Por Emmanuel Alejandro Rondón – El American
EL BESTSELLER Laptop From Hell, de la columnista Miranda Devine, es uno de los trabajos periodísticos más importantes de la última década. Allí se retrata, a detalle, cómo el tabloide New York Post reveló uno de los escándalos políticos más grandes de la historia de Estados Unidos a solo semanas de las elecciones presidenciales de 2020: la supuesta relación del entonces candidato presidencial, Joe Biden, en los turbios negocios de su hijo, Hunter Biden.
No obstante, la realidad es que, en el último año, los detalles de los polémicos negocios de Hunter en Ucrania y China quedaron relegados por las constantes revelaciones de la problemática vida privada del hijo del presidente.
La computadora de Hunter —conocida también como Laptop from Hell— contiene mucho material impactante, como consumo de drogas, pornografía casera, secretos familiares y una serie de evidencias de supuestos delitos que, indirectamente, desvió la atención sobre sus negocios.
No obstante, este 21 de julio, tanto Fox News como CNN reportaron que la investigación federal contra Hunter Biden llegó a un punto crítico, ya que los funcionarios a cargo del proceso se encuentran evaluando las posibilidades de presentar cargos contra el hijo del presidente mientras que los fiscales se encuentran inmersos en un juego de poder contra el Departamento de Justicia, donde algunos funcionarios prefieren no tomar temas políticos delicados en un año electoral.
Una fuente le dijo a Fox News que los “funcionarios están sopesando posibles cargos por violaciones de impuestos, grupos de presión extranjeros y declaraciones falsas”. Lo más grave que investigan, según la fuente, son “posibles infracciones de lobby en el extranjero”.
Esta revelación recuerda algo importante: la Laptop From Hell abandonada por Hunter Biden en Delaware contiene mucho más que drogas, porno casero y una problemática vida privada. Su contenido puede provocar la caída del hijo del presidente y dejar muy mal parado al propio Joe Biden.
Ucrania, Hunter y Joe
Durante la campaña presidencial, y después de ganar las elecciones, Biden insistió en que no conocía ni tiene relación con los negocios de su hijo en el extranjero. Sin embargo, el contenido expuesto a partir del ordenador de Hunter sugiere lo contrario.
Según un reportaje del New York Post publicado semanas previas a las elecciones —contenido periodístico que fue censurado parcialmente por Twitter, Facebook e ignorado por gran parte de la prensa por meses—, Hunter Biden presentó a un alto ejecutivo de la controvertida firma ucraniana de gas Burisma a su padre.
El hombre en cuestión era Vadym Pozharskyi, asesor de Burisma, quien escribió un correo a Hunter diciendo: “Querido Hunter, gracias por invitarme a DC y dar la oportunidad de conocer a tu padre y pasar algún tiempo juntos. Es realmente un honor y un placer”.
La presentación de Pozharskyi a Joe Biden, según el Post, fue a menos de un año de que Joe Biden presionara a los funcionarios del Gobierno de Ucrania para que despidieran al fiscal Viktor Shokin, que estaba investigando a la empresa por un escándalo de corrupción.
En su momento, Biden aseguró que Shokin era corrupto, y por eso presionó a Ucrania para que saliera de la fiscalía, pero el exfiscal se defendió diciendo que el entonces vicepresidente amenazó con que la administración Obama no enviaría 1,000 millones de dólares en ayuda a Ucrania citando su investigación contra Burisma.
Las presiones de Joe Biden a Ucrania se dieron cuando Hunter Biden ya formaba parte de la junta directiva de Burisma, donde se mantuvo desde 2014 hasta 2019, ganando más de 50,000 dólares al mes.
El hijo del presidente admitió en una entrevista a la BBC que la firma posiblemente buscó su contratación por lo que representa la familia Biden políticamente.
CEFC China Energy, Colombia y el famoso “Big Guy”
Otras de las empresas controvertidas relacionadas a Hunter Biden es la firma CEFC China Energy, una compañía energética con estrechos vínculos al Ejército de Liberación que se declaró en bancarrota en 2020 luego de que su presidente, Ye Jianming, cayera en desgracia con el Partido Comunista de China y fuera detenido por supuestos cargos de soborno.
La relación Hunter-CEFC es compleja, amplia y polémica; sin embargo, la principal conexión con su padre guarda relación con un correo fechada en 2017 y enviado por James Gilliar, un exsocio de Hunter Biden en Oneida Holdings, un consorcio que buscaba concretar un acuerdo de empresa conjunta con CEFC China Energy.
Según el Daily Caller, en ese correo se presenta una repartición capital para varias personas, entre ellas Hunter, Jim Biden (hermano del presidente) y un hombre llamado ‘Big Guy’.
Se lee que “H” recibirá un 20 %, RW otro 20 %, JG y TB la misma suma, JIM un 10 % y el ‘big guy’ otro diez; siendo RW las iniciales de Rob Walker, socio de Hunter Biden, TB las de Tony Bobulinski, nombre clave en esta historia, JG las de James Gilliar, H la de Hunter, y Jim el diminutivo para James Biden.
El único nombre no revelado es el ‘Big Guy’, pero Tony Bobulinski, quien fue un gran socio de la familia Biden, mencionó que este ‘Big Guy’, supuestamente hace referencia a Joe Biden.
Bobulinski no es un socio cualquiera, estuvo directamente involucrado en la firma Oneida Holdings cuando esta buscaba un acuerdo millonario con la empresa china CEFC.
En una entrevista con Tucker Carlson y en un correo enviado al New York Post, Bobulinski, quien tuvo varios entredichos con Hunter Biden en medio de las negociaciones entre CEFC y Oneida, afirmó que Joe Biden, en efecto, sabía de los negocios de Hunter con la empresa china y que a menudo se le pedía su consejo para entablar estas negociaciones.
Asimismo, Hunter Biden no tenía reparo en negocios en nombre de su padre con la compañía china. En un esquema comercial presentado a CEFC China Energy, el hijo del presidente ofreció las conexiones diplomáticas-políticas que su padre tenía en países sudamericanos como Colombia para abrirle las puertas a la firma china a Latinoamérica.
De acuerdo con un análisis del Washington Post —donde se revelaron detalles inéditos de los negocios entre Hunter y el conglomerado energético chino—, en el transcurso de 14 meses, CEFC China Energy y sus ejecutivos “pagaron hasta 4,8 millones de dólares a entidades controladas por Hunter Biden y su tío James, según los registros gubernamentales, los documentos judiciales y extractos bancarios recientemente revelados, así como los correos electrónicos contenidos en una copia del disco duro de un ordenador portátil que supuestamente perteneció a Hunter Biden”.
Si bien el Wapo dijo que no hallaron detalles sobre que Joe Biden “se beneficiara personalmente o conociera detalles de las transacciones con CEFC”, el periódico reconoció que “los nuevos documentos (…) ilustran las formas en que su familia se benefició de las relaciones construidas durante las décadas de servicio público de Joe Biden”.
¿Pasará la Laptop From Hell a la posteridad?
Las polémicas del hijo del presidente no se limitan a su problemática vida personal o a los negocios con Burisma o CEFC que podrían, incluso, vincular al presidente o al menos dejar expuestas sus palabras.
También está, por ejemplo, la supuesta participación de Hunter Biden en la polémica compañía china BHR Partners. O las 19 reuniones que su padre, Joe Biden, mantuvo con Eric Schwerin, socio clave de Hunter, entre 2009-2015 en sitios oficiales como La Casa Blanca o el Ala Oeste.
A estas alturas, con las investigaciones sobre Hunter Biden llegando a un punto de inflexión, es imposible predecir qué sucederá y cuál será el final de esta saga; quedando en el aire la principal duda: ¿la Laptop From Hell pasará a la posteridad cómo uno de los escándalos políticos más grandes de las últimas décadas o simplemente quedará en el olvido ante la apatía de gran parte de la prensa?