La primera dama de Brasil, Michelle Bolsonaro, encabezó este miércoles un acto político de cara a la segunda vuelta de las elecciones e instó a “extirpar el cáncer” de la izquierda y a impedir que el país caiga en “las tinieblas”.
La esposa del presidente Jair Bolsonaro se sumó a la campaña para la segunda vuelta de las elecciones, a realizarse el 30 de octubre y en la que el líder de la ultraderecha se medirá al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, candidato de un frente progresista y quien lidera todos los sondeos.
Este miércoles, participó en un acto de “Mujeres con Bolsonaro” celebrado en Sao Paulo, que reunió a pastores evangelistas, líderes de otras religiones, militares y policías, que conforman parte de la base de la ultraderecha brasileña.
Michelle Bolsonaro aseguró que es “dueña de casa” y “ayudante” de su marido, pero que el momento que enfrenta Brasil la “obliga” a sumarse a la “lucha por la libertad de la nación”, que consideró amenazada por una posible victoria de Lula, líder del Partido de los Trabajadores (PT).
“Estamos luchando contra las fuerzas de las tinieblas”, contra “un hombre mentiroso que quiere volver a la escena del crimen para volver a robar”, afirmó en alusión a los asuntos de corrupción que en el pasado salpicaron a Lula.
También aseguró que el exmandatario “está con sed de venganza” de “todos los que se levantaron contra él” y pidió a los brasileños que “luchen por la libertad”, para que “ese cáncer de la izquierda, del partido de las tinieblas, sea extirpado”.
Según Michelle Bolsonaro, Brasil es hoy “la última barrera contra el comunismo” y sólo el triunfo de su esposo impedirá que en el país “sean cerradas las iglesias” y “perseguidos los religiosos”, como “ocurre hoy en Nicaragua”.
La primera dama, una ferviente evangelista, estuvo acompañada por el candidato bolsonarista al Gobierno regional del estado de Sao Paulo, Tarcísio Gomes de Freitas, quien también disputará una segunda vuelta frente al progresista Fernando Haddad.
“Es por la libertad de Brasil, por la libertad de Sao Paulo”, declaró Michelle Bolsonaro, cuya misión en la campaña es intentar disminuir el alto rechazo que tiene su marido entre las mujeres.
Este mismo miércoles, y también con el objetivo de contrarrestar su mala imagen entre los evangélicos, Lula se reunió con cientos de líderes de esa corriente cristiana y se comprometió con la libertad de culto y religión, a reforzar el papel de la familia y a no interferir políticamente en el uso de la fe.