Por Vanesa Vallejo – elamerican.com

El allanamiento a la casa de Trump en Mar-a-Lago muestra la persecución política que desde la administración Biden se le está haciendo al expresidente republicano. El asunto es tan escandaloso y tan propio de repúblicas bananeras que incluso periodistas de izquierda y figuras liberales han alzado su voz en contra de semejante atropello. 

Trump ha vivido una feroz persecución desde que estaba en la Presidencia. En El American no olvidamos todas las mentiras sobre su supuesta colusión con Rusia, que además lo llevaron a enfrentar un impeachment al que afortunadamente sobrevivió. ¿Los demócratas ya se disculparon por eso? Por supuesto que no.

Hillary Clinton desapareció decenas de miles de correos clasificados y no pasó nada. Hunter Biden parece haber usado la posición de su padre para hacer negocios presuntamente ilegales y aún no hay ninguna consecuencia. Parece que los demócratas —obsesionados con el poder— creen que el pueblo americano no se da cuenta de lo que ocurre. 

Trump retó al establishment, enfureció a Washington, fue el presidente que le habló al pueblo y consiguió el apoyo no de los políticos, sino de la “América profunda”. Tanto así que consolidó al Partido Republicano como el partido de los trabajadores mientras que dejó en evidencia que el Partido Demócrata es el de la clase alta educada que ni se entera de lo que ocurre en las calles.

Los demócratas no le van a perdonar eso a Trump. Afortunadamente para Estados Unidos, la locura demócrata se ha salido tanto de control que todo esto no tendrá otra desembocadura que el triunfo de Trump en las próximas presidenciales y una estruendosa derrota para los demócratas en las elecciones de medio término.

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