Por Mamela Fiallo Flor – Panampost.com
El régimen de Daniel Ortega en Nicaragua persigue sistemáticamente a toda voz que lo cuestiona. En un solo día ordenó el cierre de siete emisoras de radio católicas e irrumpió en la iglesia donde operaban. En respuesta, un obispo de Nicaragua, Monseñor Rolando José Álvarez, reprochó: «Nos han cerrado todas nuestras radios. Pero la Palabra de Dios no la callarán».
Radio Hermanos, Radio Santa Lucía, Radio Católica, Radio Nuestra Señora de Lourdes, Radio Nuestra Señora de Fátima, Radio San José de Matiguás y Radio Monte Carmelo son las emisoras canceladas por la dictadura sandinista.
La Iglesia en Nicaragua ha sido firme en la defensa de los perseguidos políticos. Ha servido incluso de escudo, y el régimen ha disparado balas en los templos. Incluso tuvo que intervenir el papa para retirar al obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, por las amenazas contra su vida en 2019, razón por lo cual ahora reside en el Vaticano.
Desde la década de los 80, los ataques por parte de los sandinistas contra la Iglesia han sido continuos. Y la situación no ha mejorado. Al contrario, se ha intensificado. Agosto empezó con un ingreso forzoso a la capilla Niño Jesús de Praga, ubicada en el municipio de Sébaco, al norte de Nicaragua, por mandato de la dictadura de Daniel Ortega. Según se muestra en un Facebook Live en la página de la Iglesia de Sébaco, la policía irrumpió en el templo y agredió a los feligreses. También se pueden observar disparos como método de intimidación.
Las fuerzas policiales enfrentaron a los ciudadanos que intentaron oponerse a la confiscación de equipos radiales. Se pudo observar además el uso de gas lacrimógeno.
“Los equipos de la radio y el canal son bienes propios de la parroquia, que los feligreses con tanto esfuerzo y generosidad lograron tener”, detalla la iglesia de Sébaco en redes sociales, luego de que los agentes forcejearon candados del templo para ingresar por la fuerza. Según informó el párroco al clero, a la iglesia le quitaron no solo sus bienes sino incluso el suministro eléctrico.
Como consecuencia del asedio policial, este martes 2 de agosto la parroquia suspendió las clases en el colegio San Luis Gonzaga hasta nuevo aviso. También la capilla y la casa cural interrumpieron indefinidamente sus actividades.
Finalmente, durante su sermón, el obispo Álvarez habló enfáticamente sobre lo sucedido. Se disculpó por hacerlo durante la Eucaristía. Pero subrayó que habla «claro y llano como cualquier nica». Dijo reconocer sus errores y por ello pide que el régimen haga lo mismo.
Dejó claro que como diócesis se presentó toda la documentación necesaria para operar las emisoras de radio. Pero que el régimen no colaboró.
Durante su reciente visita a Canadá, el papa Francisco habló en contra de la cultura de la cancelación. Ahora el obispo de Nicaragua se hace eco.
El clero no se ha dejado intimidar. Al contrario. Como dijo Santo Tomás de Aquino: «La Iglesia jamás puede ser derribada, de hecho, ella crece bajo la persecución. Y aquellos que la atacan terminan destruidos».