Por Gabriela Moreno – Panampost.com

Un «tú a tú» serán los diálogos de paz que el Gobierno de Colombia que preside Gustavo Petro sostendrá con los cabecillas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), tras nombrar como jefe negociador de su Administración a Otty Patiño, su excompañero de armas en el M-19.

Patiño será el encargado de liderar y conducir las conversaciones en Caracas con la organización narcoguerrillera a partir de la próxima semana, después de tres años de suspensión, debido al atentado cometido por el ELN en la Escuela de Cadetes General Santander de Bogotá, que provocó 23 muertes y cerca de un centenar de heridos.

Los senadores del Pacto Histórico, María José Pizarro –hija del excomandante del M-19, Carlos Pizarro– e Iván Cepeda, lo acompañarán en su papel negociador junto al exsenador del Polo Democrático Alberto Castilla, el antropólogo Horacio Guerrero y Olga Lucía Silva, según precisa la prensa colombiana.

«El número de negociadores se ampliará, pero no habrá presencia de militares en retiro en esta primera etapa», indica Semana.

En el caso del ELN, su delegación estará compuesta por Pablo Beltrán, Aureliano Carbonell, Silvana Guerrero, Consuelo Tapias, Alirio Sepúlveda, Isabel Torres, Tomás García, Óscar Serrano y Viviana Henao.

Con ideas «revolucionarias»

La escogencia de Otty Patiño por parte de Petro como jefe negociador en los diálogos con el ELN es estratégica. Conoce a profundidad el accionar de la guerrilla no sólo por haber sido fundador del M-19, donde militó el mandatario colombiano, sino además por haber estrechado vinculados desde joven con movimientos revolucionarios como el Frente Unido Camilo Torres y el levantamiento de los indígenas guahíbos en los Llanos Orientales.

En su historial como miembro del Comando Superior del M-19 destaca su participación en la toma de la Embajada de República Dominicana en Bogotá, que mantuvo como rehenes a varios diplomáticos de las Américas en febrero de 1980.

Conocer las entrañas de la guerrilla lo vuelve útil para Petro, considerando además su gestión en los proceso de paz con el gobierno de Virgilio Barco permitió un decreto de amnistía al M-19.

Entre protocolos

Ahora, con Patiño al frente, los diálogos entre la administración de Petro y el ELN avanzan «según lo previsto», asegura el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, quien además destacó que están en medio de «la definición final de los protocolos de seguridadpara el traslado de la delegación al lugar donde se desarrollarían estas conversaciones».

Sin detallar las medidas, Rueda sólo reiteró que Cuba y Noruega, países que fueron determinantes en el acuerdo firmado en 2016 entre el expresidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), servirán de garantes en estos encuentros mientras se procesan las solicitudes de España y Chile para participar también como mediadores.

El Gobierno del M-19

Con el arribo de Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia sin duda logró también el M-19 cumplir sus objetivos. La primera orden de Petro como presidente fue exponer la espada del Libertador Simón Bolívar durante su toma de posesión el pasado 7 de agosto para poder iniciar su discurso inaugural. Pero no se trató de un mero capricho. Con este símbolo de la Independencia –robado en 1974 por el M-19– se pretendió enviar el mensaje de que este grupo criminal cerró el círculo al finalmente lograr hacerse con el poder.

Y así fue. Ya son cuatro exguerrilleros del M-19 en el nuevo gobierno: Gustavo Petro en la Presidencia, Augusto Rodríguez al frente de la dirección de la Unidad Nacional de Protección, Alberto Casanova Guzmán como director nacional de Inteligencia y ahora Otty Patiño como jefe negociador con el ELN.

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