Por Oriana Rivas – Panampost.com

Las fricciones diplomáticas entre China y Estados Unidos estuvieron otra vez en un punto crítico, hasta este 16 de febrero, cuando el presidente demócrata Joe Biden rompió el silencio sobre el globo espía y los demás objetos que estuvieron sobrevolando el país. En una breve declaración a los medios de comunicación, dijo que a excepción del primer artefacto, el resto no parece tener vínculos con el régimen comunista.

«Nada sugiere ahora que pertenecen a un programa de globos de China o de otro país», dijo sin responder luego las preguntas de la prensa. Aún así, aseguró que derribará cualquier objeto «que ponga en peligro a los estadounidenses».

Las palabras de Biden, en teoría, calmarán las aguas en las relaciones diplomáticas con Xi Jinping. Primero porque el globo derribado por aviones militares el pasado 4 de febrero desató molestias, ya que según el Partido Comunista chino, se trataba de una aeronave civil con fines «meteorológicos», mas no de espionaje. Segundo, porque dos días antes de las declaraciones de Biden, China acusó a Washington de «sobrevolar 10 globos espía sin permiso» en el país asiático. Las tensiones se estaban elevando a un nivel poco conveniente para ambos hemisferios.

Evitando una «Guerra Fría»

No menos importante fue la pregunta que hizo un reportero al final de la declaración. «¿Su capacidad para tratar con China está comprometida por las relaciones comerciales de su familia, Sr. Biden?», cuestionó. Pero el mandatario demócrata lo evadió. La duda es inevitable, ya que con sus palabras parecía dar el brazo a torcer ante nuevas fricciones. «Dame un respiro, hombre», expresó para evitar hablar sobre la historia de su hijo Hunter Biden que incluye negocios con el gigante asiático y la cual fue silenciada por medios progresistas y redes sociales en plena campaña presidencial.

Respecto a los tres objetos descubiertos sobrevolando EE. UU. y Canadá luego del globo espía chino, Biden dijo que estaban «probablemente vinculados a empresas privadas, instituciones recreativas o de investigación”. A eso le sumó que «no tienen ninguna evidencia de un aumento repentino en el número de objetos en el cielo». Lo que pasó, según el presidente estadounidense, fue que las Fuerzas Armadas activaron cambios en la frecuencia de los radares luego de detectar el primer artefacto.

Más allá de exculpar a China, Biden también mencionó que entre ambos países “buscan la competencia, no el conflicto» y agregó que «no buscan una nueva Guerra Fría». Con su discurso de ocho minutos, el mandatario limó asperezas. El régimen de Xi Jinping se puede dar por complacido, ya que tampoco hubo un reclamo contundente por un globo que contenía antenas de espionaje de acuerdo con el Departamento de Estado.

Para cerrar un mensaje percibido como poco firme, aclaró que «espera hablar pronto con el presidente Xi», pero que «no va a pedir disculpas por abatir el globo». El tema parece haberse cerrado de parte de Washington, dejando varias interrogantes.

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