Fuente: Derecha Diario

Después de que CNN Brasil le soltara la mano al gobierno y publicara imagenes del “Asalto al Capitolio” del 8 de enero, donde se lo ve al entonces ministro de Seguridad de Lula, Gonçalves Dias, organizar y guiar a los invasores, dándo órdenes de cómo moverse en los pasillos y a dónde atacarnuevas imágenes fueron reveladas mostrando el alcance de la operación de prensa que se hizo ese día.

Ahora, el último video que publicó la CNN muestra a un grupo de manifestantes esperando afuera de la oficina vacía de Lula, a que llegara un camarógrafo profesional del medio Reuters. Cuando llegó, los manifestantes lo saludaron con un apretón de manos y recién ahí decidieron entrar a atacar y destrozar la oficina presidencial.

Al lograr abrir la puerta, el camarógrafo, que usa casco y parece conocer a los manifestantes, recibe un “apretón de manos” de los supuestamente violentos asaltantes. Incluso, a la salida, el camarógrafo les muestra las fotos, le dan palmadas en el hombro y se van en la misma dirección satisfechos con

La identidad del camarógrafo aún no ha sido confirmada pero según las fotos del incidente publicadas bajo su autoría, se trataría de Adriano Machado, quien trabaja para la agencia norteamericana Reuters.

En medio de tantas revelaciones, faltan respuestas a tantas preguntas como: ¿por qué esperaron los invasores a que el camarógrafo grabara el ataque? ¿Quién crearía pruebas contra sí mismo? ¿Cómo accedió el camarógrafo a la habitación? ¿Por qué ellos y los invasores se saludaron e incluso se dieron la mano?

Tras la divulgación de las imágenes en medios y en redes sociales, diputados federales bolsonaristas brindaron su apoyo a que se llame a una Comisión Parlamentaria Investigativa (CPMI) del 8 de Enero, algo que los propios petístas pidieron en un principio pero rápidamente recularon, capaz dándose cuenta que en vez de condenar a Bolsonaro por “incitar la violencia”, se destaparía una organización de fondo comandada por su propio líder, Lula da Silva.

Entre los videos que surgieron del ministro de Lula organizando los pasillos durante el ataque y el acceso especial que tuvieron algunos miembros de la prensa, la teoría que manejan muchos es que varios de los manfiestantes, en vez de ser militantes de Bolsonaro, eran infiltrados del gobierno que querían escalar la situación para emular el “Asalto al Capitolio” de los Estados Unidos el pasado 6 de enero del 2021.

Foto sacada por Adriano Machado (Reuters) durante el ataque.

Al igual que ocurrió en Estados Unidos, la invasión de los edificios de los Tres Poderes en la capital brasileña el pasado 8 de enero, que fue la culminación de meses de protestas en contra de la fraudulenta victoria de Lula da Silva, le sirvió al gobierno de izquierda para lanzar una masiva campaña de arrestos arbitrarios contra la oposición.

Periodistas, empresarios, políticos y hasta influencers de redes sociales que apoyaron la teoría del fraude electoral fueron arrestados. Cientos de medios fueron bloqueados, inclusive La Derecha Diario, que al día de hoy se encuentra inaccesible en Brasil sin VPN.

Figuras destacadas de la derecha ahora advierten que el “Asalto al Capitolio” podría haber estado planificado por fuerzas del gobierno de Lula para usar como justificación de este avance contra la oposición.

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