Fuente: Infobae.

Un video difundido en las redes sociales muestra el violento momento en el que las autoridades sanitarias de China ingresan a la casa de un hombre y lo obligan a dirigirse a un centro de aislamiento de coronavirus. El hecho tuvo lugar en la ciudad de Hangzhou, capital de la provincia de Zhejiang, en el este del país.

Las imágenes muestran cómo dos personas vestidas con trajes blancos que los cubren completamente, de pies a cabeza, y con barbijos y guantes, toman por la fuerza al ciudadano que se resiste a abandonar el sillón en el que reposaba. El hombre, que no fue identificado, no portaba tapabocas ya que, según trascendió, no representaba un riesgo para nadie a su alrededor.

Ante este violento episodio, el joven suplica que no lo presionen y grita “no me empujes, ¿estás loco?”, a lo que los oficiales sanitarios le piden que “coopere”, ya que se aferraba al sillón, por lo que procedieron a tomarlo de las muñecas y las piernas. Por su parte, la mujer que filmaba todo el episodio les rogaba que “no sean tan violentos” y les pide un tiempo para hablar.

Finalmente, el hombre termina cediendo y, por el momento, se desconoce su paradero.

Este alarmante hecho tuvo lugar en medio de las estrictas políticas de COVID Cero, que desataron una ola de protestas en todo el país, ante el hartazgo de la gente por los repentinos confinamientos y los exhaustivos testeos.

China es la última gran economía que mantiene la estrategia de “cero covid”, con confinamientos, extensas cuarentenas y test masivos para erradicar los focos de contagio apenas aparecen.

En este contexto de proptesta generalizada Shenzhen Beijing comenzaron a relajar mediadas y, desde este sábado, ya no es necesario presentar una prueba negativa de coronavirus para utilizar el transporte público e ingresar en farmacias, parques y atracciones turísticas. En cambio, la medida aún rige para la circulación en centros comerciales y restaurantes, entre otros.

También, se mantiene la cuarentena obligatoria para los viajeros que ingresen al país.

El último viernes, el director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan, celebró esta relajación y explicó que “nos complace ver que las autoridades chinas están ajustando sus estrategias y realmente intentan calibrar las medidas de control teniendo en cuenta a las personas, sus vidas y sus derechos humanos”.

China vive las manifestaciones más extendidas desde la demostración de la Plaza de Tiananmen, que comenzaron el pasado fin de semana contra la política de “covid cero” pero derivaron en llamamientos a una mayor libertad política.

El vasto aparato de seguridad chino se movilizó rápidamente para sofocar las concentraciones, aunque el gobierno también eliminó algunas restricciones contra el covid.

Investigadores del Centro para el Control de Enfermedades de la región suroeste de Guangxi explicaron que hay una alternativa que permitiría al régimen ceder ante los pedidos de la gente de reducir las estrictas medidas y contener el brote del virus. Para ello, explican, sería fundamental impulsar una campaña de vacunación que permita a los ciudadanos inmunizarse contra el virus y las últimas variantes surgidas.

De todas formas, los expertos en salud y los economistas creen que las disposiciones continuarán vigentes, por lo menos hasta mediados del 2023, probablemente hasta el 2024.

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