Por María Caminos – es.visiontimes.com

Desde Estados Unidos, el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, manifestó el 12 de febrero que tiene la intención de regresar al país sudamericano en “las próximas semanas”.

“Yo pretendo volver a Brasil en las próximas semanas”, declaró en un encuentro con brasileños en una iglesia evangélica de Boca Ratón, en el estado de Florida.

“Hemos tenido un gobierno sin corrupción. Trabajamos con el corazón, con honestidad. No se justifica ninguna medida de represalia ni de persecución”, afirmó Bolsonaro.

Esta última declaración es en alusión a que el gobierno del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva lo está investigando y ha confiscado sus cuentas, tras la invasión a las sedes de los poderes del Estado perpetrada por supuestos seguidores suyos el 8 de enero.

Por supuesto, el regreso del exmandatario a su país natal implica arriesgarse a sufrir acoso y persecución política, incluso hasta podría enfrentarse a la cárcel. Sin embargo, el expresidente conservador dijo estar dispuesto a asumir el riesgo.

“Vale la pena el riesgo, puedes estar seguro de eso. La mayoría del pueblo brasileño está con nosotros”, dijo Bolsonaro, agregando que su “misión en la Tierra no ha terminado”.

En principio, el plan de Bolsonaro era regresar a Brasil a fines de enero, pero después pidió una visa para permanecer otros seis meses más en Estados Unidos.

Bolsonaro voló a Florida el 30 de diciembre, dos días antes del final de su mandato, y no asistió a la investidura de Lula.

Nueve días después, en Brasilia, miles de seguidores de Bolsonaro, insatisfechos con el proceso electoral en las presidenciales de octubre, asaltaron el presidencial Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF).

Por su parte, el senador del Partido Liberal, Flávio Bolsonaro, asegura que su padre durante esos días estuvo “prácticamente incomunicado” y descartó cualquier relación con el asalto a las instituciones públicas en la capital brasileña, según declaraciones recogidas por Gazeta Brasil.

«No ha intercambiado mensajes ni hablado con nadie al respecto. Está en Estados Unidos y no articuló ni tuvo participación alguna», señaló días después del incidente.

A petición de la Fiscalía, el pasado 14 de enero, la Corte Suprema de Brasil incluyó a Jair Bolsonaro en la lista de investigados por el supuesto intento de golpe de estado del 8 de enero.

El expresidente condenó las violaciones de edificios gubernamentales y dijo en una serie de publicaciones en Twitter que las manifestaciones pacíficas que tienen lugar dentro de los límites de la ley “son parte de la democracia”, pero que las “invasiones de edificios públicos” van demasiado lejos.

Por otro lado, también hubo varias denuncias de que hubo infiltrados en las protestas causando destrozos y que no eran realmente seguidores de Bolsonaro como se vieron en las protestas de los meses previos, las cuales fueron pacíficas.

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