Fuente: gaceta.es
En España, más de 3.600 niñas se encuentran en riesgo de sufrir Mutilación Genital Femenina (MGF). La cifra puede sorprender o parecer impropia de un país occidental, pero es la certificada por el Instituto Nacional de Estadística, la organización Save the Children y el mismísimo Ministerio de Igualdad.
Esta práctica, que evidentemente no es oriunda de España, está siendo importada a través de la inmigración que llega al país procedente del África subsahariana. «Con la incorporación a nuestra sociedad de familias provenientes de entornos geográficos, históricos, sociales y culturales diversos, donde la realización de la MGF tiene un fuerte arraigo identitario, aparecen este tipo de prácticas tradicionales, que tienen repercusiones perjudiciales para las mujeres y las niñas de aquellas comunidades que emigran, nacen y viven en nuestro país», reconoce el ministerio que dirige Irene Montero en un estudio coordinado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
Con esta práctica que, hasta ahora, tiene «una incidencia baja, con prevalencia desconocida, pero que sigue siendo un problema que afecta a niñas y adolescentes en nuestro país», en palabras de Catalina Perazzo, directora de incidencia política de Save the Children, sale particularmente perjudicada Cataluña.
En España hay 15.562 niñas de entre 0 y 14 años procedentes de países en los que se sigue mutilando a las menores (en adelante, países de origen MGF), de las que 3.652 se consideran en riesgo de ser víctimas de ablación. De esas potenciales víctimas, 1.575 son residentes en Cataluña: 746 viven en Barcelona, 504 en Gerona, 249 en Lérida y 76 en Tarragona.
Es decir, más de un 40% de las niñas en riesgo de sufrir una mutilación genital femenina residen en la comunidad, una de las más afectadas por la inmigración ilegal en el país.
El dato no se refleja solo en las cifras; en 2021 Cataluña detectó a cinco familias con casos de MGF que involucraron a seis niñas –dos de ellas pertenecientes al mismo núcleo familiar–. En dos de los casos que fueron detectados ya se había realizado la mutilación, pero en el resto las actuaciones fueron preventivas.
Aún así, las cifras de niñas o adolescentes víctimas de esta práctica podría ser más alta, ya que los actuales números son estimaciones. “Actualmente, los registros administrativos no se emplean de forma eficaz; la recopilación de los datos no se hace de forma sistemática; existe una falta de desglose en los registros; apenas se realiza una centralización de los datos; y los profesionales que codifican y evalúan la mutilación genital femenina no cuentan con toda la formación”, explica Perazzo.
Una práctica tabú cuyas cifras reales se desconocen
Una de cada 20 niñas y mujeres del mundo han sufrido alguna forma de mutilación genital femenina, según cifras de Naciones Unidas; lo que significa que 200 millones de mujeres han sido sometidas a algún tipo de corte, cambio o eliminación de la parte externa de sus genitales.
A pesar de que la mayoría de estas ablaciones se realiza en África, Asia y Medio Oriente, comunidades de inmigrantes en Europa, el norte de América, Australia o Iberoamérica siguen realizándolas. Sin embargo, determinar la cifra exacta de víctimas es complicado. Muchas de las mujeres encuestadas a nivel mundial por organizaciones como Unicef o la OMS señalaron que discutir la MGF en sus comunidades es un tabú y, en otras ocasiones, argumentaron que no hablan abiertamente sobre el asunto por temor a atraer críticas de quienes no forman parte de la cultura o a que se puedan abrir procedimientos judiciales contra familiares o miembros de la comunidad en los países donde es ilegal.
«Es casi imposible detectarla ya que las niñas no están en edad de ir a la escuela o no son lo suficientemente mayores para reportar o hablar de lo sucedido», asegura la abogada y experta en MGF Charlotte Proudman a la BBC en referencia a los casos que también existen dentro de las comunidades de inmigrantes con origen MGF en Reino Unido.
Esta falta de concreción también existe en Cataluña. «Aunque el riesgo de mutilación se ha reducido en España por los mecanismos sanitarios y educativos, aún se trata de un problema tabú en las instituciones y el ámbito familiar, y se desconoce su alcance real«, alerta el director de Save the Children en la comunidad, Antonio Pérez.
En algunas culturas, la MGF está considerada un rito de transición hacia la vida adulta y un prerrequisito matrimonial. Sus consecuencias son muy amplias: provoca periodos irregulares, problemas de vejiga de por vida, infecciones recurrentes, problemas para mantener relaciones sexuales y dar a luz, e incluso la muerte.