Mamela Fiallo Flor – Panam Post

La Iglesia de Inglaterra, la anglicana, cuya cabeza es la monarquía británica, ha manejado la posibilidad de utilizar un lenguaje de género neutro en lugar de referirse a Dios únicamente con pronombres masculinos. Bajo esta argumentación, un sector de la jerarquía eclesiástica propone eliminar toda referencia que indique que Dios es hombre. «Él», «El todo poderoso», «Señor», «Dios padre», son términos que quedarían en desuso a partir de la primavera de este año.

Por medio de un comunicado, la Iglesia de Inglaterra indicó lo siguiente, para asomar que esta posibilidad está manejándose: «Los cristianos han reconocido desde la antigüedad que Dios no es ni hombre ni mujer… Sin embargo, la variedad de formas de dirigirse y describir a Dios que se encuentran en las Escrituras no siempre se ha reflejado en nuestro culto».

Asimismo, la Iglesia -y los teólogos- afirman que esto no es nada nuevo, y que forma parte de un impulso más amplio para adaptar el lenguaje que utiliza a los tiempos contemporáneos. De hecho, en 2018, el arzobispo de Canterbury, la máxima autoridad de la Iglesia anglicana, dijo que cualquier descripción de Dios debe ser “hasta cierto punto metafórica”, porque “Dios no es masculino ni femenino. Dios no es definible”.

Ahora, debido a la magnitud de lo que representa este paso, cualquier decisión de cambiar el lenguaje utilizado para referirse o dirigirse a Dios necesitaría también la aprobación del órgano legislativo de la Iglesia. Respecto a ello, hasta ahora no hay consenso sobre el mejor lenguaje a utilizar.

Iglesia Anglicana: el génesis del progresismo en el cristianismo

No es un dato menor de la iglesia anglicana sea la primera en admitir un obispo abiertamente homosexual que incluso convive con su pareja. Aunque la misión y visión cristiana llama a amar a todos los hijos de Dios, también requiere de estos rechazar el pecado. Por lo cual el concubinato, tanto para heterosexuales como homosexuales, es considerado pecado.

La naturaleza misma de la Iglesia Anglicana conduce a estas reformas, pues no se rige por una autoridad moral sino política. Fue fundada por un rey, Enrique VIII, indignado con el Vaticano por no autorizar su divorcio. El divorcio no existe en la Iglesia Católica, solo la nulidad y en casos muy específicos. Este estaba casado nada menos que con Catalina de Castilla de Aragón, hija de Isabel La Católica y el Rey Fernando. Como no le dio un heredero varón, este la despreció. Algo inadmisible en la monarquía castellana, donde las mujeres eran reinas legítimas.

El rey aprovechó el espíritu de la Reforma de Martín Lutero, producida en 1517, para justificar la creación de su propia iglesia en 1532. Como cabeza de su iglesia, Enrique VII autorizó sus múltiples divorcios en la incansable búsqueda de producir un varón. Finalmente, heredó su trono su segunda hija, Isabel.

Conservadores resisten a esta reforma

Pese a este espíritu modernista, la Iglesia Anglicana es una de las reformadas, por ende más cercanas al catolicismo. Litúrgicamente es la más parecida. Celebran Cuaresma, tienen santos, comulgan. Su jerarquía tiene obispos y arzobispos. Por eso y más dentro de los fieles anglicanos hay un sector conservador que resiste a estas reformas.

Y no es la única. A lo largo de seis años de consultas, esta iglesia protestante, anunció en enero de 2023 que no permitiría «matrimonios homosexuales». Sin embargo, no fue una decisión unánime. Hubo resistencia desde los sectores «progresistas». Lo que sí recomienda como institución es la unión civil, que se resuelva a nivel estatal, no religioso.

Ahora los conservadores son la voz dentro de la iglesia anglicana que se resiste a eliminar toda referencia masculina de Dios. En poco más de un mes se sabrá si lo lograron. Una reforma así solo sería posible tras la muerte de la Reina Isabel, quien por más de medio siglo fue la cabeza de su iglesia. Con Carlos III al mando la iglesia anglicana deberá demostrar si busca preservar sus principios o adaptarse al mundo.

Ya que los conservadores están en el poder, a nivel gubernamental, podría influir. Hace poco Escocia legalizó la hormonización de menores bajo el discurso «trans incluyente». Londres intervino para impedirlo. Ahora tiene la oportunidad para hacerlo nuevamente. Y frenar que lleven la mentalidad «trans» a la mismísima iglesia.

En español el «lenguaje inclusivo» usa la «e» y la «x» para anular el sexo de las personas. De esta manera las vuelve neutras. Por un lado acusa que el lenguaje masculino anula a la mujer. Por otro, acusa que el sexo de las personas es una imposición social y que estas deberían poder elegir su identidad. En el fondo lo que busca plasmar es que no existe la verdad, que todo es relativo, hasta la biología.

Si se lleva esto al plano teológico, pretende dudar de la esencia misma de Dios y la iglesia modernista se muestra dispuesta a adaptarse al mundo y presentar un Dios que no es padre protector de sus hijos, sino un ente neutro que se adapta a estos cambios.

Encuentro ecuménico en África entre el Papa y la jerarquía anglicana

El arzobispo de Canterbury, estuvo recientemente con el Papa Francisco en África en un encuentro ecuménico en Sudán del Sur. En el podio se puede observar una imagen del Santo Padre besando los pies de los líderes de la resistencia. Este gesto fue con el propósito de poner fin a la guerra civil que desangró a esta joven nación en su proceso de secesión de su vecino del norte. Los negros, africanos y mayormente cristianos, eran perseguidos en Sudán, una nación islámica de población árabe.

El catolicismo y el anglicanismo son las confesiones cristianas más populares entre los sudaneses del sur. Dado los acercamientos de Francisco a su par anglicano, ya surgen dudas respecto a si estas reformas lingüísticas podrían aplicarse en el rito católico. Aunque no sería de tan fácil ni rápida aceptación. Dada la esencia canónica de Roma exigiría un proceso mucho más largo y minucioso.

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