
Por Paula Verzello – BLes.com
Se dice que en momentos críticos se puede reconocer a amigos y a enemigos. Será lo que Taiwán se está preguntando en relación con el multimillonario Elon Musk, dueño de Tesla y ahora dueño de Twitter.
Según altos funcionarios de inteligencia de la OTAN, en el bloqueo militar de Beijing a Taiwán ocurrido el pasado mes de agosto, hubo una fuerte aunque indirecta influencia de Elon Musk.
Los miembros de la alianza intergubernamental para la defensa colectiva están profundamente preocupados por la relación entre el régimen chino, Elon Musk, y su socio comercial en Twitter, el presidente y director de tecnología de Oracle, Larry Ellison.
Los miembros de la alianza intergubernamental para la defensa colectiva están profundamente preocupados por la relación entre el régimen chino, Elon Musk, y su socio comercial en Twitter, el presidente y director de tecnología de Oracle, Larry Ellison.
Sucede que Tencent, la empresa de tecnología ligada directamente al Partido Comunista Chino, recopila datos con fines militares a través de distintas aplicaciones de las que es dueño. Estos datos son guardados en la nube de Oracle y se usan para ayudar al ejército chino a tomar decisiones estratégicas. A su vez, la empresa china Tencent participa desde 2017 del 5 % de las acciones de Tesla, propiedad de Musk.
Oracle, por su parte, almacena en la nube los datos que recopilan varias empresas ligadas al régimen comunista chino, como es el caso de Tencent y Byte Dance, la dueña de TikTok. A partir de los sucesos de seguridad nacional en varios países en 2020, quedó en evidencia que ambas empresas usan el mismo procedimiento de recopilación de datos con fines militares.
Es sabido que los datos recogidos por Tencent Holdings y la tecnología de computación en la nube de Oracle se utilizaron para ayudar a las fuerzas militares comunistas en la toma de decisiones estratégicas y tácticas. Esto permitió ajustar rápidamente sus calendarios de entrenamiento naval e integrar eficazmente múltiples dominios operativos, incluyendo Internet, terrestre, marítimo, aéreo y espacial.
Tencent -y necesariamente Oracle- participa además en el programa de “integración militar-civil” de China y desarrolla tecnologías como inteligencia artificial e información y comunicación. Al ser dueña de WeChat y de otras redes sociales, el producto que manipula Tencent es la comunicación humana en sí misma y todo su potencial.
Los negocios de Elon Musk con el régimen chino
¿Qué relación hay entre el régimen chino y Elon Musk? A través de Tencent, el régimen chino compró alrededor del 5 % de las acciones de Tesla. Y a través de Tesla, Musk está directamente vinculado con el gobierno chino.
La influencia del régimen chino se infiere en las declaraciones del propio Musk, cuando dice que planea seguir con Twitter los pasos de Wechat, la app de Tencent.
Si sigue los pasos de Wechat en cuanto a ser una super aplicación y de Tencent de espiar datos con fines militares, Musk tendrá el control exclusivo de una de las plataformas globales más importantes para el discurso político y el discurso social en occidente. Y dependiendo de qué lado esté, es como la usará: “El pájaro está libre” tuiteó.
En Oriente, la fábrica de Tesla en Shanghái produce entre el 30 y el 50% de la producción total de Tesla. A su vez, el mercado chino representa alrededor del 25 % de los ingresos globales totales de Tesla y ya es el segundo mercado más grande de Tesla. No se puede negar que Musk se financia a través de capitales chinos.
Musk también es beneficiario de una enorme exención impositiva a la compra de sus vehículos más vendidos, otorgada por el régimen comunista luego de la declaración del empresario en favor de la invasión a Taiwán.
Roula Khalaf, el reportero del Financial Times que entrevistó a Musk, destacó que al preguntar sobre China, el silencio del magnate se hizo largo. La respuesta se demoró al tener que responder sobre el riesgo que corre Tesla al tener tanta dependencia del régimen comunista chino.
Los enormes beneficios que recibe Elon Musk del régimen comunista chino lo dejan vulnerable en su libertad de acción. En ese sentido, emitir opinión sobre el conflicto del régimen comunista con Taiwán evidentemente tiene premio… o castigo.
Según Khalaf, Musk reconoció que el reciente retiro de su apoyo a Ucrania con internet móvil obedece a la desaprobación de Beijing. Los intereses de China están alineados con los de Rusia, por lo que ayudar a los militares a eludir el corte de Internet de Rusia a través de Starlink, el sistema de comunicaciones satelitales de SpaceX, no es un buen plan para el protegido del régimen.
Las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China y el riesgo de una toma china de Taiwán, pone a Musk en un aprieto, porque algo es seguro: las decisiones comerciales ya no se pueden tomar sin tener en cuenta los problemas de seguridad y geopolíticos.
Dar recomendaciones simples para problemas geopolíticos complejos solo puede traer más problemas.”Descubrir una zona administrativa especial para Taiwán… con un acuerdo que sea más indulgente que el de Hong Kong”, es hacer evidente para el mundo la relación directa de Elon Musk con el régimen comunista chino.
Elon Musk dice ser “absolutista” de los derechos, pero sus acciones lo contradicen
En los últimos meses, Musk estuvo en portada de todos los medios por su adquisición de la red social Twitter, en las que sistemáticamente se declaró “absolutista de la libertad de expresión”. También fue noticia por retirar la ayuda a los militares ucranianos para eludir el corte de Internet de Rusia, y por recibir compensaciones económicas como premio a las declaraciones contra Taiwán en apoyo del régimen comunista chino.
Es paradójico defender en Occidente la libertad de expresión, mientras que en Oriente es socio del peor represor de periodistas y disidentes de la historia.
Musk es el único extranjero dueño de una automotriz radicada en China. Parte de su capital para la compra de la red social Twitter proviene de allí. Uno de sus accionistas es Tencent, la representante del régimen comunista. Las exenciones impositivas que goza el magnate son enormes y, además, la fábrica de Tesla en Shanghái es gigantesca. No hay dudas que el régimen chino lo ha recibido con los brazos abiertos; ahora, cabe considerar al servicio de qué intereses absolutistas pondrá al pajarito azul.
Por Paula Verzello – BLes.com
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