Traducido de TheGateWayPundit.com por TierraPura.org
Bielorrusia se dispone a revisar el código penal del país para imponer la castración química a los pedófilos condenados.
La castración química consiste en administrar medicación a los pacientes, reduciendo eficazmente su deseo sexual de forma permanente o durante un periodo prolongado. Este método ya se ha implementado en varios países, incluidos algunos estados de EE.UU., Canadá, Dinamarca, Alemania, Noruega y Suecia, lo que indicaría una tendencia mundial a emplear esta forma de tratamiento.
Según se informa, el gobierno bielorruso ha dado luz verde a esta medida en un esfuerzo por combatir más agresivamente el abuso y la explotación sexual infantil. Este avance marca un hito importante en el compromiso del país en la protección de menores.
La Fiscalía General de Bielorrusia dio a conocer las inminentes medidas, revelando que la castración química se incorporará al programa de tratamiento para pedófilos. El anuncio, hecho a través de Telegram, se produce tras la aprobación del Gobierno, lo que supone un paso decisivo y controvertido en el enfoque de la nación para hacer frente a los pedófilos condenados, informó RT.
El medio añadió:
El Ministerio del Interior ha preparado enmiendas al Código Penal del país que prevén “el tratamiento obligatorio de las personas que sufren pedofilia”, además de su condena judicial, según el comunicado.
Como parte del plan de acción, el Ministerio de Sanidad elaboró y aprobó “un protocolo clínico que contiene un algoritmo para el tratamiento de la pedofilia, incluido el uso de la castración química”, explicó la agencia. También se ha preparado un mecanismo para la rehabilitación de las víctimas de abusos sexuales, añadió.
El Ministerio también subrayó que el líder bielorruso, Alexander Lukashenko, era partidario de reforzar el control sobre las personas condenadas anteriormente por cargos de pederastia, incluido el uso de brazaletes electrónicos.
Según la agencia, sus esfuerzos por “establecer la responsabilidad administrativa en la promoción de las relaciones sexuales no tradicionales, la transición de género, la pedofilia y la ideología childfree” también contaron con el respaldo del jefe de Estado.
La urgencia de aplicar estas medidas se ve subrayada por las alarmantes estadísticas de la Fiscalía General bielorrusa. En los últimos cinco años, más de 3.500 niños han sido víctimas de delitos contra su integridad sexual. Estas cifras dibujan un panorama desolador de la magnitud de los abusos sexuales a menores en el país, que exige la adopción de medidas estrictas.