Fuente: La Derecha Diario
La Oficina Nacional de Estadísticas de China confirmó que la producción industrial cayó un 0,31% durante el mes de noviembre, uno de los componentes principales para la actividad económica general del país. Se trata de la primera caída observada desde abril, en respuesta a la política de “Covid cero” del régimen de Xi Jinping.
El índice Gerente de Compras (PMI) Caixin para China elaborado por la firma IHS Markit cayó de los 49,4 puntos básicos en noviembre a los 49 puntos en diciembre. Cualquier resultado por debajo de los 50 puntos indica caída en el nivel de actividad manufacturera, con lo cual la recesión industrial de China se habría prolongado al último mes del 2022.
Asimismo, el índice de confianza empresarial publicado por la Oficina Nacional cayó a 47 puntos básicos al término de noviembre, cayendo hasta un 6,2% desde el mes de septiembre. Es el registro más bajo de la historia de China, al menos desde el comienzo de la elaboración del indicador en 2005.
Normalmente el comportamiento de la actividad fabril china funciona como un buen adelanto predictivo para la evolución de la economía total, pero el desempeño del comercio minorista obtuvo resultados aún peores a lo largo del 2022.
Las ventas minoristas acumularon una fuerte contracción del 2,78% entre febrero y noviembre del año pasado. China perdió dramáticamente su tendencia de crecimiento de pre-pandemia sobre este sector, y entró en un profundo estancamiento a partir del primer trimestre de 2022.
El régimen comunista había establecido una meta de crecimiento anual del 5,5% para el año 2022, el crecimiento efectivamente anunciado por la dictadura fue del 4%, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía china solamente se expandió un 3,2% anual.
Los 10 años de administración de Xi Jinping culminaron en la detención de la apertura económica de China, y el comienzo de un período de inédito estancamiento por primera vez en más de 4 décadas.
La Conferencia Central de Trabajo Económico de China confirmó que la administración de Xi emprenderá una agresiva política de estímulos fiscales y monetarios para el año 2023. El régimen pretende impulsar el aumento del gasto público y el déficit fiscal como el principal “motor del crecimiento” para los próximos años.