Por Andres Vacca – BLes.com

Según los relatos de un expolicía, las fuerzas de seguridad del Partido Comunista Chino (PCCh) crearon un llamado “Escuadrón de Qigong Duro”, cuyos miembros fueron entrenados de manera diferente, soportando torturas y todo tipo de prácticas despiadadas con el objetivo de formar “hombres fuertes” quienes serían encargados de realizar tareas especiales y replicar en sus víctimas los vejámenes que sufrieron en carne propia.

Shao Changyong, un exmiembro de las fuerzas de seguridad del régimen chino hoy se encuentra exiliado fuera de China y reveló durante una entrevista lo que vivió en su carrera como militar del régimen.

En el año 1991 Shao ingresó a la academia militar y luego fue admitido en la Escuela de Comando de la Policía Armada en Xi’an. 

Esta unidad policial tiene muy mala reputación tanto dentro como fuera de china, dado que es la unidad frecuentemente utilizada para reprimir los llamados “disturbios” en áreas como Xinjiang y el Tíbet; También se reveló que la Policía Armada se infiltró en la fuerza policial de Hong Kong durante la campaña “anti-extradición” durante el año 2019, cuando se aplicó la polémica Ley de Seguridad Nacional.

Según diversas fuentes, la Policía Armada también ha estado involucrada en grandes disputas internas del PCCh, incluso llegando a intentar imponer un golpe de estado en el año 2012, el cual fue evitado por el Ejército que estaba comandado por la fracción opositora. 

La Policía Armada ha sido históricamente identificada como el guardián del PCCh y como herramienta violenta para el mantenimiento de la estabilidad interna y la supresión de los disidentes. 

Según Changyong, quien llegó a estar al mando de un escuadrón policial, describe las fuerzas militares chinas como un sistema teñido por la corrupción que comienza en la cúpula y termina en las bases. 

¿Qué es el Qigong? ¿Y en qué consiste el Qigong Duro?

El Qigong original es una práctica que consiste en generar energía a través de movimientos suaves y meditación, buscando unificar mente y cuerpo bajo el precepto de que cultivar ambos conduce a una mejora significativa y holística de la persona, física y mental.

Normalmente el Qigong está asociado a la cultura tradicional china, la cual posee más de 5 mil años de historia. Desde sus comienzos se detectaron formas primitivas de qigong, las cuales se fueron desarrollando, perfeccionando y complejizando a medida que transcurrió el tiempo.

Los primeros documentos que dan fe del Qigong tal como lo conocemos actualmente, como una serie de movimientos sincronizados y estandarizados con un propósito curativo o de bienestar para el cuerpo, datan del siglo X a.C.

Alrededor de 1122 aC,  El Libro de los Cambios (I Ching)  registró por primera vez el concepto de qi, o energía vital, para establecer ciertas conexiones entre lo divino, lo terrenal y el hombre. Luego se fusionaron también con las enseñanzas budistas, el taoísmo y la meditación, profundizando la relación con lo religioso y espiritual.

Con el tiempo surgieron distintos tipos de Qigong, entre ellos el “Qigong duro”, el cual se hizo conocido como una habilidad que originalmente se usaba para entrenar el cuerpo para resistir fuertes golpes, ataques y condiciones extremas, en los días en que no había armas de fuego, sino solo las armas tradicionales de lanzas, bastones, espadas anchas y cuchillos. 

Actualmente se pueden ver a diversos monjes tumbados con los brazos abiertos sobre la punta de una lanza giratoria o tumbados sobre una cama de púas de acero o rompiendo lanzas contra sus gargantas. Si bien todo esto parece bastante sorprendente, en realidad es solo entrenar el cuerpo a través de la habilidad tradicional china que utiliza técnicas y movimientos especiales de respiración para fortalecer tanto el cuerpo interno como el externo.

En su forma original, el Qigong tenía como objetivo entrenar el cuerpo y mente para soportar sufrimientos extremos, lo que permitía facilitar el desarrollo espiritual para elevarse moralmente y cumplir con los requerimientos del “cielo”.

Sin embargo el PCCh, pareciera que está intentando utilizar los beneficios evidentes que genera el Qigong, pero para ir justamente en contra de los “requerimientos del cielo” dado que, como es sabido, el comunismo promueve el ateísmo y de hecho persigue a las religiones y creencias rectas.

Qigong duro en las fuerzas de seguridad del régimen chino

Según describió Shao Changyong los soldados pertenecientes al “Escuadrón de Qigong Duro”, llevan a cabo entrenamientos extremadamente fuertes, golpean árboles todos los días para curtir sus manos y entrenan con el uso de armas no convencionales.

Como resultado, luego de este entrenamiento especial, la fuerza y la resistencia de los miembros del escuadrón aumentan significativamente y desarrollan capacidades que la gente común no posee, asegura Shao. 

Estas capacidades luego son utilizadas a la hora de reprimir a sus adversarios, muchas veces religiosos perseguidos y disidentes políticos, quienes padecen de los golpes extremadamente fuertes y certeros, así como la frialdad por parte de estos miembros de las fuerzas del PCCh a la hora de oficiar como torturadores. 

Según las declaraciones de Shao, el “Escuadrón de Qigong Duro”, también conocido como “Sexto Escuadrón”, existió sin dudas hasta el año 2015 cuando él logró escapar de China, pero ahora ha perdido contacto con sus ex compañeros y como actúan desde la clandestinidad no tiene certezas de que continúen operando. 

Durante la entrevista Shao describió algunos ejemplos del terrible entrenamiento que debían soportar los miembros del escuadrón, cómo cuando eran obligados a hacer cientos de flexiones de brazos con el torso desnudo sobre chinches acomodadas con la punta hacia arriba y quienes se quedaban sin fuerza caían sobre estas puntas que provocan fuerte dolor y heridas en sus cuerpos.

También describió cómo los reclutas suelen ser golpeados con fuerza y frecuencia por los soldados veteranos, quienes utilizan técnicas perversas y herramientas para amedrentarlos y hacerlos sufrir con diversos mecanismos de tortura.

Es probable que estos mecanismos generen personas fuertes y preparadas para cumplir con los objetivos macabros del PCCh, y si bien tienen en común algunas cuestiones con el Qigong duro, sobre todo el asunto de aprender a soportar sufrimientos físicos, nada tiene que ver con los objetivos de fondo que plantea el Qigong tradicional que además de “refinar” el cuerpo, busca “cultivar” el espíritu a través del desapego de las cosas materiales y el esfuerzo constante para ser una mejor persona.

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