Fuente: La Derecha Diario
Este miércoles 8 de febrero, en paralelo a la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso estadounidense, se presentó el debut del Comité de Supervisión y Responsabilidad bajo el liderazgo del nuevo presidente republicano de la Cámara Baja, Kevin McCarthy.
El diputado de Kentucky James Comer, aliado de Trump, fue designado como presidente de este importante comité, encargado de investigar si se están cumpliendo las leyes que aprueba el Congreso, y no perdió el tiempo.
Comer aprovechó la mayoría republicana y plagó el comité de diputados trumpistas. Entre ellos, incluyó a Marjorie Taylor Greene y a Jim Jordan, los dos diputados más de derecha del Congreso. Además, convocó una primera sesión para el mismo día de apertura del Poder Legislativo, convocando a la ex cúpula de directivos de Twitter para que den explicaciones sobre la censura en redes sociales y la supresión de noticias.
En la audiencia, los diputados miembros del Comité tuvieron toda una jornada de 8 horas para hacer preguntas y armar un reporte acerca de la posible colusión entre los ex directivos de Twitter, previo a la adquisición de Elon Musk, y el FBI para beneficiar en las elecciones del 2020 a Joe Biden.
Principalmente se discutió acerca de la historia de la laptop de Hunter Biden, hijo del presidente. En octubre del 2020, tan solo un mes antes de las elecciones, múltiples medios de comunicación publicaron correos electrónicos que incriminaban al entonces candidato a presidente Joe Biden con actos criminales de su hijo.
Imágenes y videos también incriminaban a su hijo por comprar drogas duras, pagar prostitutas y posar con un arma ilegalmente adquirida. Sin embargo, cuando el New York Post publicó la noticia por primera vez, fue inmediatamente suspendido de Twitter, y la red social bloqueó a todos los usuarios que publicaran el enlace a la nota.
La noticia fue completamente suprimida hasta después de las elecciones. Hoy sabemos que todo esto se comprobó cierto y se hizo por pedido de agentes del FBI, leales a los Biden, quienes presionaban a los ejecutivos de Twitter en correos electrónicos que fueron filtrados por Elon Musk después de la compra de la empresa.
Uno de los cruces más fuertes de la jornada se dio entre la representante de Georgia, Marjorie Taylor Greene y Yoel Roth, el entonces Director de Confianza y Seguridad de Twitter, ampliamente identificado como el enlace entre Twitter y el FBI. Según reveló Elon Musk, Roth se reunía todas las semanas con agentes del FBI para revisar conjuntamente cuentas que promocionaban a Trump.
Taylor Greene le reclamó que la suspendieron a ella cuando estaba en plena campaña por su reelección, por pedido de agentes del FBI que respondían al Partido Demócrata. Mientras tanto, la red social no hacía nada por combatir la divulgación de contenido relacionado a la pornografía infantil.
La diputada lo increpó fuertemente a Yoel Roth recriminándole su incapacidad como “director de seguridad y confianza” de la red social, acusándolo de estar más enfocado en eliminar contenido opositor que cuentas relacionadas al tráfico de pornografía infantil. Además, reveló una tesis universitaria que presentó el ex funcionario de Twitter cuando era un estudiante, defendiendo la participación de menores de edad en sitios de citas para adultos gays como “Grindr”.
Greene recordó también que luego de la adquisición de la red social por parte de Elon Musk, alrededor de 40.000 cuentas relacionadas a pornografía infantil fueron suspendidas, mientras que bajo la administración de Roth, Twitter se benefició de un caso en el cual contenido de la red social mostraba explícitamente escenas de sexo entre dos menores de edad.
Otro de los momentos importantes de la noche, se dio cuando la representante por el estado de Florida, Ana Paulina Luna, increpó a todos los presentes de haber sido cómplices con la campaña demócrata de Joe Biden y agencias federales para opacar la historia criminal de su hijo.
Entre los acusados se encontraba el mencionado Yoel Roth, además de la ex Jefa de Legales de Twitter, Vijaya Gadde, apodada la “jefa de la censura” en correos electrónicos filtrados; y Jim Baker, un ex agente del FBI que ocupaba el cargo de vicejefe de Legales y fue acusado por el propio Elon Musk de ser la voz del Partido Demócrata y las agencias federales dentro de la empresa.
Luna mostró en su presentación un esquma de flujos que demostraba cómo las redes sociales, como Facebook o Twitter, y diferentes agencias federales se comunicaban a través de una nube mediante un servidor de carácter privado, llamado Jira, donde el FBI subía contenido que quería que sea removido y estas empresas acataban.
Si bien ese sistema se construyó para poder rápidamente el contenido identificado como potencialmente terrorista, desde la irrupción de Trump en la escena política, los pedidos del FBI se convirtieron en combatir el “discurso de odio”, la “desinformación” y las noticias que perjudicaran a los demócratas o a la casta política.
Dentro de la audiencia en la cual se reciminó a Roth su pobre labor como Director de Seguridad, también se recordó el fuerte sesgo político que mantenían los empleados de la compañía previo a la adquisición de Elon Musk.
Interpelando a Roth, se recordó que el 98% de los empleados de Twitter realizó donaciones a campañas de candidatos demócratas y ese número se incrementó aún más (99,7%) en las elecciones de medio termino del pasado año 2022, incluyendo a Roth.
Insólitamente, cuando se le preguntó al ex director de seguridad si creía poseer alguna clase de sesgo político, contestó que no. Esto generó risas entre los miembros del comité, quienes rápidamente le reconrdaron que en tweets no tan viejos comparaba a los ministros de Trump con “literalmente los nazis”.