Fuente: Minghui.org
Su Shi (1037 – 1101), durante la dinastía Song, fue considerado una de las figuras más destacadas de la literatura clásica china. En una ocasión escribió: “En la antigüedad, el carácter moral de un hombre notable era tan excepcional que podía tolerar lo que la gente corriente no podía soportar. Alguien que desenvaina su espada para luchar cuando es insultado no puede ser llamado guerrero (porque solo tiene coraje pero no sabiduría). Un verdadero guerrero no entra en pánico en una emergencia ni se enfurece cuando es insultado sin razón. Esto se debe a que tiene grandes ambiciones y aspiraciones muy elevadas”.
Supongamos que alguien es agredido verbalmente o insultado. Mientras no se trate de una cuestión fundamental de lo que está bien y lo que está mal, lo más sensato es tolerarlo sin perder los estribos. Si uno puede soportar la vergüenza y afrontar los conflictos con calma, puede resolver bien el problema. La gente suele encontrar una solución mejor si puede dar un paso atrás cuando se enfrenta a un conflicto.
La tolerancia es una forma excelente de evitar desastres y ganar bendiciones. Puede ser difícil hacerlo, pero ante los contratiempos y las humillaciones, una respuesta tranquila, generosa y racional suele dar un giro a las cosas.
Vaciar el vaso de la humillación
Lou Shide (630-699), ministro durante dos generaciones de la dinastía Tang, era conocido por su prudencia y tolerancia.
El hermano menor de Lou Shide fue nombrado gobernador de la provincia de Dai. Cuando se disponía a partir y asumir su cargo, Lou Shide le planteó una delicada preocupación: “Yo soy el primer ministro y tú ejerces ahora de gobernador. Las posiciones honorables que ocupamos pueden hacer que la gente sienta envidia de nuestra familia. ¿Cómo podemos evitar convertirnos en su objetivo?”. Su hermano respondió: “En el futuro, aunque alguien me escupa a la cara, no tomaré represalias. Me limitaré a limpiar el escupitajo. Por favor, no te preocupes por mí”.
Lou Shide dijo: “Precisamente por eso estoy preocupado. La gente te escupe a la cara porque está enfadada contigo. Al limpiar el escupitajo, les estás diciendo que estabas enfadado, lo que hará que se enfaden más. Debes aceptarlo con una sonrisa, dejar que la saliva se seque sola y no limpiarla”.
Más tarde, la frase “la saliva se seca sola” se utilizó para describir a una persona que, cuando es insultada, puede soportarlo con la mente abierta.
Lou Shide había recomendado que Di Renjie fuera primer ministro, pero Di no sabía nada. En cambio, excluyó a Lou y le hizo abandonar la capital para servir en otro lugar.
La emperatriz de la época, Wu Zetian, preguntó una vez a Di si creía que Lou Shide era sabio. Di respondió: “Cuando era general, era prudente y cumplía con sus obligaciones. Si era sabio o no, no lo sé”.
La emperatriz preguntó entonces a Di si creía que Lou Shide era bueno reconociendo el talento.
Di dijo: “Trabajé con él en el pasado y nunca he oído que sea bueno reconociendo el talento”.
La emperatriz dijo: “La razón por la que te nombré primer ministro fue porque Lou Shide te recomendó. Parece que sí conoce a la gente”.
La emperatriz mostró entonces a Di las cartas de recomendación que Lou había escrito. Avergonzado, Di suspiró: “Lou es muy virtuoso… y fue tan tolerante conmigo. No soy nadie comparado con él”.
Cheng Yi, un famoso erudito y educador de la dinastía Song (1033-1107), dijo: “Tolerar lo que otros no pueden tolerar, perdonar lo que otros no pueden perdonar. Sólo las personas que tienen la sabiduría y la mente extraordinariamente amplia pueden lograrlo”.
Lou Shide era tolerante y generoso. Era tan tolerante que “la saliva se secaba sola”. Como canciller y famoso general de la dinastía Tang, el noble carácter, la prudencia y la tolerancia de Lou quedaron registrados en los libros de historia para las generaciones futuras.
(Continuará)