Fuente: Trikooba.blog
El Sr. Yanagase Hirofumi, político japonés miembro de la Cámara de Consejeros de Japón, acusó al gobierno japonés de encubrir lesiones y muertes provocadas por la vacuna COVID-19 ARNm.
A continuación figura la transcripción del discurso del Sr. Hirofumi:
«El número de muertes en Japón no ha dejado de aumentar. Como se puede ver en este panel, el espectacular aumento del número de muertes es bastante obvio. El año pasado, el número de fallecidos en 2022, superó los 1,58 millones, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial.
En comparación con 2021, el número de muertes ha aumentado en más de 140.000
En comparación con 2020, el número de muertes ha aumentado en la asombrosa cifra de 210.000
La Covid no causó tantas muertes más. Debe haber factores (como las vacunas). Me pregunto cómo analiza el gobierno este problema.
«En realidad, Japón se ha inundado de gente, quejándose de sentirse mal tras recibir la vacuna Covid. He estado supervisando cuidadosamente el sistema de notificación de enfermedades sospechosas de estar causadas por reacciones adversas a la vacuna Covid. Pero nos preguntamos si el sistema funciona correctamente. Sólo en los casos notificados, ha habido hasta 2001 casos de presuntas muertes inducidas por la vacuna.
Sólo en la investigación de mi empresa, hubo aproximadamente 260 casos en los que el médico responsable informó de que probablemente había una relación entre la vacuna y la muerte. Luego, según el ministro de Sanidad, hay 52 casos en los que un patólogo ha realizado una autopsia y ha informado de que existe un vínculo entre la vacuna y la muerte.
Sin embargo, sólo en un caso se ha encontrado una relación causal entre la vacuna y la muerte.
Sorprendentemente, a pesar de que más de 2000 personas han muerto tras la vacunación, más del 99% de estas muertes no pueden evaluarse debido a la supuesta insuficiencia de información.
Ya se han producido 2000 muertes. Además, los patólogos responsables han realizado la autopsia de las muertes tras la vacunación. El patólogo encontró que la vacuna causó el problema y concluyó que probablemente había una relación entre la vacuna y la muerte. Sí, sólo en un caso se ha encontrado una relación causal entre la vacuna y la muerte. Dadas las circunstancias, ¿cómo se puede evaluar correctamente el riesgo de la vacuna? Me pregunto cuánta más información se necesita cuando el patólogo ha realizado una autopsia y ha determinado que existe una relación entre la vacuna y la muerte.
En otras palabras, hay muchos casos sospechosos en los que las vacunas son, probablemente la causa de la muerte, pero si se determina que todos ellos no tienen ninguna relación causal conocida, ¡se pasará por alto el riesgo real!
Por ejemplo, un hombre de unos 30 años murió tres días después de recibir la segunda dosis de la vacuna. La causa de la muerte fue miocarditis. La miocarditis es una reacción adversa típica que provoca la vacuna Covid. Además, como resultado de la autopsia, los médicos concluyeron que existía una relación entre la vacuna y la muerte.
Incluso en un caso tan obvio, el comité de evaluación, formado por un grupo de académicos aficionados pagados por el gobierno, declaró que no podía evaluar la causalidad debido a la falta de información.
La semana pasada, un grupo de familias que perdieron a algún familiar como consecuencia de la vacunación celebró una rueda de prensa. Mutsuko Suda, que perdió a su marido, dijo en esa rueda de prensa:
«El gobierno debe decir al público, la verdad sobre la parte peligrosa de la vacuna desde un punto de vista neutral: El número de reacciones adversas reportadas causadas por la vacunación está presente, los tipos de casos de vacuna, lesiones inducidas, y el número de muertes reportadas después de la vacunación.»
La opinión de la familia en duelo es muy apropiada.
Como mencioné anteriormente, considero que es extremadamente inusual tener informes de más de 2.000 muertes después de la vacunación. En el caso de la vacuna contra la gripe, solo se notificaron 7 muertes en 2021 mediante un sistema similar.
Según nuestros cálculos, el porcentaje de muertes notificadas tras la vacuna Covid es más de 38 veces superior en comparación con la vacuna antigripal.»
The Gateway Pundit informó anteriormente de que un grupo de médicos muy respetados demandó al gobierno japonés por el encubrimiento de la vacuna COVID-19.
Durante una rueda de prensa, un equipo de investigadores japoneses dirigido por el profesor Masanori Fukushima declaró su intención de demandar al gobierno japonés si el Ministerio de Sanidad sigue negándose a reconocer la relación causal entre la vacuna y las muertes.
«Alrededor de abril del año pasado, las sociedades de patología y medicina forense ya emitieron una declaración en la que afirmaban que, en el futuro, se debería realizar una autopsia a las personas fallecidas tras la vacunación. En el futuro, debemos establecer urgentemente directrices sobre el tipo de tratamiento médico que debe proporcionarse a las víctimas lesionadas por las vacunas, y debemos desarrollar técnicas de diagnóstico.»
Según Fukushima, el Ministerio de Sanidad japonés no reconoce la relación causal entre la vacuna y las muertes. Los investigadores japoneses amenazaron al gobierno con presentar más demandas por el encubrimiento de los daños de la vacuna COVID.
«Una cosa más, ya se han realizado autopsias patológicas a personas que murieron tras recibir la vacuna. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad sigue sin querer reconocer la relación causal entre la vacuna y las muertes. Si el Ministerio de Sanidad mantiene esta postura injustificada, tenemos la intención de presentar nuevas demandas en consulta con nuestros abogados.
Exigimos que el Ministerio de Sanidad indemnice adecuadamente a la víctima basándose en la ley de vacunación. En otras palabras, que se indemnice a la víctima basándose en la ley de vacunación que estipula adecuadamente la legislación japonesa. Los vacunados tienen cuatro veces más probabilidades de infectarse que los no vacunados. También se ha comprobado que las tasas de mortalidad son más altas entre las personas vacunadas de todas las edades. Las evidencias para promover la vacunación se han perdido. El Estado ha ocultado y dejado de divulgar datos inconvenientes. Es una grave crisis nacional».
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