Por Rebeca Crespo – gaceta.es

La Asociación Canadiense de Asesores y Proveedores de MAID –así se llama el servicio de «asistencia médica para morir» en Canadá– (CAMAP, por sus siglas en inglés) emitió en 2019 un documento que se ha conocido ahora en el que establece que los médicos tienen la obligación profesional de mencionar la eutanasia como una opción cuando sea «médicamente relevante» y el paciente sea «elegible».

Siempre que el médico no intente «convencer o persuadir al paciente para que ponga fin a su vida», puede mencionar MAID a personas con discapacidades o enfermedades graves y no hay restricción para hacerlo, señala el texto que ha hecho público el diario National Post.

Así, Canadá, que tiene una de las legislaciones del mundo más permisivas sobre la aplicación de la eutanasia, pretende también influir en sus pacientes a través de los médicos para que elijan terminar con su vida.

El documento detalla que en «casi todos los casos» sería inapropiado recomendar MAID inmediatamente después de la entrega de un diagnóstico irremediable; sin embargo, «una vez que se presenten al paciente las opciones de tratamiento, incluido el cese del tratamiento, sería apropiado revelar la disponibilidad de MAID”.

Para la vicepresidenta de CAMAP, Konia Trouton, es necesario que los médicos se aseguren de que el paciente «conoce todas las opciones». Así, Krouton detalló al National Post que no debería ser un problema ético preguntar a un paciente que tiene una enfermedad terminal por sus «objetivos y esperanzas».

La guía también incluye guiones para los médicos sobre cómo abordar la posibilidad de la eutanasia con los pacientes y la formulación de preguntas de sondeo para tratar de orientar el tema hacia la muerte médicamente asistida. “’¿Quieres mudarte a un asilo de ancianos? ¿Quieres que te resuciten? ¿Quieres RCP? ¿Quieres estar en la unidad de cuidados intensivos? Y dentro de eso, ‘¿Es la asistencia para morir algo que es éticamente aborrecible para usted o aceptable para usted? ¿Es algo que quieres explorar más, o no?’”, precisó Krouton.

E incluso se refiere concretamente a los profesionales médicos con creencias religiosas contrarias a la eutanasia: «Deben ser conscientes de sus responsabilidades profesionales». E insta a estos sanitarios a hacer un «compromiso» sobre el asunto.

Desde CAMAP especifican que la guía de orientación para médicos debe aplicarse en personas con una condición grave e irremediable: “Si bien esas personas no necesitan tener una muerte razonablemente previsible, ese suele ser el caso”.

En la mayoría de los países del mundo en los que la eutanasia es legal se prohíbe explícitamente a los médicos, o se les desaconseja, plantear la muerte asistida a un paciente.

La guía para médicos conocida ahora es solo un capítulo más en el avance sin frenos que Canadá ha emprendido hacia la eutanasia libre. El país se encuentra en plena tramitación de una ampliación de la actual ley de muerte asistida para que pueda también aplicarse a casos de personas con problemas mentales, que incluyen la depresión, e incluso económicos.

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