Fuente: Fee.org.es
El mejor tenista del mundo -actual número 1-, el serbio Novak Djokovic, fue deportado del Australia Open en 2022 por no estar vacunado. Después, se vio obligado a retirarse del Indian Wells Open (situado en California) en marzo de 2023 y ahora se le vuelve a prohibir participar en un importante torneo de tenis de la ATP: El Miami Open, que comenzó el 20 de marzo. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, y dos senadores estadounidenses, Marco Rubio y Rick Scott, se han implicado, pero ni siquiera con el apoyo del director del torneo, James Blake, han podido conceder a Novak una exención. Djokovic no ha podido jugar en el Indian Wells Open ni en el Miami Open desde 2019.
Según los CDC, se espera que Estados Unidos levante las restricciones de viaje y el «estado de emergencia» en mayo, permitiendo así a los extranjeros no vacunados viajar a Estados Unidos. Esto significa que Djokovic podrá finalmente volver a Estados Unidos para jugar en el Abierto de Estados Unidos que comienza el 28 de agosto de 2023.
La politización de la sanidad pública es motivo de gran preocupación y obligar a los ciudadanos/excluirlos de su derecho individual a tomar decisiones sobre su propia salud es un delito. Desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, el Dr. Anthony Fauci ha hablado una y otra vez sobre la seguridad y la necesidad de la vacuna Covid y de los refuerzos, infundiendo miedo e instando a la gente de todo el mundo a participar en las vacunas/refuerzos. Sin embargo, muchas personas no estaban convencidas de que se hubieran realizado suficientes estudios y, por la razón que fuera, decidieron no vacunarse.
Hoy el Dr. Fauci da un giro y contradice sus declaraciones anteriores al admitir que el poder de la inmunidad natural es más potente que las vacunas. Por su parte, el New York Times publicó recientemente un artículo de opinión titulado «América ha decidido que se pasó de la raya con la Covid-19«. Incluso el Wall Street Journal admitió que «la revista médica The Lancet… publicó una revisión de 65 estudios que concluían que la infección previa con Covid -es decir, la inmunidad natural- es al menos tan protectora como dos dosis de vacunas de ARNm». Además, continuamente se descubren nuevos efectos peligrosos de las vacunas, con efectos a largo plazo aún por descubrir.
Así pues, ¿por qué debería un gobierno o una autoridad tener poder sobre el derecho de una persona a tomar decisiones sobre su propio cuerpo y su salud? No conozco personalmente a Djokovic, pero desde luego admiro su atletismo y sus habilidades tenísticas. Es una vergüenza que quienes le impiden jugar en la escena mundial, donde ha demostrado claramente que pertenece. Espero que siga defendiendo sus derechos y le apoyo por mantenerse fiel a sus valores y principios.
Por Marianna Davidovich es la Directora de Asuntos Exteriores de la Fundación para la Educación Económica.