Por Oriana Rivas – Panampost

El sistema judicial brasileño parece haber escarmentado en su posición respecto a la prisión preventiva ordenada contra Anderson Torres, exministro de Justicia durante el gobierno de Jair Bolsonaro. El motivo es que el magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, finalmente otorgó medidas cautelares que le permitirán salir de la cárcel.

La decisión llega luego de numerosas críticas que comparaban la situación del exfuncionario con la de Marco Edson Gonçalves Dias, quien hasta el 19 de abril era jefe del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El primero, estaba privado de su libertad desde el pasado 14 de enero por supuestas responsabilidades en los ataques contra las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia a inicios de año. El segundo, permanece en libertad luego de que se filtraron imágenes suyas acompañando a personas que destruyeron el interior del Palacio de Planalto en ese mismo incidente.

Cabe destacar que el exministro de Bolsonaro no tendrá libertad plena. Por el contrario, se le ordenó entregar su pasaporte, deberá usar tobillera electrónica, no podrá salir del Distrito Federal y tampoco de su domicilio por las noches o fines de semana. A eso se le suma un régimen de presentación semanal y prohibición de uso de redes sociales, entre otras restricciones. “En el momento actual de la investigación penal han cesado las razones para mantener la medida cautelar extrema en relación con Anderson Gustavo Torres”, se lee en parte de la sentencia del magistrado.

Otra señal de radicalismo

La prisión contra Anderson Torres es solo una arista de un contexto mucho más preocupante alrededor de la presidencia del socialista Lula da Silva. Expertos vienen advirtiendo de la radicalización de su gobierno por decisiones como la arremetida contra redes sociales para coartar la libertad de expresión, posibles medidas para controlar la economía y no menos importante, los esfuerzos para anular el liderazgo que mantiene el expresidente Bolsonaro.

Hace menos de diez día la Policía Federal allanó su casa en una operación relacionada con la supuesta falsificación de certificados de vacunación contra el Covid-19. Así, la presidencia izquierdista se anota varios puntos para inclinarse hacia el autoritarismo, como lo practican desde hace años sus amigos dictadores en Cuba y Venezuela.

En el caso del exministro de Seguridad, sus abogados habían advertido sus empeoramiento físico y “riesgo de suicidio” debido al encierro. El psiquiatra que hacía su seguimiento detalló “episodios severos de ansiedad, pánico, desesperación, angustia, dificultad para respirar, tristeza profunda, acompañados de llanto” en el parte que le fue entregado al sistema judicial. Aún así, la decisión no fue un gesto auténtico de Alexandre de Moraes. Este dictó la libertad luego de dictamen presentado por la Fiscalía General de la Nación, que se mostró a favor de la liberación del exministro de Justicia.

“Humillar al aliado de Bolsonaro”

Por los momentos, “más interesado en la pronta investigación de los hechos es el mismo Anderson Torres”, afirmó el abogado Eumar Novacki en una nota entregada al sitio web Jovem Pan. En paralelo, figuras como el diputado federal Eduardo Bolsonaro se pronunciaron. “Buenas noticias. Anderson Torres no encajaba en la hipótesis de la prisión preventiva, nunca debió ser detenido, pero aun así es una buena noticia. ¡Adelante!”, escribió en Twitter.

Igual de cierto resulta el mensaje del diputado Carlos Jordy. “Me alegro por el exministro, pero es increíble que estemos viviendo esto. Es uno de los casos más emblemáticos de presos políticos en Brasil. Según Moraes, ya no hay motivos para la prisión preventiva. ¿Y cuándo hubo motivos? El único motivo fue humillar y destruir a un aliado del presidente Bolsonaro”.

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