Jo´sé Hermosa – BLes.com

Mientras la gran mayoría de los países occidentales disminuyó sustancialmente sus prevenciones contra el COVID-19, en China sorprenden los extremos a donde el régimen ha llegado con esas medidas.

En este país, regulado por el Partido Comunista de China (PCCh) no solo se declaran cuarentenas para millones de ciudadanos, sino que muchos de ellos son sometidos a privaciones consideradas inhumanas.

Por otro lado, está comprobado que los encierros prolongados afectan la salud mental de los encerrados, y, peor aún, se deteriora la economía nacional en perjuicio de todos.

Las personas obligadas a los confinamientos deben permanecer en sus casas o en hoteles, que luego tendrán que pagar con su propio dinero, y no suelen ser baratos. 

También pueden ser retenidas en una gran variedad de alojamientos, ninguno de ellos cómodo, y algunos hasta estrafalarios. Otros ni siquiera parecen útiles para detener la propagación del virus que se pretende evitar. 

La periodista de origen chino, Jennifer Zeng publicó el 20 de octubre un video que se hizo viral recientemente. En él, aparecen unas precarias ‘cabinas de aislamiento’ para retener a personas supuestamente infectadas con el virus, instaladas en la ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan. 

Se trata de cubículos de un poco más de 1 metro cuadrado, forrados con plástico transparente delgado. La ventilación se cuela desde la parte inferior, y carecen de puerta u otro tipo de acceso.  

No hay muebles, ni servicios higiénicos de ningún tipo. Tampoco hay mantas o calefacción, ni agua o alimentos; consideremos que China pasa por la estación otoñal y que en estos días la temperatura puede bajar a 5º centígrados, o menos, en ese lugar. 

Las personas encerradas allí tan solo pueden permanecer de pie o en cuclillas. En el breve video se observa una larga línea de estas cabinas, ubicadas a lo largo de una avenida, con poca distancia entre sí.

Se asume que estos sitios son utilizados temporalmente, sin que haya certeza sobre el tiempo que los ciudadanos serán forzados a permanecer en ellos.   

Si bien las cifras sobre las personas que padecen COVID-19, aportadas por el PCCh, son insignificantes, la realidad es que los grandes hospitales se encuentran desbordados.  

De hecho, solo se detectaron tres nuevos casos en Zhengzhou el 16 de octubre, pero la ciudad se cerró al día siguiente como parte de la ominosa política china de “contagio cero”.

Zhengzhou es la capital de la provincia de Henan, es también la ciudad más grande, y en ella habitan más de 10 millones de personas. Su industria se destaca por la producción de teléfonos celulares. El sector que fue asilado desde el 17 de octubre cuenta con alrededor de 1 millón de habitantes. 

Otro “inventos” impactantes 

Hace unos meses, cuando recién había pasado el frío del invierno anterior, se utilizaron con frecuencia pequeñas carpas. 

Estas tampoco eran idóneas. Además, cuando soplaban vientos de cierta magnitud, muchas de ellas salían volando, y hasta terminaban flotando en los ríos cercanos, para mayor desdicha de sus usuarios. 

Pero cada vez, lo que debería ser un proceso de aislamiento que responda, al menos, al sentido común, termina marcado de desconcertantes y hasta patéticas expresiones. 

Por ejemplo, un video presentado en la cuenta del usuario de Twitter, @remonwangxt, es descrito por este así: “Un paciente confirmado es retirado de un hogar por medio de una grúa para garantizar el contacto cero durante el proceso de traslado de aislamiento, en una parte de China”. 

No obstante, más cruel aún que permanecer en encierros precarios, es disponer solo de una camilla portátil, soportando una temperatura de 0º centígrados, sin agua, ni alimentos, ni servicios sanitarios, y, además, expuestos a eventuales ráfagas de viento.

Esa es la forma de ‘aislamiento’ que se está aplicando actualmente en algunos lugares. Uno de los casos se presenta en el sector de Wanhuide la ciudad de Lanzhou, capital de la provincia de Gansu, según el video subido por @chvideonews, a Twitter, el 25 de octubre.

El método se comenta en la cuenta, @TragedyInChina, con estas palabras: “El refugio cuadrado y salvaje de Lanzhou, Wanhui, está bajo cero por la noche. ¡Solo el gobierno de Lanzhou puede hacer este tipo de cosas!”

Mucho más crítica es la situación de los contaminados con el virus en las zonas rurales. Un vídeo publicado en la internet, muestra un sistema de reclusión que podría llevarse el premio mayor, si se sometiera a un concurso.

En el video se observan muchos círculos de diámetro escaso, marcados con polvo blanco en una carretera rural. Muchas personas estaban atrapadas en cada círculo. Incluso en algunos de ellos había varias personas, quizás miembros de una misma familia. 

Polémicos refugios a mayor escala

El régimen chino también instala grandes espacios hospitalarios repletos de camas en varios lugares del país; sin embargo, no significa, necesariamente, que contribuyan a la salud y bienestar de las personas confinadas en ellos. 

Uno de estos gigantescos salones se encuentra, justamente, en la misma ciudad de Lanzhou, ya mencionada. Sobre aquel se expresó la usuaria de Twitter, @xiaoxin11786630, en el mensaje que agregó a un video.

“La cabaña con camillas de la plaza de Lanzhou es comparable a un campo de concentración, las condiciones son extremadamente malas y la temperatura por la noche en Lanzhou está ya por debajo de los 10 grados”.

Las condiciones infrahumanas de esos ‘hospitales de campaña’ no han mejorado desde el año 2020, cuando se inició la campaña contra el COVID-19. 

En la ciudad de Wuhan ya se presentaron casos similares en esa época, tal como lo registró en tuits la periodista, Jennifer Zeng, citada por el usuario de Twitter, @alphacentauriii, quien manifestó: 

“[2.7] Video filtrado: dentro del hospital recién construido en Wuhan para poner en cuarentena a los pacientes. Sin baños, sin médicos (en tres días), nadie se ocupa de las cosas. Los que llegan más tarde duermen en el suelo. Se agregaron subtítulos en inglés. Fuente: Jennifer Zeng”.

Pero, sin duda, unos de los espectáculos más dantescos de los encierros se presentaron en abril, en Shanghai. 

Tras un mes bajo estricto bloqueo, los habitantes de esta gran ciudad estaban desesperados. En muchas áreas residenciales se escucharon gritos frenéticos partiendo de altos edificios, todas las noches.

La locura de las pruebas de ácido nucléico

Otra de los procesos de prevención aplicados por el PCCh a todos los habitantes del país son los innumerables test de ácido nucleico a los que deben someterse los ciudadanos, tan pronto como se les ordene, y a su propio costo. 

Tan solo el 24 de octubre, millones de chinos fueron instados a salir a los puntos de atención donde se toman las pruebas, para esperar su turno en largas filas, sin importar el estado del tiempo o sus propias ocupaciones. 

En un video aportado por la internauta, @xiaoxin11786630, se observa la movilización de los ciudadanos. “… y millones de personas hicieron fila para las pruebas de ácido nucleico, lo que provocó quejas públicas”, se lee en parte del tuit. 

Asimismo, el usuario de Twitter, @jefflee81258649, informó: “En un bar de Fuzhou estalla la epidemia, millones de personas salen a la calle para tomar ácido nucleico”.

Y agrega: “Justo después del 20º Congreso Nacional del Partido Comunista de China, la parte continental sumó casi 1.000 casos locales en un solo día, principalmente en Xinjiang y Mongolia Interior”.

Si bien es admirable la paciencia que demuestra la población china que se somete constantemente a tan duras obligaciones, no por ello deja de surgir la gran pregunta: ¿Hasta cuándo lo soportará? 

Esta pregunta se hace aún más intrigante cuando son medidas que no se imponen ya en el resto del mundo. Se abre así la polémica acerca de si sus motivaciones son más políticas que sanitarias. 

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