La Jefa de Diversidad (Chief Diversity Officer – CDO) de Disney, Latondra Newton, fue despedida esta semana después de trabajar por 6 años con en la compañía, tras el fracaso de varias películas como Buzz Lightyear, La Sirenita y la reciente Elemental, reportó Variety.
Según su descripción de trabajo, fue su decisión contratar una actriz negra para interpretar el papel de la pelirroja europea Ariel, además de haber influido en la inclusión de una mujer afroamericana lesbiana en la historia de Buzz Lightyear y en hacer que el personaje principal de Elemental sea “no-binario“.
En su papel como CDO, Newton se encargaba de supervisar el “compromiso de la compañía de producir entretenimiento que refleje una audiencia global y moderna, y mantenga un lugar de trabajo acogedor e inclusivo para todos“.
Entre otros de sus “logros” al frente de la compañía, Newton ordenó que todos los animadores en los parques temáticos de Disney no digan más “él” o “ella” sin primero preguntar los pronombres personales de las personas.
También, el año pasado, Newton ordenó eliminar el famoso saludo pregrabado de “Damas y caballeros, niños y niñas” de su espectáculo de fuegos artificiales em Magic Kingdom para “promover la inclusión” en el parque de Disney World en Orlando, Florida.
Los sucesivos fracasos en la taquilla
Latondra Newton supervisaba todos los aspectos relacionados a la diversidad de la compañía, lo que incluye parques, juguetes, y hasta películas no solo de Pixar si no que incluso de Marvel y Star Wars.
Así, desde 2017, Newton viene insertando personajes diversos en todas las películas, una obligación que le encargó a todos los directores que vienen trabajando con Disney desde ese año.
Con el tiempo, estas inserciones empezaron a incluso impactar en la trama de las películas, como en La Sirenita, donde se convirtió un personaje icónico de la mitología nórdica en una serie de preguntas un poco incómodas.
Por ejemplo, si la película ocurre en el siglo XIII en el medio del Caribe, cuando los negros eran esclavizados, ¿por qué el personaje de Ariel no atraviesa esta discriminación? Incluso los activistas de izquierda empezaron a criticar la película, por estar “limpiando” la historia y haciendo de cuenta que en esa época en el continente americano no existía discriminación.
La nueva película de La Sirenita fue un fracaso absoluto en la taquilla. Con un presupuesto de US$ 250 millones de dólares solamente en la producción, y habiendo gastado hasta US$ 400 millones cuando se agregan los costos de publicidad y distribución, la película sin duda perdió plata.
En ventas recaudó casi US$ 500 millones de dólares, pero solo una fracción de este dinero termina en los bolsillos de Disney. Generalmente, Disney pone todas sus fichas en los estrenos en China, donde las comisiones de los cines son prácticamente inexistentes. Pero La Sirenita prácticamente no vendió entradas en China, ni en Corea del Sur o Japón, los otros dos mercados donde suelen tener los márgenes más importantes.
Pero la gota que rebalsó el vaso fue el fracaso de Elemental. La última película de Pixar, el estudio que creó Steve Jobs y que adquirió Disney en 2006 y que por décadas entregó films para chicos de excelente calidad, fue un desastre de magnitudes olímpicas.
Padres en todo el país que no sabían de qué trataba la película y simplemente fueron a ver “la última de Pixar” vociferaron sus quejas en redes sociales, con miles de publicaciones en Facebook diciendo que Elemental parecía “propaganda” destinada a “tener conversaciones incómodas con nuestros hijos”.
No sorprende que la película abrió el fin de semana con solo US$ 29 millones en ventas. Generalmente, se estima que las películas hacen el 25% de sus ventas totales en el primer fin de semana de su estreno, por lo que la producción que costó US$ 200 millones de dólares (US$ 300 millones si se agregan los costos de publicidad y distribución) sin dudas generará pérdidas millonarias para el estudio.
Todo indica que por esta misma razón, Marvel ya había echado en marzo de este año a Victoria Alonso, la vicepresidente de la subsidiaria de Disney, por, nuevamente, insertar personajes “diversos” e “inclusivos” comprometiendo la trama y empeorando objetivamente la película.