Traducido de lifesitesnews por TierraPura.org
Ferrucio Panicco, ex auditor general adjunto de la Santa Sede, que formaba parte de una demanda de diez millones de dólares contra el Vaticano por despido improcedente y daños y perjuicios por retener su historial médico, falleció de cáncer el miércoles 21 de junio, a la edad de 63 años.
El pasado mes de noviembre, Panicco, ex auditor jefe del fabricante italiano Indesit, había presentado conjuntamente la demanda contra el Vaticano junto con Libero Milone, auditor general de la Santa Sede y ex presidente y consejero delegado de Deloitte Italia, bajo cuya dirección Panicco había trabajado en el Vaticano de 2015 a 2017, por nombramiento del Papa Francisco.
La pareja presentó el 4 de noviembre del año pasado una demanda de 53 páginas contra la Secretaría de Estado por un importe de 9,25 millones de dólares, para “obtener la debida reparación de los daños sufridos” como consecuencia de su despido improcedente en 2017.
La demanda argumenta que fueron acusados injustamente de espionaje y malversación de fondos en junio de 2017 por el cardenal Angelo Becciu -en aquel momento segundo responsable de la Secretaría de Estado-, acusaciones que, según ellos, se derivaban de su auditoría, que descubrió una corrupción generalizada dentro de la jerarquía de la Santa Sede.
Libero Milone ha insistido continuamente en que las acusaciones de Becciu contra él y Panicco son absolutamente falsas, y que fueron el resultado de su auditoría que destapó incómodos casos de corrupción financiera como el infame acuerdo de los apartamentos de Londres, que costó al Vaticano cientos de millones de euros, inversiones en empresas farmacéuticas que producían abortivos y anticonceptivos, contrarios a la doctrina moral de la Iglesia, malversación de fondos por parte de cardenales y funcionarios de alto rango, y blanqueo de dinero realizado por la Secretaría de Estado y el Banco Vaticano.
Además, Panicco alegó que el Vaticano había causado graves daños a su salud al retener los historiales médicos personales de los procedimientos a los que se había sometido en un centro médico de la Ciudad del Vaticano. Panicco tuvo que repetir en Turín, su ciudad natal, las “exhaustivas pruebas diagnósticas” de cáncer a las que se había sometido, porque los historiales, que fueron ilegalmente confiscados en su oficina poco antes de su despido, nunca le fueron devueltos.
Las múltiples peticiones al Vaticano y al Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, para que devolviera los documentos no fueron atendidas. Debido a la retención de su historial médico, el diagnóstico de Panicco se retrasó, lo que, según él, puso en peligro la cura de lo que resultó ser un cáncer de próstata, del que murió la semana pasada.
El pasado mes de noviembre, cuando Panicco presentó la demanda contra el Vaticano, declaró a los periodistas que creía que los miembros del Vaticano eran “culpables, no maliciosamente, de condenarme a muerte sin motivo tras un sufrimiento lento e importante. Me quitaron entre 10 y 15 años de mi vida”.
El Tribunal del Vaticano se ha abstenido de pronunciarse sobre la demanda desde que se presentó, negándose incluso a aceptar al abogado elegido por Panicco y Milone. Los dos hombres han criticado el retraso, y Milone ha declarado que podría exponer las pruebas de la corrupción que descubrió durante su auditoría, en caso de que el Vaticano se negara a escuchar el caso.