Fuente: La Derecha Diario
En vista a las próximas elecciones en el mes de octubre, el candidato socialista por el PT, Lula da Silva, radicalizó sus propuestas de campaña para prometer cualquier tipo de resultado que le signifique algún repunte en las encuestas de opinión.
Lula propone introducir cupos y prohibiciones a las exportaciones brasileñas de carne, prometiendo a su electorado un rápido efecto hacia la baja sobre el precio de la carne en el mercado local. Según el candidato de la izquierda, el menor volumen de exportaciones liberará suficientes existencias como para ampliar la oferta local y disminuir el precio de equilibrio.
Como parte de su discurso, incluso ponderó y cuestionó los beneficios de las exportaciones de carne en sí mismas, planteando así el debate de si es conveniente seguir exportando carne o determinar una prohibición total en contraposición.
“Lo que quiero es que puedas entrar a la carnicería y comprar carne. Por eso vamos a tener que discutir el precio de la carne en ese país. Vamos a discutir si seguir exportando o dejarnos algo para comer”, anunció Lula da Silva.
La misma propuesta fue practicada en Argentina bajo el liderazgo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en el año 2020,y cuyos resultados fueron aborrecibles y contraproducentes. En ese mismo año, el Gobierno kirchnerista determinó la introducción de cupos generales para la totalidad de las exportaciones de carne, y la prohibición de los 7 cortes más consumidos a nivel local.
Las medidas fracasaron. La abrupta caída de las exportaciones liberó una parte sustancial del stock ganadero destinado a la exportación, y fue posible una pequeña percepción bajista sobre el precio local, pero al cabo de pocos meses la situación se revirtió y fueron eliminados los pequeños resultados conseguidos en una primera etapa.
Al término del año 2021 y tras 12 meses de restricciones y prohibiciones a la exportación de carne, el precio del kilo de asado aumentó un 55,2% anual, la tapa de asado un 55,4%, la falda un 55%, el vacío hasta 59,1%, el matambre 57% y la paleta casi 60%. En el mismo período de tiempo el nivel general de precios aumentó un 50%, por lo que se observó un aumento real en el precio de la carne en el mercado local.
Muy lejos de provocar los efectos deseados, las restricciones a la exportación desalentaron peligrosamente la producción local de carne. El sobrante inicial sobre la oferta para el mercado argentino fue rápidamente consumido, y al cabo de pocos meses fue la escasez de oferta (y no el excedente) lo que impulsó un aumento real en el precio percibido por los consumidores.
La carne se tornó menos accesible para los argentinos al cabo de un año, tras el deterioro irreversible de los incentivos a la producción local. El candidato Lula da Silva decidió desentenderse de los pésimos resultados cosechados en Argentina, y propone replicar el mismo modelo en Brasil.
En contraposición a las medidas socialistas y cortoplacistas de Lula, el candidato Jair Bolsonaro propone una agenda que sostiene la reducción de impuestos internos sobre alimentos, y la disminución de barreras arancelarias para ampliar la oferta de bienes a los consumidores brasileños.