mayor y tenía más experiencia que Zhou, pero su rango era inferior y eso le molestaba. De hecho, insultó a Zhou muchas veces en público. Pero a pesar de tal humillación, Zhou miraba con amplitud de miras y no dejaba que le molestara.
Poco a poco, Cheng fue cambiando su actitud hacia Zhou, diciendo que su relación con él era agradable, como beber buen vino, y que había llegado a apreciarlo sin darse cuenta. En la posterior Batalla del Acantilado Rojo, Cheng y Zhou lucharon bien juntos. Conjuntamente con otros generales, sus fuerzas, en inferioridad numérica, derrotaron a los soldados del caudillo norteño Cao Cao y ganaron la batalla.
De esta historia se desprende que la paciencia puede convertir a los enemigos en amigos. Ante los conflictos, la gente debe ser tolerante con los demás y manejar las cosas con una mente abierta.
Confucio dijo una vez: “La esencia de la integridad de un hombre es principalmente la lealtad y el perdón”. Es decir, es muy importante ser tolerante y perdonar cuando las personas interactúan entre sí.
(Continuará)